Cuando daba sus primeros pasos, el pequeño Jeremy abrió la puerta prohibida.
Dentro de aquel buró, encontró artefactos en desuso; habían permanecido ahí durante años y le bastaron unos cuantos minutos para desordenarlo todo.
Cuando me percaté, era demasiado tarde. Como pude, recogí el regadero de casetes y los metí en una caja. Cajas sueltas, "libritos, 'tapes'. Eran más de cien.
Tiempo después, abrí de nuevo el recuerdo y reacomodé cada una de las piezas; hay algo que siempre nos hace volver a los lugares donde fuimos felices.
Ese reacomodar recuerdos se tradujo pronto en un viaje en el tiempo, mismo que siempre termina por alcanzarnos.
"El casete está de regreso", asegura un reportaje publicado en días pasados en las páginas de este diario. Y aunque es prácticamente improbable que el casete vuelta a ser lo que fue cuando tuvo su auge, es innegable que la pasión por este formato tan tradicional se niega a morir.
Algunos jóvenes observan los casetes con asombro y están lejos de comprender los memes que rodean el tema. Como el de la pluma recostada a un lado de un 'tape', como simulando que han tenido relaciones.
En la actualidad, se dice que hay grupos virtuales en los oscuros pasadizos de las redes sociales donde aún se presume este tipo de material, e incluso se compra, vende e intercambia.
Según el citado reportaje, también hay compañías y artistas de la música que han editado sus recientes obras en este formato. Recuerdo haber visto a fechas recientes una colección con piezas clásicas de Sodom editadas en 'tape'; una belleza que atenta a la razón.
Una vez restaurada mi pequeña y añeja colección de casetes, procedía una limpia y mediante los referidos grupos de 'autoayuda' en Facebook pude acomodar algunas piezas en los estantes de algunos compañeros de pasión. Y cuando creí que podría deshacerme de todo recuerdo que me atara a la vida pasada, volteo al cajón de la puerta prohibida y la colección recibe a nuevos inquilinos día a día. Inevitable.
En una de esas listas de los "más vendidos" apareceren 13 Reasons Why y Stranger Things como los principales promotores de casetes en el presente. Al final de la lista, el vanagloriado Nevermind (Nirvana) que, coincidentemente fue el primero en mi colección, allá por el '92 (sí, empecé desde bebé). Me costó 28 pesos y 50 centavos.
Que si "la calidad no es la mejor", que si "no tienen tanta vida"... ese, mi primer tape, aún reproduce a la perfección y conserva intactos los títulos de las canciones por ambos lados.
*Ventaja del tape: la dificultad para adelantar canciones te hacía escuchar la obra completa; los antiguos se volvieron expertos escuchas y no solo conocían los sencillos de las bandas.
*La mala noticia: el tape regresa pero el CD muere; Best Buy y Target dejarán de vender el formato este año. Parece que el destino finalmente nos alcanza.
Ayer, cumplieron años Roots, el último álbum de Cavalera con Sepultura, y The Jester Race, joya de los malqueridos In Flames.
El pequeño Jeremy se hace grande; mañana cumple años. Mañana también llega Firewind a la Comarca; quien puede ir, que vaya.
All you need is heavy metal! See you! @Foko_54
