Estos perros son entrenados para detectar los niveles de azúcar de una persona específica. (INTERNET)
Kate Rondelli tiene un hijo de cuatro años que padece diabetes tipo 1. Un día, su perro labrador color café saltó a la cama para despertarla en medio de la noche y la condujo al cuarto del niño. Sus acciones le salvaron la vida al pequeño.
Esa noche, tras seguir a Slash, el perro, Kate realizó un test de insulina a su hijo Mylon y notó que su sangre tenía un nivel más del doble del rango máximo para un niño pequeño con diabetes tipo 1.
“Su nariz siempre está funcionado", comenta ella. Slash es un perro de detección de diabetes, entrenado para alertar cuando el azúcar en la sangre de su hijo cae o alcanza niveles peligrosos.
Slash tiene que cubrir un entrenamiento específico, entre lo que se encuentra visitar la estación de bomberos de Bunker Hill, en Maryland, Estados Unidos, para conocer al equipo de emergencia en caso de que los rescatistas tengan que alguna vez ir a casa de Kate por alguna emergencia.
Perros como Slash protegen a sus dueños ya que han sido entrenados como los perros detectores de drogas o los que olfatean drogas, pero en este caso para avisar si detectan algún problema a través de los olores.
Erin Gray, miembro de la organización que entrenó a Slash, comenta que a este labrador se le enseñó a detectar olores de acetona provenientes del cuerpo de Mylon como una señal de bajo nivel de azúcar en la sangre, u olores dulces y almibarados como una indicación de niveles altos de azúcar en la sangre.
"Se recompensa cuando Mylon está en peligro y él se percata", afirma Gray, entrenador de Service Dogs de Warren Retrievers, con sede en Virginia.
El entrenamiento de estos perros tarda de 9 a 18 meses y después van a vivir con las familias que requieran sus servicios, adaptándose a las necesidades de cada persona.
