Sorpresa. Boris Johnson 'dio las gracias' también a los aliados británicos por el apoyo al Ejecutivo británico en esta crisis.
El ministro británico de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, aclaró hoy que la disputa británica en torno al envenenamiento del exespía Sergei Skripal tiene únicamente que ver "con el Kremlin de Vladímir Putin y no con los ciudadanos rusos".
En declaraciones a los medios durante una visita a un museo en Londres junto con su homólogo polaco, Jacek Czaputowicz, el ministro aludió a la crisis que enfrenta a Londres y Moscú, tras el ataque cometido el pasado día 4 con un agente nervioso de fabricación rusa contra el exagente y su hija Yulia en la localidad de Salisbury.
El jefe del Foreign Office hizo hincapié en que este país considera "abrumadoramente probable" que detrás del envenenamiento de Skripal y su hija, que siguen en "estado crítico", estuviera Putin.
Según Johnson, el presidente ruso "dirigió el uso del agente nervioso a las calles del Reino Unido, a las calles de Europa, por primera vez desde la II Guerra Mundial".
Matizó, no obstante, que si bien su país está ahora "en desacuerdo con Rusia", el "enfado" británico no va dirigido contra los ciudadanos rusos ni el incidente ha provocado una "rusofobia".
"La disputa del Gobierno británico no es contra los rusos. No es contra los rusos que viven en este país. No tenemos nada contra los rusos. No hay 'rusofobia' como resultado de lo ocurrido", puntualizó.