Polémico. El mensaje de Trump de ayer continuó provocando ataques directos contra los aliados de Estados Unidos y algunas de las economías más grandes del mundo.
Donald Trump utilizó las redes sociales para retar a la Unión Europea (UE) después de que el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, afirmara que los países miembros se defenderán de los nuevos aranceles anunciados por la Casa Blanca esta semana.
"Si la UE quiere aumentar, aún más, sus ya de por sí enormes tarifas y barreras a las empresas estadounidenses que operan allí, nosotros simplemente aplicaremos un impuesto sobre sus vehículos que fluyen libremente por EU", escribió Trump en su cuenta de Twitter.
Asimismo, el mandatario acusó a la UE de dificultar la venta de automóviles de origen estadounidense en el mercado único, hasta el punto de "hacer imposible" comerciarlos en el Viejo Continente, lo que supone, según dijo, "un gran desequilibrio comercial".
Estas declaraciones se producen después de que antier viernes Washington anunciara que planea imponer, de manera generalizada, nuevos aranceles a las importaciones de acero y aluminio, sin tener en cuenta su procedencia, si bien concedió que se podrían contemplar ciertas excepciones para ciertas "situaciones" particulares.
A raíz de este anuncio, Juncker señaló, durante un discurso que tuvo lugar en el Ayuntamiento de Hamburgo, que los europeos también pueden ser "tan tontos" como para tomar medidas similares y defender que tal vez sea necesario hacerlo.
"Europa debe defenderse y se defenderá", garantizó el presidente de la Comisión Europea.
Asimismo, Junker recordó que durante la cumbre del G20 que se celebró el año pasado precisamente en Hamburgo advirtió a Trunp de que no impusiera los aranceles, aunque, según lamentó, sus palabras no parecen haber impresionado al presidente de Estados Unidos.
En esa misma cumbre, sin embargo, Trump ya dejó entrever sus intenciones con respecto a la industria europea del automóvil al afirmar en una entrevista concedida al diario Der Spiegel: "Miren los millones de autos que venden en Estados Unidos. Vamos a detenerlos".
Diversas marcas europeas, como Mercedes-Benz, BMW o Volkswagen cuentan con plantas de producción en Estados Unidos, sin embargo, la relación sectorial entre ambos bloques no atraviesa por su mejor momento, tal y como quedó de manifiesto cuando diez estados demandaron a la propia Volkswagen por las emisiones ilegales de sus motores diésel.