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Zimbabwe

Fuerzas Armadas se rebelan contra Mugabe

PESE A LA CRISIS, LAS CALLES PERMANECIERON EN RELATIVA CALMA

Sin resistencias. La comunidad internacional sigue con atención los acontecimientos en Zimbabwe y pide una solución pacífica a la crisis. (AP)

Sin resistencias. La comunidad internacional sigue con atención los acontecimientos en Zimbabwe y pide una solución pacífica a la crisis. (AP)

EFE

Las Fuerzas Armadas de Zimbabwe se rebelaron ayer contra el Gobierno de Robert Mugabe y tomaron el control del país, tras confinar al presidente en su casa y arrestar a varios de sus ministros, todos ellos identificados con la facción del oficialismo alineada con la primera dama, Grace Mugabe.

Aunque que los portavoces militares insistieron, en un mensaje televisado la pasada madrugada, en que no se trata de un golpe militar para tumbar al Ejecutivo, sino de una operación contra "criminales" del entorno del mandatario, el presidente de la vecina Sudáfrica, Jacob Zuma, confirmó que Mugabe se encuentra retenido en su residencia, pero que "está bien".

"Esto no es una toma militar del Gobierno. Lo que estas fuerzas quieren es pacificar una situación degenerada política y socialmente en nuestro país que, si no es tomada en cuenta, podría resultar en un conflicto violento", afirmó un portavoz castrense en esa intervención, único pronunciamiento oficial realizado hasta ahora por las fuerzas sublevadas.

"Tan pronto como hayamos cumplido nuestra misión esperamos que la situación retorne a la normalidad", agregaron y llamaron a todas las fuerzas de seguridad a "cooperar" por el bien del país.

Los militares bloquearon los accesos a los edificios oficiales y confinaron a Mugabe en su residencia.

Pese a la incertidumbre política, las calles permanecieron en relativa calma, según medios locales, que durante la noche entre el martes y el miércoles habían reportado algunas explosiones aisladas en la capital, Harare, de procedencia desconocida.

Durante la jornada, como confirmaron medios locales, se arrestó a tres ministros: el de Educación, Jonathan Moyo; el titular de Local, Obras Públicas y Vivienda, Saviour Kasukuwere, y el de Finanzas, Ignatius Chombo.

Todos ellos son afines a las aspiraciones políticas de la primera dama, quien sonaba como candidata a vicepresidenta después de que su marido destituyese del cargo la semana pasada a Emmerson Mnangagwa.

Precisamente, la expulsión del vicepresidente -un incondicional del partido gobernante y veterano de guerra que estaba en las quinielas para suceder a Mugabe (de 93 años y en el poder desde 1980)- se interpreta como el detonante principal de la crisis.

La escalada de la tensión había comenzado el martes, cuando varios tanques fueron vistos en dirección a Harare.

Un día antes, el jefe de las Fuerzas Armadas del país, Constantine Chiwenga, había advertido en una comparecencia pública de que se tomarían "medidas correctivas" si continuaba lo que consideraba una purga de los miembros veteranos en el partido que lidera Mugabe, la Unión Nacional Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico (ZANU-PF).

"Es pertinente reiterar que las fuerzas de defensa de Zimbabwe permanecen como el principal depositario en lo que respecta a los logros de la lucha por la liberación. Y cuando estos están amenazados estamos obligados a tomar medidas correctivas", aseveró Chiwenga, flanqueado por los líderes del Ejército y las Fuerzas Aéreas.

Mnangagwa, por su parte, había huido a Sudáfrica la semana pasada y, en un comunicado, había afirmado: "Pronto controlaremos los resortes del poder en nuestro bello partido y país".

Las palabras del jefe de las Fuerzas Armadas fueron consideradas en el país como un ataque directo a la facción del ZANU-PF alineada con Grace Mugabe, quien desempeñó un rol determinante en la salida de Mnangagwa, tras meses de ataques verbales.

Al contrario que el exvicepresidente, la mujer de Mugabe, de 52 años, y sus aliados no sirvieron en la guerra por la independencia del país.

De hecho, la Asociación Nacional de Veteranos de la Guerra de Liberación de Zimbabwe (ZNLWA, en sus siglas en inglés) exigió hoy la dimisión del presidente, en una muestra clara de la polarización que viven las élites políticas y militares Zimbabwenses.

La primera dama, sin embargo, cuenta con el respaldo de las influyentes facciones de las juventudes del partido y de las mujeres.

Mientras, la comunidad internacional sigue con atención los acontecimientos y pide una solución pacífica a la crisis.

