Eficientes. Esta tecnología es usada ya por muchas marcas de automóviles. (ARCHIVO)
Además de ser desgastante en un plano físico y mental, el estar detenido en un embotellamiento vial representa mayor desgaste del vehículo, pues el auto mantiene una elevada temperatura sin avanzar y, además, consume combustible de manera ineficiente. No es secreto para más de uno que el tener un auto andando en situaciones de ciudad representa mayor consumo que su comportamiento registrado en manejo de carretera.
Bajo la premisa de evitar que el auto consumiera combustible en situaciones innecesarias, diversos fabricantes han desarrollado desde 1999 un sistema que detecta cuando el vehículo está detenido para apagarlo y, una vez posado el pie sobre el clutch o el acelerador, este reiniciara su funcionamiento.
Esto con el propósito de ahorrar combustible en registros de hasta el 20%. A casi 20 años de sus primeras instalaciones, esta clase de sistemas se ha vuelto una constante en los modelos más nuevos del catálogo de las marcas, dejando de lado las distinciones hacia los vehículos premium, económicos o deportivos. La norma se ha transformado para uniformar que todo auto debe ser más eficiente sin importar su propósito.
Mayor trabajo del motor. Cuando se trata de durabilidad y larga vida, los autos modernos cuentan con sistemas de embrague bastante confiables. Sin embargo, a mayor cantidad de ciclos de detención y arranque se produce un mayor desgaste del motor y la marcha de la transmisión.
De acuerdo a registros, un auto convencional tiene a lo largo de su ciclo de vida 50 mil operaciones de encendido común. Sin embargo, los autos modernos con sistema Start & Stop esta cifra aumenta drásticamente con hasta 500 mil ciclos de detención y arranque durante la vida útil del motor.
INCÓGNITA SOBRE SUS CONSECUENCIAS A LARGO PLAZO
Tal aumento a sus operaciones representa un salto que plantea grandes desafíos para la durabilidad y la vida útil de los cojinetes del motor. Los fabricantes de autos señalan que han desarrollado nuevas coberturas en los componentes para prolongar su durabilidad. Sin embargo, esto se verá reflejado hasta dentro de unos años cuando el ciclo de reparaciones de los autos empiece a dictar si esta tecnología afecta al funcionamiento de la transmisión, pues, a pesar de tener más de 20 años en el horizonte de las tecnologías automotrices, su mayor propagación se ha ejecutado en los últimos tres años como una tecnología estandarizada para los autos.
