Columnas Social

Pequeñas especies

M.V.Z. FRANCISCO NÚÑEZ GONZÁLEZ

NUESTRA MASCOTA BLANCA NIEVES

Llegó a la clínica para su venta a los dos meses de edad, se trataba de una cachorrita de la raza samoyedo, parecía una bola de peluche, blanca como la nieve y traviesa como ninguna, no estuvo a la venta ni un solo día, mis hijos entonces contaban con 4, 6 y 7 años de edad, al verle inmediatamente quedaron cautivados, al sacarla de la jaula donde se tenía en exhibición parecía que sabía su destino, salió con tal gusto que hasta parecía sonreír, jamás regresaría a la vitrina del mostrador, salía para vivir con unos niños que la tendrían en condiciones inmejorables dispuestos a darle cariño y protección.

No se les dificultó a mis hijos darle nombre, "Blanca Nieves" ellos lo escogieron y hasta la fecha nos sigue agradando su apelativo, con más de trece años era muy activa, le encantaba escaparse de la casa, utilizaba tal fuerza para empujar la puerta de la cochera la cual tuvo que reparar en varias ocasiones.

Luisa Sofía es la más pequeña de mis hijos, "Blanca Nieves" contaba entonces con cinco años de edad al nacer mi hija Sofía y es quien más la procura, la saca a pasear, le da de comer y cuando enferma es quien le administra sus medicamentos, cuando salimos de vacaciones siempre quiere llevarle con nosotros, constantemente la lleva a la clínica para su baño, la quiere como a una hermana mayor.

Se encontraba "Blanca nieves" puntual para su baño, naturalmente la había llevado mi hija Sofía, fue entonces cuando la doctora que me asiste en la clínica, al estarla bañando se dio cuenta del tumor de glándula mamaria del tamaño de una naranja, lo cual me daba mal presentimiento por la rapidez en que había crecido el tumor, no había pasado treinta días de su último baño y no nos habíamos percatado de la masa tumoral.

Al darles a conocer la noticia a la familia del tumor y sobre todo de la cirugía que era lo más importante, la que más lo resintió fue Sofía, quien derramó unas lágrimas y fue entonces cuando vino la pregunta más difícil para nosotros los veterinarios ¿se va a morir? Le dije que no, pero que "Blanca Nieves" ya no era una mascota joven, luego me pidió permiso para estar presente en la cirugía, naturalmente se lo negué, pues es impresionante para una niña de siete años de edad cualquier cirugía.

He realizado cientos de intervenciones quirúrgicas y jamás había tenido una hemorragia tan espectacular, al estar localizando el vaso sanguíneo que irrigaba el tumor, accidentalmente lo corté, aflorando un gran chorro de sangre como una fuente a más de un metro de distancia no sin antes dejarme los anteojos y la bata teñidos, inmediatamente lo pincé y lo suturé, realmente no fue de peligro, simplemente lo corté antes de tiempo, fue entonces cuando me di cuenta que no me equivoqué al negarle el permiso a mi hija de estar en la cirugía, por lo que se quedó sollozando.

Actualmente Alejandra, Carolina y Sofía, tres de mis cuatro hijos son Veterinarias, Paco estudió Administrador de empresas, Sofía desde pequeña demostró gran vocación por la carrera mucho más fuerte que la que yo tenía a su edad.

Independientemente de ese incidente todo salió bien, "Blanca Nieves" recibió más visitas que yo, cuando estuve la última vez en un hospital.

La única diferencia que noté en realizar una cirugía con pacientes ajenos y el de mi casa fue, que con los ajenos me salen mejor las cosas.

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