Dos de los integrantes del grupo rebelde del expolicía venezolano Óscar Pérez fueron sepultados ayer, en medio de la incertidumbre sobre el paradero de los restos del líder de los alzados, quien falleció esta semana en un operativo.
Hasta la tarde de este sábado, el cuerpo de Pérez no había sido entregado a sus familiares para ser enterrado, lo que generó manifestaciones hacia la morgue de Caracas, donde brigadas militares y de la policía ocupaban los accesos evitar el paso de la marcha.
En tanto, en un cementerio del este de la ciudad fueron enterrados los cuerpos de los rebeldes José Díaz y Abraham Agostini, con un acto religioso con presencia de familiares y amigos.
Asimismo, los cadáveres de Daniel Soto y los hermanos Jairo y Abraham Lugo fueron enviados en un avión militar a su estado natal, el occidental Zulia, en tanto que la única mujer del grupo, Lisbeth Ramírez, fue trasladada a su natal Táchira para su sepultura.
El vocero del grupo defensor de derechos humanos Foro Fenal Venezolano (FPV), Alfredo Romero, dijo que el único cuerpo que permanecía en la morgue de Caracas es el de Pérez, sobre el cual "no hay información sobre su entrega, se retiene sin ninguna justificación", dijo.
Romero avaló versiones de prensa según las cuales, las actas de defunción de los rebeles consignan que murieron por balazos en la cabeza, mientras que el diputado Winston Flores señaló que había "fuertes" versiones de que el cuerpo de Pérez fue cremado sin autorización de sus familiares.