El jugador Jonathan Morales (i), de los Criollos de Caguas de Puerto Rico, festeja un cuadrangular con sus compañeros ante las Águilas Cibaeñas de República Dominicana durante el juego de la final de la Serie del Caribe. (EFE)
Rally de 5 carreras en el cierre de la séptima entrada, coronado por cuadrangular de Jonathan Morales, impulsó a los Criollos de Caguas, Puerto Rico, a vencer anoche por pizarra de 9 a 4 a las Águilas del Cibao, representantes de la República Dominicana, con lo que los boricuas se coronaron bicampeones de la Serie del Caribe, en una gran final ante más de 15 mil aficionados en el estadio Panamericano de Guadalajara, Jalisco.
El equipo campeón de la LiDom tomó ventaja en la pizarra al anotar par de carreras durante la misma primera entrada, atacando los pitcheos del abridor Adalberto Flores, quien luego de conseguir el primer out, entregó base por bolas a Gustavo Núñez y enseguida también caminó a Junior Lake, aunque el lanzador boricua ponchó al peligroso Édwin Espinal para el segundo out, lo castigó Juan Carlos Pérez con doblete contra la barda del jardín central - derecho, batazo bueno para que sus dos compañeros llegaran hasta la registradora.
Los Aguiluchos volvieron a la carga durante el tercer inning, en el que Núñez volvió a hacer un largo corrido de bases, tras recibir cuatro pelotas malas, el encendido Lake pegó doblete por la raya del jardín izquierdo, aprovechando Núñez para "volar" hasta home.
El zurdo Raúl Valdés ejerció pleno dominio ante la ofensiva boricua durante los dos primeros episodios, pero en el cierre del tercero lo castigó Rusney Castillo al pescarle una recta para depositar la pelota por encima de la barda del jardín central, su segundo jonrón de la Serie del Caribe, que sirvió para poner a los Criollos en la pizarra.
Rápido recuperaron esa carrera los dirigidos por Lino Rivera, al fabricar una anotación durante la apertura del cuarto inning, producto de un error del antesalista David Vidal ante batazo de Yefri Pérez, lo que aprovechó Carlos Paulino para escabullirse hasta el pentágono.
Pero aunque el equipo quisqueyano parecía tener el juego controlado, los puertorriqueños respondieron con furia durante la fatídica séptima entrada, al conseguir un jugoso rally de 5 carreras para darle la voltereta a la pizarra.
Valdés consiguió un out, pero entregó bases por bolas a Anthony García y a Vidal, para dejar el juego y ser relevado por Ramón Ramírez, quien con wild pitch permitió que los corredores se adelantaran, anotando enseguida con un imparable de Rubén Gotay.
Siguió Dayron Varona para pegar un elevado corto al bosque central que picó de hit, saliendo del juego Ramírez que cedió su lugar en la lomita a Wirfin Obispo, quien permitió el batazo estelar, obra de Jonathan Morales que mostró todo el poder de sus canillas al pegar jonrón por encima de la barda del jardín izquierdo - central, tablazo bueno para 3 carreras que dieron la delantera a los boricuas por primera vez en el juego.
Mayor ventaja tomaron los Criollos en la octava tanda, en la que Johnny Monell disparó un bien colocado tubey por el jardín de la izquierda, haciendo anotar a Jesmuel Valentín y a Anthony García, todavía Gotay disparó sencillo remolcador de Monell.
Ya con la considerable distancia en el score, Miguel Mejía consiguió los últimos 3 outs para garantizar la victoria boricua y el bicampeonato en el Clásico Caribeño, algo que no sucedía desde 1998, cuando lo habían logrado las Águilas Cibaeñas.
