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TLCAN ¿LA MODERNIZACIÓN DE UN TRATADO O UN CONVENIO?

MAURICIO MILLÁN

Desde que iniciaron las rondas de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre México, Estados Unidos y Canadá en agosto pasado, entre las prioridades de nuestro país se encontraba fortalecer la postura de México en la economía global y promover la certidumbre del comercio y las inversiones en la región; para lograrlo, se necesitaba una posición firme y no ceder ante presiones. Sin embargo, al iniciar la quinta ronda de acuerdos nuestro país se pronunció a favor de evaluar la continuidad del acuerdo cada cinco años.

Previamente, los negociadores de Estados Unidos habían presentado una propuesta de una "cláusula de caducidad" mejor conocida como la "cláusula Sunset" para que el TLCAN expire en cinco años; como respuesta, México propuso hacer una evaluación rigurosa del pacto cada cinco años sin que esto implique finalizar el acuerdo.

De cualquier forma, el hecho de que la revisión de un tratado, en su esencia, sea aceptable en períodos fijos es un error, ya que significaría que no funcionan los mecanismos de controversia, lo que no hace sentido si hablamos de un acuerdo de Estado.

Incluso, considerando que la economía y el comercio muestran una dinámica de cambio a una gran velocidad en temas de tecnología, innovación, redes, seguridad y comercio electrónico, entre otros, por su importancia y el alcance en todos los sectores de la economía, el TLCAN no debe ser visto como un tratado con fecha de caducidad o con límite de revisión, porque entonces no es un tratado, se convierte solo en un convenio y como tal causa mayores distorsiones que ventajas, se pone en juego la certidumbre, las inversiones, la competitividad, no sólo de México de toda la región de América del Norte.

En repetidas ocasiones en Consultores Internacionales S.C, hemos insistido en la necesidad de llevar la modernización del TLCAN como una renegociación de Estado, que involucre a los sectores, las cámaras, las embajadas, las organizaciones, con una visión holística y como parte de un proyecto de país, a fin de que el acuerdo sea mecanismo para fortalecer las cadenas productivas, con una política industrial firme y clara en beneficio de la generación de valor agregado nacional, que fortalezca el mercado interno y así tener un comercio más equilibrado.

Aunque hay que reconocer que pasaron más de 20 años para hacer la primera revisión del TLCAN, no se deben aceptar presiones, ya que se encuentra en juego el futuro de México para los próximos 20 ó 30 años.

No es factible condenar al país a seguir siendo sólo exportador, a seguir anclado al grillete maquilador que genera poco valor agregado, porque así conviene a los intereses de uno de los socios del acuerdo.

Para México, sería una situación peligrosa empezar a ceder si aceptamos el concepto de mantener una dependencia económica de periferia y no dar el salto integral a la competitividad, a la innovación, al valor agregado y a la productividad.

Es indudable que para México el TLCAN ha significado mayor inversión extranjera directa, así como volúmenes de comercio más altos, lo que nos ha permitido ser el segundo proveedor de mercancías a Estados Unidos tan sólo detrás de China.

Tampoco debemos echar a un lado que Estados Unidos es nuestro vecino, socio y amigo. Las cifras sin duda son positivas, pero no son suficientes. México no sólo debe aspirar a tasas de crecimiento mayores en la economía, sino que debe contar con un desarrollo industrial y económico integral; debe avanzar en el fortalecimiento de capacidades; en empleo y en el desarrollo de ramas de la manufactura modernas y estratégicas, a fin de tener resultados diferentes.

Para México es el momento de replantear las fortalezas y trabajar en modificar la estructura interna, aspirando a reducir la dependencia de inversiones y comercio con los Estados Unidos, a un, por ejemplo, 60%-40% creando oferta exportable para diversificar mercados, tanto en el turismo como en las manufacturas y servicios. Esta aspiración es un camino para guiar las acciones hacia consolidar un mejor futuro del país, con generación de empleo suficiente y de calidad, para las siguientes generaciones.

Vicepresidente de Consultores Internacionales S.C.

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