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Verdades y rumores

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EL AGENTE 007

Cuentan que la definición de los dos primeros perfiles del gabinete del gober Miguel Riquelme manda varios mensajes al interior del PRI de Coahuila. El primero, quizás el más evidente, es que los puestos clave de la administración los van a ocupar los saltillenses. Y esto es porque fue la Urbe de Adobe la que le dio el margen de votación suficiente al torreonense para ganar, mientras que en su ciudad el partido tricolor sufrió una de las peores debacles de su historia reciente, con todo y que -o tal vez precisamente por eso- fue alcalde de la misma durante tres años. El segundo mensaje es que el grupo de los “Chemas” -o algunos le llaman de los “Chuys”, depende de quién se crea que sea el líder- seguirá cogobernando un sexenio más.

Este grupo está conformado principalmente por José María Fraustro, Jesús Ochoa, Blas Flores e Ismael Ramos, quienes además de ocupar importantes posiciones en los gabinetes de los dos Moreiras, y ahora de Riquelme, han controlado la Máxima Fábrica de Grillos, o sea, la Universidad Autónomo de Coahuila, desde hace varios lustros. Chema Fraustro y don Blas ocuparán dos de las carteras más relevantes, Gobierno y Finanzas, respectivamente, de la administración estatal, al menos en el arranque. Los más avezados consideran que esto se traducirá en que en ese grupo, que controlará los hilos políticos y económicos del régimen, recaerá buena parte de la responsabilidad de la operación electoral del año que entra. La gran pregunta que muchos se hacen es ¿qué áreas le dejará a los políticos laguneros? De las secretarías fuertes quedan Obras Públicas y Desarrollo Social, que manejan recursos considerables y tienen posibilidad de armar algunos enjuagues. Las dudas comenzarán a despejarse hoy cuando don Miguel dé a conocer los nombres de sus principales colaboradores.

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Luego de más de cinco meses de angustia y pleitos, ayer llegó el día esperado para Miguel Riquelme en el que, pese a todo, pudo tomar protesta como gobernador del estado. Los subagentes disfrazados de curules y sillas cuentan que no saben si fue por tanta bronca postelectoral o por la alegría por conseguir lo tantas veces anhelado que los actos adolecieron digamos de una organización óptima. Cuentan que llamó la atención que hubo ciertos problemas con el acomodo de invitados, por ejemplo, el alcalde de Torreón, Jorge Zermeño, en el Congreso local, y que las porras no se dejaron escuchar con tanta fuerza como se esperaba. Además, para no pocos resultó extraño que don Miguel leyera casi el mismo discurso en la toma de protesta en el Palacio Legislativo y en el acto del Salón Villa Ferré. Y en el primer recinto, los subagentes cuentan que algo ocurrió con las carpetas del mensaje que el gober Riquelme tardó varios segundos en recuperar el hilo ante la mirada de asombro de los asistentes. Más allá de esto, muchos notaron dos detalles curiosos de los actos. El primero fue la ausencia de Humberto Moreira, exgobernador y excandidato a diputado plurinominal por el Partido Joven que no sólo llegó a ser jefe de don Miguel sino que además apoyó a éste activamente en la campaña, aunque no sin causarle también varios problemas por sus constantes declaraciones. El segundo fue que en Villa Ferré, el nuevo gober no mencionó por su nombre a ningún alcalde, en funciones o electo, de la entidad, salvo a Leticia Herrera, alcaldesa de Gómez Palacio, quien, como se sabe, llegó a tener algunas fricciones con don Miguel cuando éste aún era munícipe de Torreón, además de que se conoce que lleva una estrecha relación política con el panista Zermeño. ¿Será doña Lety una voz más a escuchar en ambos gobiernos?

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Los subagentes que responden a la clave secreta Matute cuentan que en la Policía Municipal torreonense se siguen haciendo bolas con la fallida convocatoria para reclutar policías y echarle la bronca a don Jorge Zermeño prometiendo pagos hasta el 15 de enero. Lo que llama la atención es que se están organizando cursos para los policías que quedan en la corporación con la idea, dicen, de bajar recursos y preparar una especie de bono de marcha. Según se escucha en los pasillos de la dependencia, a los policías ya no se les brindan desayunos ni comidas, con todo y que se supone que hay un presupuesto destinado para ello y que es una prestación. Incluso se dice que la orden es que los policías vayan a pedir “su Navidad” para que puedan comer y completar su aguinaldo porque esta vez les darán solo 15 días. Mientras tanto, se cuenta que el jefazo de la corporación, el teniente Adelaido Flores, ya tiene sus maletas listas para agarrar carretera con rumbo a Saltillo porque se escuchan rumores de que Miguel Riquelme lo quiere colocar en la Secretaría de Seguridad Pública, aunque no se sabe si como titular o como parte de la estructura.

