Sin escrúpulos
Nada es tan lucrativo como la política, y más si es de altos vuelos: una diputación, una senaduría o una gubernatura, por ejemplo. No en cualquier país se ve lo que vemos aquí: políticos intocables por la justicia, abusivos, ambiciosos, codiciosos, mentirosos, hipócritas, transeros, corruptos, irresponsables, perezosos, abúlicos; y lo peor, cínicos, Valga decir, descarados.
¿Alguien que viva del erario público se siente ofendido? Mis disculpas por este perfil del político mexicano que acabo de describir, pero la mayoría se ajusta a él. Casi a todos les queda el saco. Pareciera que todos están cortados con la misma tijera; y no es de extrañar, pues algunos aunque pertenezcan a otros partidos como el PT, el PRD, el Verde Ecologista, o incluso Morena, cuentan en sus filas a militantes con ideas priistas; y es que no puede ser de otra manera; setenta años de dominio con una alternancia panista de 12, y luego, volver por sus fueros, dizque con un PRI renovado, (casi como Matrix recargado), y comprobar que en el fondo es lo mismo pero más corrupto y descarado es para ponerse a pensar, ¿qué hemos hecho mal los mexicanos?. Si como dijo Joseph de Maistre: (1753-1821) “…cada pueblo o nación tiene el gobierno que merece”; no creo que merezcamos lo que tenemos como gobierno. Poco después el francés André Malraux (1901-1976) dijo: “No es que “…los pueblos tengan los gobiernos que se merecen, sino que la gente tiene los gobernantes que se le parecen”. ¿Coincide usted con este último pensamiento? Yo no; pero si pensamos que los políticos son gente del pueblo que por equis circunstancias un día desempeñan un cargo público, podemos ver cómo el poder cambia a esa persona que de “Don Nadie”, pasa a ser el “Sr. diputado”, su mentalidad cambia, el poder corrompe, el poder es adictivo en extremo, y quien prueba el poder, jamás podrá ser honesto; la mentira fluirá cual manantial inagotable, siempre con verborrea que la gente quiere escuchar; y él, orondo, pensará: “no hago mal con darles esperanzas”. No sabe ese individuo metido a político que sembrar esperanzas sin abonar la tierra, sin prodigarle tareas de cultivo, la mies será devorada por la hierba mala. Jugar con las esperanzas del pobre es lo más ruin que pueda haber en un individuo.
El pueblo mexicano no merece el gobierno que hoy tenemos, ni siquiera somos merecedores de los gobiernos panistas; el primero (Fox) nos dio atole con el dedo, y luego que obtuvo el poder emuló al priismo; el segundo, (Calderón), destapó la caja de Pandora y dejó al país ensangrentado y con el ejército en las calles. Peña Nieto, el candidato priista fabricado por los medios, exhibió su ignorancia y ha sido marioneta de los hilos de la oligarquía; y lo peor, con su concepto respecto de la corrupción dio un cheque en blanco para que cualquier gobernador tuviera su paraíso fiscal. En otras palabras: ni merecemos el gobierno que tenemos, ni la ciudadanía es como el gobierno, ni el gobierno es como los ciudadanos. Un abismo nos separa de ellos, y con su manera de hacer política hacen más grande la brecha entre las clases sociales, disminuyendo la clase media y aumentando la clase baja, la clase desprotegida, la más vulnerable: ¡Los pobres!, para acabar pronto.
Este prestigioso diario nos da la nota informativa de la millonaria despedida de esta LXIII Legislatura; y más que tristeza, da coraje, rabia, ira, el hecho de que, sin devengar el desmedido salario, todavía, desprovistos de pudor, despojados de cualquier escrúpulo moral, acuerden llevarse una tajada enorme, “por aquello de no te entumas”. ¡No tienen vergüenza!
Héctor García Pérez
Comarca Lagunera
