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El moderno émulo de Hitler

Una mente criminal, un ave rapaz amenaza hoy por hoy al México migrante y a varios países del mundo.

A los mexicanos migrantes, por hambre, por necesidad, el nuevo gobierno del país vecino del norte ha robado la tranquilidad, la paz, los sueños de progresar

Como la niebla en el bosque, al que ensombrece de manera fantasmal; así la amenaza racista se ha colado en el alma del migrante mexicano, en el corazón, en las entrañas, en la conciencia misma de nuestros hermanos, que por necesidad pura han abandonado su hogar de origen en busca del sustento familiar; y ahora su sueño americano en pesadilla se ha tornado, pues lo que fuera simple perorata de campaña presidencial, una infamia, se está empezando materializar y con ello el desasosiego, la angustia, el temor a la deportación

Un muro fronterizo republicano se elevará en 9 metros quizás, pero la amenaza del proyecto, desde ahora ha empezado a hacer estragos, robando la paz y la tranquilidad; las redadas han empezado y separando familias, padres indocumentados de niños ciudadanos estadounidenses han sido ya deportados.

El miedo ha inundado el corazón del migrante porque un presidente racista émulo de Hitler ha roto los diques de la presa del racismo y como agua helada en pleno invierno ha caído sobre la espalda dolorida del trabajador de campo, de la fábrica, del restaurante; espalda del esclavo del siglo XXI, mucho trabajo por poco salario, por el estigma de ilegales en una nación multirracial migrante

Pareciera ser que nuevamente la historia se repite, como lo ha hecho desde siempre, cíclicamente.

El hombre trabajador, el hombre honrado y decente, pero sin papeles de residente, es visto ahora como criminal, como vulgar delincuente, porque su único delito ha sido trabajar en lo que los ciudadanos americanos por pereza o por falso orgullo no quieren hacer.

A la ley del desempleo se acogen como si en verdad no hubiera empleo, y de los impuestos de muchos indocumentados, residentes y ciudadanos viven en el la complacencia del ocio y la desidia.

No molesta al migrante tal situación ultrajante, sino la “puntada”, racista, políticamente propagandística y hitleriana de echar del país a los “hombres malos”, cuyo pecado es haber ingresado caminando bajo un sol abrasador y noches heladas por el hostil desierto de Arizona, o por parajes desolados de Nuevo México, esa tierra que regaló el traidor Santa Anna mediante el tratado humillante para el México de antaño, cicatrices que vienen como tatuajes en la piel de los nuevos mexicanos.

El sueño americano, para muchos mexicanos se está terminando, y en pesadilla horrísona se está tornando; el miedo, la angustia, la zozobra hacen mella en el ánimo, en el espíritu otrora cuasi libre y pujante.

¿Quién es más criminal? ¿El que roba la paz en el cotidiano vivir del migrante donde el trabajo duro es la actividad principal desde la aurora hasta el anochecer en seis de siete días de la semana, por la mitad del salario que a trabajadores ciudadanos pagarían o el ahora gobierno presidido por un racista millonario que mata de un plumazo los sueños de vivir mejor de quienes han aportado al progreso de esa nación que los humilla y rechaza?

Héctor García Pérez

Comarca Lagunera

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