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NORMATIVIDAD AGROPECUARIA

LOS GERMINADOS LO NUTRITIVO

AGUSTÍN CABRAL MARTELL

Comer semillas germinadas es incorporar auténtica energía vital concentrada a todas las células del cuerpo, favoreciendo la salud y alargando la vida. Los germinados son un regalo de la naturaleza que cualquier persona puede cultivar. Son alimentos vivos lo que aumenta su valor nutricional que se mantiene intacto hasta el momento en que se come.

Su riqueza en enzimas, clorofila, aminoácidos, minerales, vitaminas y oligoelementos vivos los convierte en alimentos completos que contribuyen a corregir las carencias de la alimentación moderna.

Los brotes son un alimento predigerido, por lo tanto ayudan a su propia digestión. Resultan adecuados para estómagos delicados y permiten al organismo que descanse y se regenere.

Los germinados son alimentos vivos y esto aumenta su valor nutricional que se mantiene intacto hasta el momento en que se come.

Al germinar muchas semillas -de cereales o leguminosas- se convierten en un alimento fácilmente asimilable porque liberan todos los nutrientes encapsulados y mejoran el valor nutricional de la propia semilla, de la planta o del fruto a la que hubiera dado lugar.

Ponerlas en contacto con agua, calor y oxígeno. Con estos tres elementos, las enzimas llamadas diastasas, se activan y dan lugar a las siguientes transformaciones:

1. Mediante la absorción de agua la semilla duplica su volumen y se rompe la cáscara protectora.

2. Las enzimas se activan y provocan una serie de transformaciones:

Las proteínas complejas se transforman en aminoácidos simples, algunos de los cuales son imprescindibles para el ser humano.

El contenido proteico de la semilla queda presente en el germinado, de forma fácilmente asimilable.

El almidón se reduce a maltosa y dextrina, azúcares más simples que exigen menos esfuerzo al aparato digestivo, liberan energía más rápido y producen un efecto estimulante. Se sintetizan abundantes vitaminas y fermentos.

Las vitaminas C y E y los minerales calcio, fósforo, hierro, potasio y magnesio se multiplican.

Las grasas se transforman en ácidos grasos. Se forma la clorofila, estructuralmente muy similar a la hemoglobina, como ella, lleva oxígeno a las células y es un buen agente desintoxicante y regenerador del organismo.

Los ácidos y las toxinas que de forma natural acompañan a la semilla para su defensa se descomponen.

El volumen y el contenido de agua pasa de ser de un 5-12% en la semilla a un 70% en el germinado.

Aminoácidos esenciales. Los germinados, especialmente de legumbres, proporcionan al organismo proteínas completas que se transforman en los ocho aminoácidos esenciales. La falta de uno sólo de estos compuestos puede favorecer la aparición de alergias, debilidad, mala digestión, deficiencias en la inmunidad o envejecimiento prematuro de las células.

Vitamina C. Una de las sustancias que más aumenta por efecto de la germinación. Los brotes de trigo, lentejas, soja, garbanzos y judías son excelentes fuentes de esta vitamina, por ejemplo la soja germinada incrementa su contenido en vitamina C hasta un 100% y los brotes de trigo en un 600% en sólo 5 días.

Beta carotenos (pro-vitamina A). El germinado de alfalfa, por ejemplo, contiene más beta carotenos que el tomate o el pimiento verde y muchas frutas. Los germinados de col y de guisantes también son excelentes fuentes de esta vitamina esencial para el crecimiento, el desarrollo, la buena vista y el aparato reproductor.

Vitamina B. La tiamina (B1), la riboflavina (B2) y la niacina (B3) son abundantes en los germinados de alfalfa, trigo, girasol, centeno y sésamo. Contribuyen al buen funcionamiento del sistema nervioso.

Vitamina E. Esta vitamina actúa como antioxidante celular, es un excelente protector del corazón y un buen tonificante. El trigo germinado llega a incrementar hasta tres veces su contenido.

Vitamina K. Posee propiedades coagulantes, se encuentra en la alfalfa germinada.

Clorofila. Las semillas germinadas que más clorofila sintetizan son las de trigo y las de alfalfa. La clorofila es absorbida directamente por la sangre a través del sistema linfático, en el torrente sanguíneo activa el metabolismo celular, mejora la defensa, resistencia, capacidad regeneradora de las células, y la respiración, entre otras propiedades, potencia los procesos naturales de curación, depura la sangre, frena las infecciones y equilibra la relación ácido-base en el organismo.

Calcio. Los germinados de sésamo proporcionan abundante calcio, también son excelentes fuentes de este mineral los brotes de almendra, girasol, alfalfa y garbanzo.

Potasio. Se encuentra en los brotes de almendras, sésamo, girasol, soja y judías.

Hierro. Contienen en cantidades importantes los brotes de alfalfa, fenogreco, lentejas, soja roja y soja verde.

Oligoelementos. Los germinados contienen oligoelementos como el yodo, el zinc, el selenio, el silicio, el cromo y el cobalto.

Enzimas. Cuando se comen crudas las enzimas de las semillas germinadas -llamadas diastasas- facilitan la digestión de la fibra, las proteínas y las grasas.

Digestivos, nutritivos y de bajas calorías. Aportan muy pocas calorías, por ejemplo 100 g de brotes de soja equivalen a 30 calorías.

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