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Enfoque

Ingenio mexicano. La anécdota

RAUL MÚÑOZ DE LEÓN

Picardía, sarcasmo, mofa, ironía, la broma, lo chusco; son los ingredientes que nutren el carácter ingenioso del mexicano, que aprovecha cualquier suceso, personaje o situación, por serio, trágico y peligroso que parezca para...

Elaborar un chiste, una broma, y quitarle lo formal y acartonado a los acontecimientos que se dan en su entorno para reír, festejar y burlarse de la vida y sus penalidades, incluso de sus propias tragedias.

Las figuras públicas y famosas, los personajes políticos, artísticos, deportivos y los del espectáculo no escapan al comentario irónico y pícaro del pueblo. Así, presidentes de la República, gobernadores, senadores, diputados, presidentes municipales, futbolistas, actores de cine y televisión, empresarios encumbrados, en fin, gente famosa, son la materia prima de la crítica, sana unas veces, destructiva otras, del comentario chusco, como fórmula idónea para escapar de la tristeza y la pena. Comento en este Enfoque, algunos de los muchos que el ingenio popular ha construido:

*El Maximato es una etapa en la historia del País conocida porque el General Plutarco Elías Calles se autonombró y erigió en Jefe Máximo de la Revolución. Después del magnicidio del general Obregón, 1928, que era presidente electo, ocurrido en el Restaurante "La Bombilla" de San Ángel, en la Ciudad de México, los presidentes Emilio Portes Gil, Abelardo L. Rodríguez y Pascual Ortiz Rubio fueron nombrados por voluntad de Calles, motivando que el General Cárdenas, también puesto por él, lo expulsara del país para evitar que siguiera interviniendo en la política nacional. Este poder que tuvo lo reflejaba una caricatura política, género que por entonces se desarrolló mucho: Aparecía la fachada de Los Pinos, residencia oficial del presidente en turno, con la siguiente leyenda: "Aquí vive el Presidente; el que manda vive enfrente".

Por cierto, a raíz del asesinato de quien fue llamado "El Manco de Celaya", el pueblo intuía que detrás de éste hecho estaba la mano callista, y no la de José León Toral, a quien legal y oficialmente se le atribuyó ser el autor material del crimen; circulando en tal época el siguiente cuento: "¿Quién mató a Obregón?", preguntaba uno, y contestaba el otro: "CALLESe usted y no pregunte".

*El sexenio de Miguel Alemán (1946-1952), fue calificado popularmente como un régimen de pillería y saqueo del país por parte de quienes fueron colaboradores y funcionarios de su administración. La gente decía que al término del período surgió, "espontáneamente", una nueva "comalada" de mexicanos enriquecidos con el dinero del pueblo.

Le siguió Don Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958), a quien le decían Adolfo el Viejo: austero, solemne y formal, por oposición a Adolfo el joven, su sucesor: jovial, atlético y sonriente. Desde entonces, o tal vez con antelación, a los políticos empezó a identificárseles por las iniciales de su nombre y apellidos; así, las iniciales ARC, correspondían al nombre del viejo presidente, pero la gente irónicamente usaba tales iniciales para aludir socarronamente a la avidez y ambición de su antecesor, y entonces dijo: "A Robar Cabrones"; luego leía al revés: "Como Robó Alemán"; ARC-CRA.

*El Licenciado Adolfo López Mateos (1958-1964), uno de los buenos presidente que ha tenido nuestro país, según mi perspectiva, inauguró una etapa diferente a sus predecesores en materia de política internacional, realizando viajes a diversos países del mundo, con el propósito de poner a México en el concierto de las naciones, estableciendo relaciones diplomáticas y comerciales con gobiernos muy lejanos; visitó naciones de Europa, de Asia, de América llevando el mensaje de México de paz y fraternidad; a él se le deben los principios de "autodeterminación de los pueblos" y "la no intervención de un país en los asuntos de otro".

La gente lo quería porque era simpático y carismático, elocuente y apuesto; las damas decían de él que tenía figura de galán de cine; pero ese cariño no impidió que el ingenio mexicano se hiciera presente, transformando su apellido, debido a sus viajes al extranjero, llamándolo Adolfo López "Paseos", en vez de Mateos.

*Gustavo Díaz Ordaz fue presidente de la República en el período 1964 a 1970: las siglas de su nombre GDO. El día de su elección, julio de 1964, se registró un sismo de cierta consideración en la Ciudad de México, y la gente, ingeniosa, dijo que "hasta la tierra había temblado como protesta por haber ganado Díaz Ordaz". De recia personalidad, de carácter duro, de rostro poco atractivo: boca grande y labios gruesos, prominente dentadura y pronunciados apéndices auriculares. No gozó de la simpatía del pueblo, sobre todo, a raíz del movimiento estudiantil de 1968, de cuya masacre del 2 de octubre lo consideró responsable. Por su aspecto físico, la gente, con ironía usó las iniciales de su nombre para hacer de él un retrato hablado: Getón, Dientón, Orejón; GDO.

Una anécdota que de él se contaba, era la siguiente: "Para demostrar su carácter decisivo, temerario y audaz al enfrentar un problema, sobre todo de tipo político, en sus conversaciones con la Tigresa Irma Serrano, con quien era sabido y conocido sostenía un romance, y queriendo aparecer ante ella como hombre fuerte y poderoso, le decía: "chico se me hace el mar, para echarme un buche de agua", anécdota referida a la dimensión de su boca.

