El día de ayer publicó en su columna el periodista Carlos Loret de Mola, una lista de impresentables personajes políticos vinculados a escándalos de corrupción.
El recuento lo encabeza la maestra Elba Esther Gordillo, secundada por el líder sindical minero Napoleón Gómez Urrutia, el Napito; en la misma lista está el presidente vitalicio del Partido del Trabajo, Alberto Anaya quien ha sido acusado de quedarse junto con su esposa de dinero público destinado originalmente a instancias infantiles. ¿Quién puede olvidar al célebre hombre pillado en un video furtivo recibiendo fajos de dinero del "empresario" Carlos Ahumada? sí el inconfundible hombre de las ligas, René Bejarano. En el mismo grupo está nada menos que Manuel Bartlett, el principal artífice del fraude electoral del distante 1988.
La publicación de Loret menciona a más personajes, pero los principales son los que se encuentran en el párrafo anterior. ¿Qué tienen en común todos los antes mencionados en común? primeramente que tienen fama pública de corruptos, aunque la memoria del pueblo sea muy corta. Lo segundo es que todos ellos ahora están en el seno de don Andrés Manuel López Obrador, el famoso Pejelagarto que hoy por hoy liderea todas las encuestas serias para las elecciones presidenciales del próximo primero de julio.
En honor a la razón, queda claro que López puede aceptar en su equipo a personas de toda ralea con tal de hacerse del poder, tal y como lo han hecho sus adversarios políticos, así que el cuentecito de que en su círculo sólo hay gente proba se cae por la borda. Ahí están los nombre, ahí están las pruebas.
Esto viene a cuento porque ante el inminente triunfo del más veterano de los candidatos presidenciales (López Obrador asumiría la presidencia con sesenta y cinco años cumplidos) hoy como es natural surgen voces en los partidos antagónicos a su proyecto que intentan manipular negativamente a la opinión pública en cuanto a su parecer sobre el puntero de las encuestas.
Existe un ánimo en amplios sectores de la sociedad que Andrés Manuel representa el cambio verdadero. Pero una vez más, si alguien con cierta capacidad intelectual no quiere notar que en el equipo del candidato de Morena hay corruptos, sencillamente ya no es un asunto de razón.
Así pues, con lacras en su equipo de trabajo y todo, a López le hacen el favor por supuesto sus principales adversarios. El partido oficial, el PRI ha dado una y otra vez prueba de ser los campeones de la corrupción. En este sexenio, los gobernadores como Javier Duarte, Roberto Borge, César Duarte, Tomás Yarrington; así como escándalos como el de la Casa Blanca de la esposa del presidente, el socavón de Cuernavaca y tantos casos más, no hacen sino marcar indeleblemente al candidato del PRI con el sello de la corrupción.
Por supuesto que en la otra opción también hay ejemplos de corruptos. El ex gobernador sonorense Guillermo Padrés es un buen ejemplo de que en la derecha tampoco están exentos de corruptelas. En lo particular, los laguneros no tenemos que ir tan lejos para constatar que en el PAN hay quienes se enriquecen más allá de lo que deberían mostrar de acuerdo a sus puestos ocupados. De casas medias a mansiones en el fraccionamiento Las Villas, son ejemplos vivos que hace tiempo Acción Nacional dejó de ser garantía de honestidad.
En todos lados hay excepciones por supuesto. Una de ellas, lo puede representar el alcalde actual de Torreón Jorge Zermeño, quien ha conservado su mismo estilo de vida de muchos años. Desafortunadamente don Jorge también tiene que entrarle a la politiquería, en aras de seguir en la competencia.
Esto viene a cuento por la información publicada en El Siglo el día de antier en donde el gerente de Simas Torreón, Juan José Gómez reconoce que el 22% de los hogares de la ciudad pagan el agua. En cifras, 40 mil de 187 mil tomas son sujetos a cobro, ¿y los demás? bien gracias.
Cuando se le cuestiona a Gómez sobre la salud financiera del sistema de aguas con tan poca recuperación, el funcionario se remite a decir que al 80% que no paga " se le va a invitar a pagar".
Claro está que también Zermeño hace travesuras. Obvio que no va a molestar a la ciudadanía afortunada que no paga el agua (si son el 80%) si él está pensando en reelegirse, no en el bien común. Además, poco importa si estamos otros imbéciles del 20% de la población que sí pagamos, y que además apenas ya empezó la nueva administración, nos cobran un 25% más.
Es evidente que estamos llenos de corruptelas por todos lados, por lo que las lacras de López palidecen ante el diario ultraje que vivimos los ciudadanos laguneros por parte de los gobiernos municipales (como este ejemplito del agua) o estatales, o por aquello de la megadeuda sin aclarar y el saqueo del Moreirismo a Coahuila, por mencionar lo más próximo.
