Timothee Kolodziedjczak (c) del Tigres durante el entrenamiento previo a la final del Torneo Apertura 2017 de la Liga MX. (Fotografía de Jam Media)
La palabra guerra es muy utilizada en los eventos deportivos, pero en el clásico regio, en la gran final, ese término no será empleado.
"Esto es una fiesta, no una guerra. Monterrey no es nuestro enemigo, sólo nuestro rival. Al final, uno de los dos va a ganar, y quede como quede hay que llevar la fiesta en paz. Que la carrilla [los insultos] sea medida, respetuosa, que los insultos no provoquen enfrentamientos que nadie quiere", señala Alejandro Rodríguez, presidente de los Tigres.
Con ánimo conciliador, rechazó todas las preguntas que iban hacia demostrar superioridad que el rival, hacia denostar al otro; el directivo quiere el triunfo, pero no a costa de un mal mayor.
"Sueño con ganar, pero la responsabilidad es estar con los pies en la tierra, no volarnos, seguir trabajando para que las aficiones de Tigres y Rayados sea lo mejor de lo mejor y se comporten como tales", asegura.
Entiende la inquietud de los medios; entiende que la confrontación "es lo que vende", pero se niega a entrar en ese juego.
Ante la pregunta de si las aficiones están listas para la derrota, el ingeniero dejó la respuesta para el término del partido de vuelta: "Lo sabremos el domingo. Hay muchas universidades en toda el área metropolitana, hemos hablado con todas para que haya reuniones comunitarias, para que la gente vaya con la camiseta de su equipo preferido, y no sólo Tigres y Rayados, también de América o Chivas. Reitero, esto no es una guerra, por eso cuando hablan de batallas y todas esas cosas, no… Esto es un juego".
Así, rechazó todo lo que tenía que ver con mostrar superioridad. "No pongo favoritos… Las Liguilla son muy parejas… No voy a comparar lo que hizo un equipo con otro".
También se alejó de la polémica sobre si los equipos del norte ya se pueden considerar como grandes en el futbol mexicano: "Lo de grandes lo ponen ustedes. No le entro a ese juego de los adjetivos. Nosotros queremos ser siempre un equipo protagonista".
Al final, vuelve a señalar: "El domingo va a haber un ganador y un perdedor… compréndalo… Que no haya locuras… Esto es un juego, la guerra no existe".
Los focos rojos se han encendido en el campamento de los Tigres, ya que su capitán, Juninho, podría quedarse fuera del juego de ida ante los Rayados por lesión.
Serán alrededor de 2 mil 500 elementos de seguridad los que vigilarán en el juego de ida de la final. La Policía de San Nicolás de los Garza mandará al estadio cerca de 400 agentes, entre policías, tránsito y bomberos.
El cuerpo de élite está integrado por 22 guardias de la policía montada y 50 elementos antimotines, quienes estarán al pendiente de que prevalezca el orden, junto al resto de los efectivos designados para el operativo.
Mucha seguridadHabrá retenes en las inmediaciones del estadio Universitario. La gente que no cuente con boleto no podrá acercarse.
Cerca de 20 visitadores del Comité Estatal de Derechos Humanos estarán atentos para avistar cualquier tipo de abuso en las acciones de los encargados de mantener el orden y seguridad en el evento.