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Con la salida de Blas Flores de la rectoría para saltar al gabinete estatal se ha desatado una tremenda grilla en la UAdeC por el control de la misma. Y es que de manera provisional quedó como encargado del despacho el lagunero Salvador Hernández Velez, quien fungía como secretario general, con la encomienda de a principios del próximo año convocar a elecciones. No obstante, nuestros subagentes disfrazados de libros y cuadernos nos comentan que a don Salvador ya le está gustando la silla y que, previas consultas con el clan Medina, que controla la UAdeC en Torreón desde hace por lo menos un cuarto de siglo, está buscando la manera de quedarse más tiempo en el puesto o, incluso, de que sea él ratificado como rector sin la necesidad de que haya elecciones. No obstante, en Saltillo el grupo hegemónico tiene otros planes y ya le han hecho saber a Hernández Velez que no se acomode tanto en la silla porque tiene que cumplir con la encomienda. Y es que el proyecto sucesorio del grupo de Flores apunta a Francisco Osorio Morales, actual tesorero de la universidad, quien desde hace meses viene levantando la mano para suceder a su jefe en el máximo cargo de la guarida de los lobos. Así que don Salvador, por lo visto, disfrutará poco tiempo de las mieles del poder de la rectoría, a menos de que el nuevo gober Miguel Riquelme decidiera dar un golpe de timón que, dada la necesidad que tiene de mantener los privilegios al grupo Saltillo del PRI, se antoja difícil.

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En donde más allá del discurso antipriista la división ha comenzado a evidenciarse de cara al proceso electoral 2018 es en el PAN. Los subagentes disfrazados de láminas de acero nos reportan que el diputado federal César Flores Sosa ya amenazó con dejar las filas del blanquiazul para irse de independiente a buscar la alcaldía. Como argumento denunció que hay corrupción en su partido y acusó al alcalde de Monclova, Gerardo García Castillo; al alcalde electo, Alfredo Paredes, y, de paso, a Bernardo González, pastor estatal del PAN de andar haciendo enjuagues y travesuras. Entre sus alegatos menciona algo de empresas fantasma, tan de moda a raíz del gobierno priista de Javier Duarte en Veracruz y que también llegó a ponerse en boga en Coahuila con el exgober Rubén Moreira. Como se sabe, don César trae un pleito casado con el Gallo de Acero y, como está viendo que probablemente no le van a dar la oportunidad de ser candidato a la alcaldía, ya anda montándose en el caballo bronco de la independencia. Y es que es casi un hecho que el PAN de Monclovita la Bella se va a decantar por la reelección de Paredes. Lo curioso del caso es que don Gerardo también está con un pie fuera del PAN, debido a la congeladora que le aplicó el grupo de Guillermo Anaya. O sea que el gallo anda buscando gallinero y que, incluso, anda coqueteando con Morena. ¿Será?

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En asuntos no menos complicados de La Laguna de Durango, dicen que la Subdirección de Transporte es una de las áreas de la administración de José Aispuro que está bajo la lupa. Y es que se comenta que, luego de más de un año, “ahora sí” podrían generarse algunos cambios después de que los resultados del gobierno “de la alternancia” no han sido los esperados, sino que por el contrario, han dejado entre la ciudadanía un mal sabor de continuismo. Según la Contraloría del Estado, que está a cargo de la lerdense Rosario Castro, se iniciarán procesos de auditorías en todas y cada una de las dependencias y sus oficinas en esta golpeada y olvidada región, y curiosamente estas revisiones empezarán en el área que se encarga del transporte. Uno de los motivos, dicen, es la existencia de unas 260 concesiones, principalmente de taxis, que curiosamente la Subsecretaría de Movilidad y Transporte -de la cual depende la Subdirección- nunca expidió, sino que Raúl Villegas Morales, subdirector de Transporte, las otorgó por sus pistolas a diferentes organizaciones para tratar de congraciarse con ellos. El problema en este caso es que la única instancia facultada para expedir concesiones para la prestación del servicio es el gobernador del estado, quien a su vez puede delegarlo únicamente al subsecretario de Movilidad. Pequeño detalle.

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