Columnas la Laguna

PARTICIPACIÓN CIUDADANA 29

RESCATAR

MA. DE LOS ÁNGELES ORDÓÑEZ

El descanso que significa para nuestros oídos y ojos, una vez que termina la mal llamada precampaña, nos da un respiro para sacudirnos el ruido y la basura de tanta palabrería, ofertas y promesas sin sentido llenas de QUÉS y faltas de CÓMOS, que debemos aprovechar para darnos a la tarea en nuestro rol de ciudadanos de reflexionar sobre lo que tenemos a la mano y a la vista y que por tenerlo tan cerca no lo observamos con cuidado. Se puede afirmar que es el origen de muchos de nuestros problemas y lo puede ser también de sus soluciones, me refiero a dos órganos de gobierno, el Cabildo y el Congreso local; ¿por qué de nuestros problemas? se preguntará amable lector. Porque en esos espacios se generan las reglas que luego sirven para que se tomen decisiones, las que se traducen en acciones y generan un producto que puede beneficiarnos o perjudicarnos. Por los hechos se puede afirmar que ha sido más lo segundo que lo primero.

El Cabildo es la máxima autoridad del Gobierno municipal, según la ley, se integra por dos síndicos, uno que es el representante legal del gobierno ante terceros, y otro que es responsable de vigilar el uso y manejo del presupuesto; un número determinado de regidores según el número de habitantes del municipio, y que tienen como principal tarea vigilar que en el Gobierno municipal se cumplan y respeten las leyes y reglamentos, autorizar el proyecto de presupuesto de egresos que se presenta cada año al Congreso para su aprobación, presentar propuestas de nuevos reglamentos o reformas a los que están vigentes, proponer al Cabildo acciones para la mejora de los servicios públicos y el desarrollo del municipio y representar los intereses de la comunidad, entre otras.

Es común que la mayoría de los ciudadanos de un municipio desconozca las tareas y responsabilidades de quien de manera indirecta representa sus intereses (porque no se elige de manera individual, sino en planilla) y por ello no lo considere como un servidor público que recibe un sueldo muy bueno que tiene la obligación de informarle lo que hace. La representación que tiene nos debe plantear a los representados que tenemos el derecho de exigirle haga bien su trabajo y nos presente evidencias del mismo.

El derecho que tenemos a que nos rindan cuentas, nos plantea una primera obligación: conocer las obligaciones del gobernante y nuestros representantes para saber si lo que nos dicen es congruente con lo que hacen; aquí tenemos la oportunidad de ver si somos ciudadanos, o si seguimos cumpliendo el rol de habitantes.

Un poco más alejado encontramos al Congreso local, también al igual que el Cabildo es un órgano de gobierno que funciona de manera colegiada, es decir, donde se discute y decide por el conjunto de diputad@s sobre los asuntos de nuestro interés, como es la aprobación y distribución del presupuesto, vigilar cómo se gasta, discutir y aprobar o reformar leyes, es decir, las mismas tareas del regidor, pero ampliadas; se reproduce el modelo y todo viene por imitación del Congreso Nacional.

Por ello es importante saber que son tres las tareas genéricas de un legislador: la representación, en este caso de nuestros intereses, la legislación, que debe ser de acuerdo a nuestras demandas y para nuestro beneficio, y la fiscalización, que la podemos reducir a nuestro dinero, que por la vía de impuestos se transforma en presupuesto. Sin embargo, ¿qué es lo que ha sucedido?, que la fiscalización se hace a modo, acotada y selectiva porque la legislación está diseñada para que así sea, y ante la ausencia de una representación efectiva, nuestros intereses, los de todos los mexicanos, quedan supeditados a los de quien legisla y representa, y de quien gobierna por mandato un país, un estado, un municipio. La relación entre poderes es perversa, los hechos de cada día así nos lo demuestran. Debemos rescatar la representación que de nuestros intereses tienen regidores y diputados, si realmente queremos ser factor para que las cosas cambien para bien; estamos en el momento y coyuntura para iniciar este rescate; amable lector, si te interesa rescatarla, acércate a PC 29, te decimos como lo podemos hacer juntos, y lo iniciamos conociendo las reglas a que se deben sujetar estos representantes.

En el Cajón. Aunque sigue siendo el mismo ruido y basura, no podemos dejar de lado el comentar el batidero en que se han convertido los partidos políticos y las coaliciones que se formaron; unos en franquicias, negocios familiares y verdaderas mafias; otras en la representación fiel de cómo está acabando un sistema, un régimen agotado, que lo mismo postula presuntos que reales pillos a cargos de elección, para que tengan el derecho al fuero, y que diluye cualquier vestigio que quedaba de doctrina, principios e ideología. Al garete pues, sin referentes se queda la sociedad toda para elegir gobierno.

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