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Las palabras tienen la palabra

Los siete tipos de españoles

Entre los escritores españoles de principios del Siglo XX, destaca indiscutiblemente Pío Baroja. Era un tipo irritante y conflictivo. Pasó su juventud entre dudas; nunca supo bien cuál era su vocación.

En Valencia, terminó la carrera de medicina y se graduó a pesar de ser un pésimo estudiante. Ya practicando su profesión, se enemistó con todo el mundo, con sus maestros, con sus colegas y hasta con sus enfermos y se retiró. Fue a dar luego a Madrid, donde compartió con su hermano un negocio de panadería.

Sin embargo, entre todas sus dudas, había siempre una orientación predominante: su deseo de ser escritor. En Valencia, había hecho algunos intentos de escribir cuentos, artículos, tal vez una novela… sin embargo, todo lo rompió o lo dejó olvidado por ahí.

Tal vez lo que había traído siempre era una careta para disfrazarse ante sí mismo porque cuando se decidió por fin a escribir resultó fecundo y sensible. Entre sus abundantes obras merece citarse "Camino de Perfección", que es una evocación muy personal de su dudante juventud.

El mundo de Pío Baroja fue el de los pobres, los marginados, y al lado de ellos hacía surgir figuras de gente rara y absurda, seres fantásticos y locos. A todos se acercó con sus desplantes de ironía "con un deseo de redención y de justicia, que le emparenta con los grandes novelistas europeos", donde hace honor a su nombre "Pío", que significa piadoso, devoto y compasivo.

Para nosotros los mexicanos, una tertulia es una fiesta. Para los españoles, es una reunión de gente que quiere conversar o puede ser también un café donde la gente se reúne a jugar billar, cartas o dominó.

Se cuenta que una de esas tertulias que había abierto Ramón del Valle Inclán en un café de Levante, hervía por las noches con la flor y nata de los intelectuales y artistas más significativos.

La anécdota dice que una noche de mayo de 1904, Baroja sorprendió a los presentes diciendo: La verdad es que en España hay siete clases de españoles que son como los siete pecados capitales:

1. - Los que no saben. 2. - Los que no quieren saber. 3. - Los que odian el saber. 4. - Los que sufren por no saber. 5. - Los que aparentan que no saben. 6. - Los que triunfan sin saber y 7. - Los que viven gracias a que los demás no saben. Luego agregó: estos se llaman a sí mismos políticos y a veces hasta intelectuales.

Y yo pregunto: ¿y si le aplicáramos esta misma calificación a los mexicanos?

Escríbale a Juan Recaredo: [email protected].

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

José Manuel Herrera pregunta: Del verbo elegir, ¿cuál es la forma correcta: elegido o electo?

RESPUESTA:

Gramaticalmente, ambas formas son correctas. Por costumbre, se usa "electo" para un funcionario que ya ha ganado en las elecciones, pero no empieza aún a ejercer su puesto.

Me voy con esta reflexión: No hay pasión que quebrante tanto la sinceridad del juicio como la ira. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

 LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA Por: Juan Recaredo

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