Columnas Social

Contraluz

MARÍA DEL CARMEN MAQUEO GARZA

SONIA DE NORUEGA Y YO

Hace poco vi en un canal español un documental que me pareció muy interesante, acerca de Sonia, reina de Noruega. De entrada debo reconocer que no conocía al personaje, como tampoco la interesante historia de una plebeya que conquistó el corazón de Harald V, entonces futuro rey, al grado que este se rebela en contra de las disposiciones de su señor padre, hasta conseguir la aprobación para casarse con ella. Después de varios años de noviazgo y de una deliberación por parte de los principales consejeros del reino, finalmente se autoriza la unión matrimonial que en agosto cumplirá cincuenta años. El documental nos condujo por las zonas montañosas de Noruega en una de las muchas excursiones que emprende la reina con grupos de amigos para recorrer esos parajes naturales, y nos muestra la sorpresa que se llevan pobladores de pequeños lugares cuando se topan de frente con la reina quien los aborda para conocer las costumbres locales.

Debo decir que con cierta malicia, quise imaginar un evento similar en nuestro país. La caminata estaría perfectamente planificada, blindada, apegada a un protocolo previamente establecido; el estado mayor enviaría su avanzada para explorar el terreno, valorar riesgos y plantar vigilancia. Nada podría suceder de manera espontánea, los habitantes de los diversos poblados visitados por la reina, acá estarían previamente escogidos, aleccionados y controlados, sin una pizca de espontaneidad. Serían incondicionales del partido oficial que inundarían el ambiente de porras y aplausos de acuerdo a lo estipulado.

Tal vez se pregunten el por qué de este parangón, y la razón es la siguiente. Me entristece un país en el que se destinan tantos dineros del pueblo para asuntos protocolarios que nada tienen que ver con las urgentes necesidades de primer orden. Ahora se acaban de entregar los resultados del aprovechamiento escolar en alumnos de tercer año de secundaria, los cuales dejan mucho que desear. Se detecta que lo que hace falta, una vez que ya han sido evaluados los maestros, es capacitarlos para aplicar adecuadamente los conocimientos adquiridos, y así lograr que los alumnos despeguen, y que no tengamos un nivel de matemáticas de quinto año de primaria en los alumnos que están por ingresar a preparatoria.

Es lamentable el criterio discrecional de utilización de recursos para etiqueta, protocolo y seguridad de funcionarios en un país con índices alarmantes de pobreza alimentaria. Además del dispendio queda claro que a través de esos manejos se coloca a los "servidores públicos" totalmente alejados de las necesidades reales del pueblo.

Habrá que suponer sin mucho margen de error que esos gastos en seguridad de los funcionarios se generan porque -lamentablemente-vivimos en un país con elevados y crecientes índices de inseguridad. Pero además porque la misma cúpula gubernamental conoce el descontento del pueblo, al que se niega a escuchar envuelto en su burbuja mercadológica de "todo está bien" y "vamos avanzando".

Todo lo anterior viene a raíz de lo acontecido hace un par de días en Gómez Palacio, Durango, en donde se bloqueó el paso de la Caravana por la Dignidad encabezada por Javier Corral, proveniente de Chihuahua, orillando a sus integrantes a desviarse por un camino que los volvía vulnerables. Obra de agitadores del PRI, encabezados por el regidor Uriel López Carrillo, inicialmente impidieron la llegada de vehículos a la ciudad, y posteriormente boicotearon un acto público convocado por la Caravana.

Javier Corral pretende con la Caravana señalar actos de corrupción y exigir la extradición de César Duarte por los 11 delitos que se le imputan. El atropello de que fueron objeto en Gómez Palacio nos habla de las malas mañas de un partido, coartación de la libertad de expresión, bloqueo de la pluralidad y temor a que se dé a conocer por boca de Corral una información que ya todos conocemos y la mayoría reprobamos. Atendiendo al viejo modo de manejar las cosas del PRI, "lo que no se dice, no existe". Tal vez por ello su urgencia de acallar las voces que señalan los desvíos.

La reina Sonia de Noruega se siente aceptada entre los suyos, a pesar de que se las vio difíciles cuando su esposo quiso concederle el título de reina y las cámaras no estuvieron muy de acuerdo. Ahora ellos cuentan con la bendición de la iglesia como rey y reina, y Sonia dedica parte de su tiempo libre al montañismo, la fotografía y las artes plásticas, pero lo hace como una noruega más, ajena a todos esos blindajes que tanto se utilizan en México y se pagan con nuestros impuestos. Sentí franca envidia de los noruegos quienes tienen monarcas de carne y hueso que no temen codearse con el pueblo, pues se saben ampliamente aceptados y aprobados por él.

Leer más de Columnas Social

Escrito en:

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas Social

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1427335

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx