La vida no es como los “cuentos de hadas”. A veces los planes no funcionan y los finales no son tan felices como se esperan; aquí la historia de cada quien es incierta, en cualquier momento puede cambiar su dirección. En el mundo real, los matrimonios pueden fracasar por distintos motivos, y aunque suene difícil, cuando esto ocurre lo mejor es emprender un nuevo rumbo.
Por años, varios científicos han dedicado su tiempo en estudiar cómo los divorcios pueden afectar la vida de los seres humanos, tanto en lo físico como en lo emocional. Por su parte, la Universidad de Birmingham de Reino Unido, investigó la manera en la que daña a las personas según su género sexual.
El estudio, que tuvo cinco mil 705 participantes de 96 países, concluyó que “las mujeres sufren más que los hombres ante una separación”; 6.58 por ciento en lo psicológico y 4.21 en lo físico. La maestra Mariana Hurtado, psicoterapeuta gestalt, explicó que esto podría ser resultado de los estigmas sociales y roles de género que se viven día con día; los cuales pueden ocasionar que algunas chicas sientan culpa o hasta vergüenza al divorciarse.
Por eso, en este mes que conmemora a las mujeres nos inspiramos en aquellas que están viviendo esta situación. Si tú eres una de ellas, primero debes saber que no estás sola y que siempre existirán personas que puedan darte una mano; tal vez eso no lo enseñan en los cuentos, pero así es.
Paso uno: ¡respira!
Muy bien. Tal vez pienses que te encuentras en un laberinto sin salida, pero no hay mejor cura que dejárselo al tiempo y respirar... ¡sí, respirar! Al hacerlo podrás relajarte, analizar la situación y darte cuenta que no todo está perdido.
Tanto hombres como mujeres pueden vivir el divorcio de diferente manera; muchos pueden sentir tristeza, ira o hasta alivio. Sin embargo, cuando una pareja toma esta decisión frecuentemente aparece un período denominado “proceso de duelo”, el cual genera ciertas reacciones emocionales.
En el caso del sexo femenino, la maestra Mariana Hurtado explicó que ellas pueden padecer síntomas psicosomáticos (respuesta del cuerpo ante situaciones emocionales), alteraciones en el organismo (angustia, inquietud, irritabilidad, insomnio, pérdida de apetito, falta de interés hacia el ambiente o trabajo) y síntomas físicos que les impidan realizar sus actividades.
“El duelo es el conjunto de sentimientos, pensamientos, estados de ánimo, comportamientos y reacciones fisiológicas que experimentamos cuando perdemos algo importante, es el camino que se tiene que recorrer si se quiere recuperar la estabilidad biopsicosocial y espiritual”, dijo.
De acuerdo con la psicoterapeuta gestalt, este proceso de pérdida está conformado por diferentes etapas:
1. La negación: “Aquí se dificulta aceptar una realidad que nos duele, que no nos gusta y que quisiéramos que no fuera así. Es importante que en esta etapa se evite engañarse o maquillar la realidad”, comentó la maestra.
2. La rabia: Ocurre cuando se presenta el enojo, coraje, odio, envidia o alguna otra emoción que se intensifica.
3. La culpa: Según la psicoterapeuta gestalt, en esta etapa se presenta una emoción de resentimiento y la mujer puede pensar constantemente en lo que “hubiera podido evitar”.
4. La depresión: Este es uno de los momentos más difíciles, en donde la tristeza protagoniza la situación. Asimismo, pueden aparecer síntomas psicosomáticos y emocionales.
5. La aceptación: “En este último paso del proceso doloroso, una vez que se hayan sentido, expresado y vivido todas sus etapas, comienzan nuevamente las ganas de divertirse, ya no se sienten esas ganas de llorar, no hay tristeza, ni culpa, existe paz interior y se siente que la vida sigue”, explicó la especialista.
Es muy importante que vivas cada una de las etapas del proceso de duelo y tengas en cuenta que todo al final siempre pasa. A diferencia de los hombres, las mujeres tienden a manifestar de manera más notoria su estado de ánimo; lo que puede ayudar a superar esta situación más rápido.
“Es un proceso doloroso, pero también de aprendizaje. Cada persona y cada mujer viven estos momentos de manera diferente; evitemos juzgar y poner un tiempo para “superarlo”. Es importante que sientas cada etapa, la expreses y la vivas; también aprende a conocerte y a reconocer tus límites”, indicó la profesional.
¿Y los hijos?
