A 33 años de su fallecimiento, el literato mexicano Antonio Acevedo Escobedo es recordado como un sobresaliente escritor, periodista y crítico literario del siglo XX, cuya obra comprende géneros tan variados como la poesía, el teatro, el ensayo y el cuento.
Perteneció a la generación de Francisco Díaz de León (1897-1975), Gabriel y Enrique Fernández Ledesma (1900-1983 y 1888-1939 respectivamente) y Alejandro Topete del Valle (1908-1999), entre otros.
Nació en Aguascalientes, el 23 de enero de 1909. Desde joven se inclinó por el mundo de las letras, lo que lo llevó a trabajar como tipógrafo a la edad de 11 años, relata sobre el autor una biografía difundida por el gobierno de su estado natal.
A los 16 años se trasladó a la Ciudad de México, donde inició una larga y fructífera carrera literaria, que comenzó como colaborador de José Vasconcelos (1882-1959) en la publicación del periódico La Antorcha.
De acuerdo con la Enciclopedia de la Literatura Mexicana, colaboró en Excélsior, El Hijo Pródigo, El Nacional (1934-1985), El Universal Ilustrado, Fábula, Letras de México (1946-1953), Noctámbulas, Renacimiento y Revista de Revistas (1932-1938).
También fue tipógrafo, cronista de cine y jefe de información de Renacimiento, jefe de redacción de Artes del Libro y de la revista Universidad de México (1946-1953).
Fungió como jefe del Departamento de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) de 1959 a 1971, desde donde realizó una importante labor editorial. Fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y titular del Seminario de Cultura Mexicana (SCM).
Fue nombrado Doctor Honoris Causa en 1980 por la Universidad de Aguascalientes. Además recibió el Premio Nacional de Periodismo en 1982 por divulgación cultural, abunda una biografía difundida por la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
Cuentan que se inició en las letras con los relatos de Sirena en el aula (1935); escribió una farsa popular para teatro guiñol, ¡Ya viene Gorgonio Esparza! El matón de Aguascalientes, y sus inteligentes y amenos ensayos sobre temas literarios.
Entre ellos los titulados: En la feria de San Marcos (1951), Al pie de la letra (1953), Letras de los 20’s (1966), Entre prensas anda el juego (1967), Rostros en el espejo (1974), Puertas a la curiosidad (1974) y En la ola del tiempo (1975).
Entre sus obras también destaca la antología Letras sobre Aguascalientes (1963), volumen que reúne a algunas de las mejores plumas de la primera mitad del siglo pasado, de Pedro de Alba (1887-1960) a Manuel Varela Quezada; de Mauricio Magdaleno (1906-1986) a Mario Mora Barba.
Antes de morir donó al Instituto Cultura de Aguascalientes su biblioteca particular, que constaba de más de 15 mil ejemplares y con la cual se conformó el pabellón que lleva su nombre, ubicado en una sala anexa a la biblioteca “Enrique Fernández Ledesma”, en el edificio de la Casa de la Cultura.
Antonio Acevedo Escobedo falleció en la Ciudad de México el 4 de febrero de 1985.