Tanto la Unión Africana como la Unión Europea, gobiernos nacionales a título particular y organizaciones internacionales, como Amnistía Internacional, manifestaron su preocupación por el respeto a los principios constitucionales y a los derechos humanos en el país.

De héroe a tirano en Zimbabwe

Robert Mugabe llegó al poder de Zimbabwe por ser considerado un héroe que luchó por la libertad de su pueblo. Sin embargo, 37 años después se le describe como uno de los tiranos más despiadados de los tiempos modernos y ahora parece haber sufrido un golpe militar.

El jefe de Estado, de 93 años, el más longevo del mundo, se encuentra este miércoles bajo custodia de las fuerzas armadas de Zimbabwe -que niegan que se trate de una intentona golpista-, por lo que su futuro está en duda.

Mugabe, nacido el 21 de febrero de 1924 cerca de Katama, al noreste de lo que ahora es Harare, la capital de Zimbabwe -entonces Rhodesia-, destacó por liderar guerrillas contra los gobernantes coloniales blancos que lo encarcelaron durante 10 años por un "discurso subversivo" pronunciado en 1964.

Tras su liberación, en 1974, Mugabe propició un cambio político en Rhodesia, con una ola de indignación popular contra los gobernantes racistas, para lo cual viajó a Mozambique y comenzó una prolongada lucha por la independencia.

Regresó a Rhodesia en 1979 y, una vez alcanzada la independencia en 1980, Mugabe llegó al poder como un reconocido y respetado líder. En sus primeros años de gobierno fue elogiado por la expansión de los servicios sociales en el país, como la construcción de escuelas y hospitales. Sin embargo, desde hace varios años ha sido criticado por la represión de la disidencia, el fraude electoral y por el colapso económico del país.

Pero a pesar de la creciente oposición a su gobierno y del deterioro de su salud, el líder del partido Zanu-PF ha advertido que no tiene planes de dimitir.

Como primer ministro encabezó una brutal represión -que dejó más de 20 mil muertos- contra su oposición política, liderada por el fallecido nacionalista Joshua Nkomo, quien ayudó en la guerra de guerrillas y más tarde se convirtió en adversario de Mugabe, hasta que se unieron políticamente en 1987.

Miles de personas murieron durante esa campaña de represión contra los partidarios de Nkomo, padre fundador de la lucha nacionalista por la independencia en Zimbabwe, la cual terminó en 1987 con la firma del Acuerdo de Unidad entre el Zanu-PF y el PF Zapu.

Mugabe asumió en ese año la Presidencia del país y abolió el cargo de primer ministro. Desde entonces, el político ha ganado una serie de polémicas elecciones que sus adversarios aseguran manipuló para permanecer en el poder, incluida la de 2008, que perdió ante el ahora primer ministro Morgan Tsvangirai.

Esos comicios desataron un clima de violencia política, que cobró más de 200 vidas, según grupos de derechos humanos.

Sus partidarios afirman que Mugabe cuida y protege a los pobres, pero sus detractores dicen que se ha vuelto cada vez más autoritario y exigen que renuncie, pues ha llevado a Zimbabwe a una grave crisis económica después de haber sido uno de los países más ricos de África.

Mugabe, quien se casó con su actual esposa Grace en 1996, logró empoderar a los zimbabwenses negros, lo que se consideró uno de sus grandes logros, pero al mismo tiempo su política agraria habría marcado el comienzo de la caída del país, pues propició una profunda división entre la población.

La intervención militar de este miércoles se produjo después de un periodo reciente de disturbios dentro del gobernante partido Zanu-PF de Mugabe. El vicepresidente Emmerson Mnangagwa, aliado del jefe del Ejército y veterano de la lucha del país, fue detenido hace una semana por mostrar "deslealtad".

Con la salida de Mnangagwa, quien era visto como su probable sucesor, Mugabe expulsó a uno de sus últimos socios de la guerra de liberación y ejecutó un movimiento con el que parecía allanar el camino a su esposa Grace para asumir la Presidencia del país.

Huye a Namibia

La primera dama de Zimbabwe, Grace Mugabe:

⇒ Huyó hacia el vecino Namibia, en medio de una crisis política.

⇒ Los soldados bloquearon los caminos alrededor de las principales oficinas del gobierno, el Parlamento y los tribunales, tomaron el control de la emisora nacional ZBC y confinaron en su casa al presidente Mugabe, de 93 años, y su familia, incluida su esposa.

⇒ Eddie Cross, un parlamentario del opositor partido Movimiento por el Cambio Democrático de Zimbabwe, reveló que la mujer pudo salir del país después de la asonada militar que agita a la nación africana.

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