Sabemos que te has cuestionado sobre lo que ocurrirá con tus hijos ante esta situación. Sí, nadie dijo que ellos lo tomarán a la ligera, pero debes tener en cuenta que al atravesar un divorcio, la dinámica familiar tendrá algunos cambios; ellos también se enfrentarán al proceso de duelo.
“Los niños y adolescentes, aún cuando sus papás no le hayan comunicado la noticia, van percibiendo ciertas tensiones y comienzan a manifestarlo, ya sea verbalmente o con cambios de conducta”, mencionó la maestra Mariana Hurtado.
La especialista indicó que al momento de hablar con la familia sobre el divorcio, tanto papá como mamá lo hagan de manera sincera y con el corazón. “Es importante que ante este suceso de separación, busquemos y seamos empáticos con los hijos. Nosotros como adultos pensamos y sentimos diferente a ellos. Por eso, seamos sinceros y cariñosos al momento de comunicar esta noticia”, dijo.
Se recomienda que cada uno de los padres platique la realidad sin “intoxicar” la mente de sus hijos con los conflictos que tuvieron como adultos y como expareja. Es necesario que sepan que ya no estarán juntos en casa, pero que siempre podrán contar con su cariño, amor y apoyo.
“Recuérdanles lo mucho que los aman y que siempre seguirán siendo sus padres; también explíquenles las rutinas que ahora seguirán en casa y la nueva dinámica familiar (si visitarán a alguno de los papás en fin de semana, vacaciones, etcétera)”, explicó la maestra Mariana Hurtado.
Los hijos merecen saber la verdad. Evita fomentar la fantasía o disfrazar la realidad con comentarios agresivos como “se va ir de viaje”, “luego regresa”, “ya no nos quiere”, “por tu culpa”, “él/ella me dejó”, etcétera. Entre más claro, sincero y empático, tal como lo dijo la especialista, mejor será el proceso de duelo para ellos.
En el caso de las madres, la psicoterapeuta gestalt recomendó contar con una red de apoyo (familia, amigos y/o especialista) para poder resolver su propio duelo y evitar “contaminar” a sus hijos con emociones y sentimientos no resueltos.
Escribiendo un nuevo capítulo
La vida está conformada por diferentes capítulos, y tú estás a punto emprender uno nuevo. Quizás puede que te sientas sumergida en un mar de sentimientos, pero ¡tranquila!, la calma llegará muy pronto.
Ante un divorcio, la familia y los amigos juegan un papel significativo para enfrentar el proceso de duelo; sin embargo, también puedes encontrar ayuda con un especialista o con algunos grupos sociales que puedan brindarte este soporte (terapia de grupo, reunión de iglesia, meditación, entre otros).
Es importante que no caigas en la red de la depresión, porque de lo contrario puedes experimentar situaciones que dañen directamente a tu salud. “Una persona deprimida puede perder interés en la mayoría de sus actividades cotidianas, tiene dificultad para relacionarse con el entorno y la persiguen cambios de humor frecuentes que causan irritabilidad y afectan su capacidad cognitiva”, indicó la psicoterapeuta Mariana Hurtado.
Como cualquier otro sentimiento, el dolor no se cura evadiéndolo; necesitas sentirlo y dejarlo estar. A veces el sentimiento que desencadena una pérdida se mezcla con recuerdos que nos han dañado y la situación puede empeorar.
De acuerdo con la maestra, “llorar es una forma de desahogo indispensable en el proceso de curar la tristeza”; por eso hay que hacerlo cada vez que se desea, todo el tiempo que se quiera y cuantas veces sea necesario… algún día, de manera espontánea y natural, se acabarán las ganas de sentir lágrimas en los ojos.
Sin embargo, según la especialista, existen otras formas de disminuir el dolor emocional; por ejemplo:
1. Escribir poemas, pintar o realizar cualquier actividad relacionada con el arte.
2. Tener contacto con la naturaleza.
3. Meditar y contactar con lo más profundo de sí misma.
4. Hacer ejercicio.
5. Salir con amigos y familia.
6. Tener un viaje sola.
7. Realizar nuevas actividades.
8. Practicar ejercicios de respiración.
9. Consentirse en todos los sentidos.
10. Sonreír y recordar que todo pasa, todo es pasajero y todo se resuelve.
Debes ser fuerte. No importa por lo que estás atravesando; nada es permanente, todo es temporal. Cada cosa pasará y en algún momento de tu vida mejorará. Pero nunca decaigas, porque en la historia de tu vida no existirá carga mayor que no puedas soportar. Un nuevo comienzo se aproxima.
“Vive un día a la vez, concéntrate en el aquí y el ahora”.