Originario del Estado de Puebla, fue entrevistado por un periodista; éste quiso molestarlo y se atrevió a preguntarle: "Señor Presidente, es verdad que los poblanos como usted, tienen dos caras?" (aludiendo a la fama de ser falsos). Díaz Ordaz, tranquilo, imperturbable, incluso simpático, contestó: "Usted cree que si tuviera dos caras, no me habría cambiado ésta, desde hace tiempo?". Tenía sentido del humor el Presidente.

*El movimiento estudiantil fue rico en hechos que dieron motivo a "chistes" y anécdotas; por ejemplo: Días antes de la Inauguración de los Juegos Olímpicos, en Mensaje a la Nación, transmitido por radio y televisión, en un afán e intención de reconciliarse con el sector estudiantil que se sentía ofendido y lastimado y buscando restablecer la paz social para que los juegos se desarrollaran en un clima de tranquilidad, el Presidente dijo, entre otras cosas: "El odio no ha nacido en mí... Tiendo mi mano y la ofrezco en prueba de amistad y armonía". Los estudiantes hicieron circular inmediatamente, expresiones como ésta: "Que se aplique la prueba de la parafina a la mano tendida". (Técnica de investigación policíaca para descubrir residuos de pólvora en la mano para saber si disparó un arma de fuego). Queriendo desprestigiar al gobierno en los días álgidos del movimiento, los líderes distribuyeron propaganda parafraseando irónicamente al General Zaragoza, con esta expresión: "Señor Presidente: las Armas Nacionales se han cubierto de sangre". Después de lo de Tlatelolco, en mítines, marchas y manifestaciones circulaban volantes, panfletos y pasquines con la siguiente leyenda: "¿Quién es el asesino de la Plaza de las Tres Culturas?. . . "LEA el volante y entérese.

*Luis Echeverría Álvarez (1970-1976), acuñó fama de trabajar en su oficina de Palacio Nacional hasta horas altas de la noche, retirándose a descansar muchas veces en las primeras horas de la madrugada del siguiente día; seguramente sigue haciéndolo, pues aún vive, y no se le conoce inactivo, a pesar de su edad. Gustaba de que se le respetara y se le considerara más que presidente de la República, casi una divinidad, por lo que el pueblo tejió una historia anecdótica que tuvo mucha circulación: "En cierta ocasión, época invernal de mucho frío, llega a su casa en Los Pinos después de un día largo de trabajo; se mete en la cama, y Doña Esther que ya estaba durmiendo, al sentir los pies helados de su marido, exclama sobresaltada: "¡Ay Diosito Santo, que fríos!"; replica Echeverría, pensando que la expresión era para él: "Aquí me puedes llamar Luis".

*De José López Portillo, quien fue Presidente de la República en el sexenio 1976-1982, se cuenta que próximo a tomar posesión de su elevado cargo, revisaba los perfiles de quienes serían miembros de su gabinete, rodeado de éstos, asignando a cada uno de los prospectos la secretaría o dirección que le correspondería: Reyes Heroles Gobernación, Santiago Roel, Relaciones Exteriores, Muñoz Ledo, Educación; llegó a la persona de Rosa Luz Alegría con quien sostenía una relación romántica, según los rumores populares. Le dice: "Usted al ISSSTE licenciada". Replicando quien sería en el sexenio Secretaria de Turismo: "¿Al ISSSTE, señor Presidente?, pero no soy médico"; refutándole el presidente electo: "Le digo que usted al-ISSSTE-se, porque en la noche le caigo". Así es de ingenioso y sarcástico el pueblo.

En 1977 se reanudan las relaciones diplomáticas de México con España, y el presidente López Portillo designó Embajador en ese país a Díaz Ordaz; se decía que por indicaciones de Echeverría. Don Gustavo acató la decisión presidencial y asumió dignamente el cargo en el país europeo. Poco tiempo duró, pues contrajo una enfermedad en los ojos, que le impedía tener buena visibilidad. En una visita a México, otra vez un periodista le entrevistó preguntándole cuál era su mal óptico, y el expresidente le respondió, "Es que veo doble, veo dos presidentes", refiriéndose a la intromisión de Echeverría en el gobierno de López Portillo.

*Cuestionario de Ingeniosas Preguntas Folklóricas:

1.- Alguien sabe si Adelita sigue locamente enamorada del sargento?

2.- Quién puede contestar si Juan Charrasqueado aun es borracho, parrandero y jugador?

3.- ¿El amigo del caballo de Martina, al fin volvió por la silla?

4.- ¿Pedro Infante sigue siendo el Mil Amores, porque es el jardinero que corta de las mejores?

5.- ¿Jesús García, alcanzó a "apearse" de la máquina 501, la que corría por Sonora?

6.- ¿Qué pasó con el Caballo Blanco, que no quiso "echarse" hasta ver Ensenada?

7.- ¿De veras del dinero y de Camelia, nunca más se supo nada?

8.- ¿Quién fue la joven de Santa Amalia que el mal hermano quiso seducir; al no lograrlo le dio un tiro en el cerebro que el cráneo le destrozó?

Así es el anecdotario de nuestra política que, dicen, es rara, excéntrica y caprichosa. Y las que aquí se han contado no tienen más propósito que divertir, si es que tienen ese efecto. El corrido también puede ser fuente de reflexión.

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