— Nicolás Maquiavelo
Entrados en las campañas electorales, los discursos de los ya candidatos y analizando las múltiples encuestas que cada día se ofrecen al elector y que, difícilmente dos de ellas son, ya no idénticas, sino simplemente "parecidas", nos enfrentamos al concepto de "político realista", ya sea entre quienes buscan un cargo, entre quienes son parte del equipo del candidato o del simple elector. En su "Enciclopedia de la Política", Rodrigo Borja considera al político realista como aquel que: "percibe la realidad social como ella es y no como él quisiera que fuera; …obra con los pies en la tierra; sabe que el hombre no tiene alas. Que se mueve en el escenario que es y no en el imaginario".
Una problemática seria de la política mexicana es la falta de realismo, de objetividad, ha dejado de ser una ciencia de lo posible para convertirse en un arte del engaño, auténtica falta de contacto con la realidad, una visión política que se nutre de fantasías, que pierde su relación cronológica y espacial y se empeña en fijar quimeras a base de mentiras cimentadas en apreciaciones, ahora en memes y hasta falacias de autoridad: "porque lo dijo el presidente ya es razón de peso".
Maquiavelo escribe a favor de la razón; presenta a Lorenzo II de Médici aspectos claros de los hechos consumados que son experiencias replicables que aseguran su poder. El florentino se apega a la realidad de los hechos, a la evidencia fáctica, alejada de elucubraciones fantasiosas; sólo acepta la política como algo dado y dable.
Nicolás Maquiavelo establece que la vara con la que se mide el actuar político radica en el ámbito de los resultados y su máxima virtud ética es la prudencia, la cual implica una sabia ponderación de las consecuencias. Para comprender este principio él afirma: "Ningún hombre sabio censurará el empleo de algún procedimiento extraordinario para fundar un reino u organizar una república; pero conviene al fundador que, cuando el hecho le acuse, el resultado le excuse" El actual ejecutivo federal se enroló en reformas estructurales que, si bien eran indispensables y su partido las había impedido en los sexenios anteriores por no dar gloria a los adversarios, el tiempo y las condiciones deberían ser perfectas. Hoy, a pesar de que se presumen, se alaban y hasta se enoja el presidente porque ya sabe que "no le aplauden", han sido un fracaso rotundo, los precios de los combustibles están por los cielos y la inflación nuevamente nos invade. No hay resultado que lo excuse, "ni chile que nos embone", y los medios utilizados están siendo juzgados a partir de los logros obtenidos.
El Informe General Ejecutivo de la Cuenta Pública de 2016 que la Auditoría Superior de la Federación; un órgano técnico especializado de la Cámara de Diputados, dotado de autonomía técnica y de gestión, encargado de fiscalizar el uso de los recursos públicos federales en toda la administración pública, federal, estatal y municipal; encontró riesgos serios que, frente a presunciones ejecutivas, desafían la realidad administrativa actual. Sólo unos ejemplos concluyentes de dicho informe:
"A cuatro años de la aprobación de la Reforma Educativa, aún no se observa su contribución en la mejora de la calidad de la educación"
"En relación con la pobreza extrema alimentaria, a cuatro años de la instrumentación de la Cruzada Nacional Contra el Hambre, dicha estrategia no constituyó una solución estructural y permanente para incidir en ese problema, ya que persistieron deficiencias en su implementación y en la focalización de la población objetivo" Aquí se debe recordar que la forma de medición de la pobreza por el INEGI fue adaptada =idealmente= para que decreciera el número de personas en extrema pobreza y por ello chocó con las mediciones reales del CONEVAL.
"…no se logró detener la pérdida de superficie forestal. De 2011 a 2016 disminuyó en un millón de hectáreas dicha superficie, con un costo anual por agotamiento de los recursos de 15,461.7 mdp, monto superior en 92.9% respecto de los 8,014.9 mdp erogados por las entidades responsables de la política forestal" Aquí vale la pena preguntar por las acciones ambientales que tanto presume el faldero verde que siempre está dispuesto a entregarse al PRI como tapete para que éste se limpie el lodo.
Y en la diaria y casi imposible tarea de encontrar un día en que no surja un descubrimiento en corrupción, la Auditoría Superior de la Federación establece que: "… el daño al erario se puede materializar a través del desvío de recursos, el desperdicio de bienes adquiridos no utilizados, pagos en exceso o incluso peor en donde no se acredite la entrega de bienes o prestación de servicios". Además, halló irregularidades por 98 mil 102.9 millones de pesos en el Gasto Federalizado de 2016. Estados, municipios y delegaciones de la Ciudad de México no contaron con documentación comprobatoria del mismo, no ejercieron los recursos, hicieron transferencias a otras cuentas bancarias o realizaron pagos improcedentes.
También la ASF encontró una explicación para la gemela de la corrupción: La impunidad; es la discrecionalidad materializada en indefiniciones administrativas que permiten operar sin manuales y/o reglas de operación a pesar de que existan. Los funcionarios recurren a excepciones con justificaciones laxas permitidas por la misma norma. También los gobiernos pueden contraer créditos utilizando como garantías las participaciones federales, es decir, aquel pago destinado al beneficio ciudadano en bienes y servicios, o, también, utilizando los recursos de las pensiones y jubilaciones.
Ante ello, se deben justificar los regaños del presidente de la república por la "irracionalidad del enojo social"; acomedirnos dándole el óbolo de complacencia que ha implorado repetidas ocasiones; reconocer los logros de su sexenio y no atreverse a montar el tren del "surrealismo político" que lo critica.
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