Vaqueros, en la incertidumbre
Nuevamente, la afición lagunera al Rey de los Deportes estuvo "con el alma en un hilo", luego de que se desatara el rumor de que la franquicia de Vaqueros del Unión Laguna habría sido vendida y estuvieran preparando su mudanza hacia la ciudad de Querétaro.
Y es que aunque tal y como El Siglo de Torreón informó desde meses atrás, el equipo está en venta, pero no ha encontrado comprador.
La inestabilidad de la franquicia durante los años recientes desató las dudas de muchos fanáticos al beisbol, luego de las especulaciones surgidas en redes sociales.
Precisamente debido a esa inestabilidad es que las preguntas de los aficionados se incrementan, al igual que sus temores de que de buenas a primeras el equipo se mude de ciudad, para aumentar esas especulaciones, mediante un recorrido realizado ayer se pudo observar un tráiler en el estacionamiento del estadio y percatarse de que fue removida la pantalla gigante ubicada en el jardín central - izquierdo, acciones que pusieron de nervios a más de un fanático.
RECUENTO
Todavía ni siquiera se cantaba el 'playball' de la temporada 2017, cuando comenzaron las dificultades y la falta de estabilidad para lo organización guinda; un prestigiado semanario de circulación nacional publicó que a los hermanos Juan José y Érick Arellano Hernández, propietarios de la franquicia de Vaqueros, les habían sido congeladas sus cuentas por parte de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, por lo que se ponía en riesgo la participación de sus equipos Vaqueros y Leones de Yucatán en la Liga Mexicana de Beisbol.
En una entrevista exclusiva para El Siglo de Torreón, Erick Arellano declaró que ese problema fue debido a situaciones fiscales, no a acusaciones de lavado de dinero como se había especulado, añadió que el equipo jugaría sin problema la temporada, lo cual finalmente sucedió y el 4 de abril se celebró el juego inaugural en el Estadio de la Revolución.
Todavía durante la pretemporada realizada en el Estadio de la Revolución, autoridades del Simas Torreón cortaron el suministro de agua para el inmueble, alegando un adeudo de años atrás que no había sido liquidado, lo que desquició durante algunos días las prácticas previas al inicio de campaña.
La campaña se puso en marcha y en lo deportivo el equipo obtuvo resultados aceptables, cumpliendo el mánager debutante Ramón Orantes con una buena actuación y teniendo a su escuadra peleando por los puestos para calificar a playoffs.
Quizá el momento de mayor molestia para los aficionados llegó con el cambio del toletero Ricky Álvarez hacia los Leones de Yucatán, en una transacción que los fanáticos consideraron "a todas luces ventajosa" para el "hermano mayor", el equipo de Mérida, ya que para esas alturas de la temporada, Álvarez estaba colocado como el número 1 de la Liga Mexicana en la estadística de carreras producidas.
Fue en ese momento cuando surgió un descontento total de la afición hacia los dueños del equipo, considerando como "una traición" el haberse llevado a la figura del Unión Laguna, hecho que no pudo remediar el buen desempeño del equipo que finalizó a medio juego de calificar a playoffs y ni siquiera la llegada del dominicano Jesús "Cacao" Valdez, quien procedente de Yucatán se convirtió en una gran ayuda para Vaqueros.
Nada de eso ayudó a "contentar" a los aficionados laguneros; con la salida de Álvarez, ya algo estaba roto.
Tras concluir la temporada se generaron más cambios de peloteros, dejando libre Unión Laguna a jugadores que en la temporada 2017 demostraron bastante calidad, como Francisco Lugo, Alejandro Flores, el toletero Art Charles, los lanzadores Tomás Solís, Francisco Gil, José Manuel López y Marco Quevedo, además del propio Jesús Valdez, prácticamente todos con destino a Yucatán, aprovechando los Leones para fortalecer su roster con ellos o con peloteros que obtuvieron en intercambios, como el caso de Lugo y Álvarez, quienes fueron a parar a los Sultanes de Monterrey.
Ese tipo de acciones causaron descontento y desilusión en los aficionados laguneros, quienes reclamaban por sus jugadores y esperaban noticias de refuerzos, pero aunque Unión Laguna comenzó la venta de abonos para las temporadas 2018 y señalaron que a mediados de diciembre tendrían noticias de nuevos jugadores, a punto de terminar el año no han llegado tales refuerzos.
Ayer las oficinas del equipo lucieron vacías, argumentando la recepcionista, única persona presente, que el resto del personal está de vacaciones, mientras que la tienda de souvenirs ofreció grandes descuentos en toda su mercancía, lo que aumentó las especulaciones de los aficionados.
Lo más notorio en un recorrido por los alrededores del estadio fue la retirada de la pantalla gigante para la ambientación durante los juegos.
En plática con el encargado de quitar la pantalla, aseguró que lo contrataron solamente para "darle mantenimiento" y que no tenía conocimiento de que la fueran a retirar permanentemente.
El Siglo de Torreón habló con Francisco "Chipper" Méndez, quien ocupa la posición de gerente general de Vaqueros Unión Laguna y aseguró que ellos como trabajadores siguen en labores normales; no les han notificado de un cambio de propietarios y que se encuentra vacacionando fuera del país.
En cuanto a que se sacaron del estadio algunas lavadoras y la jaula de bateo para la práctica de los peloteros, personas al interior aseguraron que se trata de una renovación, por lo que esas máquinas serán sustituidas por unas nuevas.
Así, 2017 termina con Vaqueros Unión Laguna en la búsqueda de nuevos dueños, personas que le puedan dar estabilidad a la franquicia y que entablen un compromiso de trabajo y responsabilidad con la fiel afición lagunera.
