Columnas Social

LA COLUMNA DEL PERRO

M.V.Z. MIGUEL DÁVILA DÁVILA

¿TODO SE PAGA?

Carlos es propietario de un negocio que a base de su esfuerzo se ha hecho más grande con el paso del tiempo, me comentaba que gran parte de su vida, y desde antes de casarse, comenzó con una pequeña empresa que en la actualidad es sólida y en expansión, pero me ha costado mucho continúa diciendo, ya que por estar al pendiente de todos los detalles de mi negocio, me he perdido de muchas cosas buenas de la vida.

No había podido saborear los pequeños detalle cotidianos, como el salir a caminar y respirar el aire fresco, también muchas de las veces, me perdí de los eventos escolares de mis hijos, así como las celebraciones de sus cumpleaños, y ni que decir de mis amigos, de quienes también me separé, pues siempre me encontraba trabajando. Al grado de pensar y de llegar a creer incluso que eso era lo normal. Las personas más apegadas a mí me lo decían al principio como un comentario simple, y al paso del tiempo me lo decían más como un consejo, para que yo mejorara mi entorno, no desde el punto de vista económico, sino desde el punto de vista de mi vida personal, es decir que fuera menos perfeccionista, menos obsesivo por mejorar, que me diera permiso de fallar, de cometer errores, es decir "que volviera a vivir la vida"…. No es que yo quisiera hacer todo esto, o que no me propusiera a cambiar sino que más bien no encontraba el "cómo".

Un día al ir transitando por la calle me encontré un perro herido, al parecer lo habían atropellado, pues tenía heridas recientes y sangraba de ellas.

Me paré, lo recogí y lo llevé al veterinario, me fui al trabajo, pero me quedé con la duda de que si viviría o no, y si sus heridas iban a dejar secuelas en él. El perro en cuestión, pasó tres días en tratamiento y recuperación, al cabo de los cuales fui a recogerlo con mis hijos, quienes estaban primero muy angustiados y después muy emocionados, pues nunca habíamos tenido un perro en casa, ya que a mí no me gustaban. Mi primera intención fue regresar el perro a la calle, pero a recomendación del veterinario, me aconsejó que no lo hiciera y me recomendó que cuando menos me quedara con él hasta que se restableciera por completo, ya que también lo había "esterilizado" y requería por tanto de unos días de más cuidado.

Estos pocos días de cuidado se convirtieron ya en nueve años, y sigue contando, ya que nos quedamos de por vida con "Solo" nombre que le pusieron mis hijos a nuestro perro.

Como por arte de magia mi vida

cambió, ya que al principio teníamos

que darle terapia al perro y después llevarlo

a caminar. Nos involucramos tanto

en esto mis hijos y yo, ya que sacá-

bamos a caminar al “Solo” todos en familia

dos o tres veces por semana.

Aprovechando este tiempo para

convivir y platicar nuestras cosas.

Mis hijos de adolescentes se convirtieron

en jóvenes, luego en adultos

y ahora cuando quieren platicarme

algo en confianza, como pretexto

decimos vamos a sacar a caminar

al “Solo” estrechándose en mi familia

los lazos de cariño y de confianza.

Y así de una manera inesperada

pasé de ayudar en su vida a mi perro

el “Solo”, a que éste me ayudara

en mi vida a mí.

Ahora cuando mis amigos me

ven con mi perro y me dicen…. éste

es el perro que rescataste?, sonriente

los corrijo y les digo, más bien él

me rescató a mí.

Y ahora, para terminar, una gota de

filosofía: NO PROMETAS COSAS QUE

NO VAS A CUMPLIR, LO ÚNICO QUE

LOGRAS ES DESTROZAR LA ILUSIÓN

DE ALGUIEN QUE CREE EN TI.

Leer más de Columnas Social

Escrito en:

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas Social

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1403661

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx