Columnas la Laguna

NORMATIVIDAD AGROPECUARIA

LOS BANCOS DE ALIMENTOS

AGUSTÍN CABRAL MARTELL

Las cifras sobre desperdicio de alimentos hablan por sí mismas sobre la forma poco equitativa en la que se reparten los recursos en la sociedad: casi un cuarto del agua que consume la gente se usa para alimentos que nadie consume, el 40% de las pérdidas de alimentos en países en vías de desarrollo son resultado de un almacenamiento inadecuado. En México, se desperdician el 37% de los alimentos en buen estado.

Una forma de luchar contra estas cifras es la creación de bancos de alimentos, entidades que reciben y recogen alimentos excedentes de comercios, empresas o personas para repartirlos con las personas que los necesitan. Normalmente, se prefiere recolectar no perecederos, ya que su transportación, almacenamiento y distribución es mucho más sencilla.

Los bancos de alimentos pueden variar en su tamaño, capacidad y públicos, según la región donde se encuentren y sus propios recursos.

Existen instituciones de este tipo en todo el mundo. La Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos es la segunda red de bancos más grande del mundo, ya que une a más de 60 bancos de alimentos de todo el país.

La oficina central de BAMX se encarga de representar a los bancos de la red, gestionar donativos y políticas federales, intercambios entre bancos, etc. Además, hace estudios socioeconómicos para decidir qué personas serán beneficiarias. Dependiendo de la comunidad, la entrega puede ser semanal o quincenal, procurando que haya variedad entre frutas, granos, abarrotes, entre otros.

Las familias no reciben los alimentos de forma gratuita, sino que se les solicita una cuota de recuperación que no excede del 10% del valor comercial. Esto permite que los bancos sean autosostenibles y fortalece el sentido de la dignidad de las personas beneficiadas.

Los bancos necesitan de ayuda gubernamental y del apoyo de la sociedad en general, pero el papel de la comunidad empresarial es también muy importante para su funcionamiento. En México, el BAMX trabaja de forma muy cercana con compañías agrícolas, productoras y comercializadoras para asegurar donativos. Actualmente, colabora con más de 4 mil empresas, algunas de las cuales tienen campañas especiales.

Las compañías pueden recibir beneficios fiscales por sus donativos, que se pueden dar tanto en especie como en efectivo. Si una persona individual quiere donar, también es posible hacerlo si se acerca a su banco local. El problema del hambre y la inequidad en la repartición de recursos solamente puede resolverse con la cooperación de distintas áreas de la sociedad, como demuestra el éxito de los bancos de alimentos. María José Evia H.

Un banco de alimentos es una organización sin ánimo de lucro que se encarga de recuperar los excedentes de alimentos que se producen en nuestra sociedad y repartirlos entre las personas que más lo necesitan. Basados en el voluntariado, los bancos de alimentos no entregan la comida directamente a las personas necesitadas, sino que lo hacen a instituciones de ayuda social que están en contacto con los colectivos que más lo requieren.

Existen en otros países, por ejemplo, en España hay 50 bancos de alimentos que están integrados en la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL). Todos ellos centran su actividad en ayudar a los colectivos más necesitados del país.

Su funcionamiento es como el de una empresa, cuenta con áreas de aprovisionamiento y transportes, almacén, distribución, contabilidad, comunicación y dirección. Sin embargo, también necesita la ayuda de servicios externos, como por ejemplo empresas de transportes. Muchos de estos servicios son prestados de forma gratuita por empresas de distintos sectores.

Las fuentes de suministro de los Bancos de Alimentos son muy variadas, pero fundamentalmente los productos provienen de supermercados o empresas relacionadas con la alimentación. Actualmente, alrededor de 3.000 empresas colaboran con la FESBAL. Su funcionamiento: 1. Primero es buscar empresas que estén dispuestas a dar de forma gratuita sus excedentes. 2. Se aceptan las distribuciones gratuitas de excedentes alimentarios del Fondo Social de la Comunidad Europea. 3. Se hacen colectas para recoger lícita y gratuitamente alimentos. 4. Se admiten subvenciones y ayudas de dinero, que ayudan a mantener la estructura mínima del Banco de Alimentos como las naves de almacenamiento, las cámaras frigoríficas o las carretillas. 5. Los alimentos se almacenan para que se puedan distribuir y consumir dentro de los plazos de consumo preferente. 6. Se distribuyen gratuitamente a los centros más necesitados. Los receptores, por su parte, se comprometen a cumplir con las condiciones exigidas. 7. Todo ello se lleva a cabo con personas que voluntariamente colaboran con su tiempo y su trabajo. 8. Únicamente se da comida a los centros asistenciales adheridos con los Bancos de Alimentos. Nunca a particulares. Fuente de información: María José Evia H.

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