La maestra le preguntó al niño:
¿Sabes por qué el Sol nos da su luz y su calor?
Respondió el pequeño:
-No lo sé. Pero el Sol sí lo sabe.
Yo no sé si en verdad el Sol lo sepa, pero sí sé que lo sabe una sabiduría que los hombres no sabemos qué es, o quién. Para algunos esa sabiduría se llama Dios. Otros le dan el nombre de azar. Unos más hablan de la materia y de sus cambios en un tiempo infinito.
Quién sabe. Pero hay alguien que sabe, y que trasmite su saber a las criaturas. El Sol sabe lo que debe hacer, y lo mismo el río y el mar, la nube, el árbol, el pez, el ave, el animal.
De ellos deberíamos aprender los hombres.
Ellos saben ser lo que son.
Los hombres, tan inhumanos a veces, no lo sabemos.
¡Hasta mañana!...