EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

El año por venir

Con/sinsentido

MIGUEL FRANCISCO CRESPO ALVARADO

No estamos lo suficientemente preparados para la tan importante decisión que tendremos que tomar el año por venir. La difusión masiva de propaganda partidista y la saturación de mensajes del árbitro electoral sirven de muy poco para el cultivo de las capacidades y conocimientos necesarios para que la participación en las urnas se conduzca por criterios racionales que apelen a una prosperidad generalizada y no sólo a lo que nos conviene a cada uno de manera individual.

Las opiniones descuidadas y sin rigor que inundan las redes sociales tampoco ayudan a mejorar nuestro nivel de comprensión de lo político; por el contrario, incrementan la brecha entre lo que somos como ciudadanos y lo que deberíamos ser en la búsqueda por enriquecer con nuestra acción la democracia del país. El hecho de que nos sintamos con el derecho y la autoridad para hablar sobre lo que sea, sin que sintamos la menor necesidad de dominar los temas, no es una virtud sino un vicio que, para colmo, tiende a generalizarse.

El problema es que el país necesita que tomemos la mejor de las decisiones. Entiendo que no hay decisiones perfectas. Sé que cada decisión tomada conlleva un precio que es necesario pagar. Por eso necesitamos no sólo tener información sino la capacidad para sopesarla cuidadosamente; para así estar ante la posibilidad de valorar con justicia las alternativas en relación con las circunstancias presentes y futuras de nuestra nación y del mundo en general. Se trata de un ejercicio reflexivo complejo para el que, insisto, no estamos preparados.

La educación que recibimos comete, entre otros errores graves, el de no prepararnos para encarar una vida democrática plena. Nos enseñan sí, y de manera muy superficial, que tenemos ciertos "derechos", pero no se nos educa a ejercerlos responsablemente. Se nos conduce a demandar y a exigir sin que comprendamos un poco siquiera a qué nos comprometen nuestros reclamos. Creemos que todo lo merecemos sin tener que entregar nada a cambio.

El año por venir una parte del electorado saldrá a las urnas mientras que otra se abstendrá de participar. No importando a cuál grupo pertenezcan, muy pocos serán los que comenzarán a respetar el reglamento de tránsito; a pagar puntualmente sus impuestos; a entregar un sueldo justo a sus empleados; a esperar pacientemente su turno; a cuidar y respetar los espacios públicos… es decir, a hacer lo que corresponde a los ciudadanos en el arduo camino de construir una comunidad próspera.

De manera similar al año que está por venir, dentro de seis años seguiremos esperando a que un salvador mágicamente transforme a éste en un país de primer mundo. El año por venir, y los subsecuentes, seguiremos siendo los mal portados de toda la vida, que esperamos que todo cambie, menos nosotros mismos. Mientras lo ciudadano se reduzca a la emisión de un voto no estaremos preparados ni siquiera para eso, porque votar en una democracia auténtica no se trata sólo de elegir representantes, sino de optar por un modelo de nación del que todos somos parte. Un modelo de nación que, o se vive en el quehacer cotidiano, o simplemente no existe.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: Con sinsentido

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1418312

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx