Años simbólicos. Años aciagos. Años de cisma. Años de crisis y cambios. Tan importantes son algunos, que se vuelven parteaguas en la historia. Quedan ahí grabados en los hombres, como momento fundacional. En 2017 coinciden varios aniversarios de gran calado, que van de la reforma a la revolución.
Este año se cumplen los 500 años del cisma protestante que encendió Lutero en 1517. Fue el cuestionamiento, la duda, y hasta la traducción de la Biblia al alemán, lo que provocó un movimiento mayor, que a la postre, sería la reforma. 95 tesis cimbraron a la iglesia. Lutero cuestionó al papado y la infalibilidad de los concilios. A partir de ahí, se alentó pluralidad, tolerancia -porque antes hubo una matanza horrorosa de protestantes-, y también diversas interpretaciones que a la larga, darían lugar a muchas iglesias. Esa libertad de pensamiento y de consciencia, fue una de las revoluciones modernas. Como sabemos, a la reforma, también le siguió la respuesta de la iglesia con la contrareforma. Así estarían las cosas…
Otra conmemoración proviene de Rusia y la revolución de octubre en 1917, que buscando el comunismo y la igualdad, terminó en la instauración de un régimen totalitario. A simple vista, el gran villano de la historia es Hitler, que lideró el nazismo y el exterminio humano, pero en Rusia lo superaron con creces y por varios millones más. Años atrás de la revolución bolchevique, un periodista norteamericano, John Reed, vino a la revolución mexicana y nos dejó páginas invaluables en México insurgente. Siguiendo la revolución rusa, escribió los Diez días que estremecieron al mundo. Sus restos descansan en la Muralla del Kremlin. Lejos de la admiración y el incienso, Tzvetan Todorov ha escrito estremecedores libros sobre el totalitarismo en el que creció. Sin embargo, esos libros los escribió hasta después de la caída del muro y el derrumbe del comunismo soviético. "Mientras vivía la experiencia, me resultaba imposible escribirla". ¡De ese tamaño el temor!
En México celebramos otros centenarios. Por supuesto, los cien de la Constitución de 1917, que emanó del conflicto revolucionario, y está vigente hasta la fecha, como Carta Magna de nuestro país, no obstante, que la ley no es un imperio, y la impunidad es la regla. En la celebración, también se incluye la aportación del amparo, que en teoría protege a los ciudadanos contra los actos de autoridad, pero en la práctica sirve para que la "libren", en primer lugar, los gobernantes corruptos, seguido inmediatamente de los pequeños y grandes criminales. En eso terminó nuestro habeas corpus.
Como bien dicen, los últimos serán los primeros. Reservamos la última parte del texto para hablar de los cien años del natalicio de Rodolfo Guzmán Huerta, mejor conocido como El Santo. Nuestro enmascarado de plata, dejó una huella profunda en la cultura popular. Desde los años cuarenta, pero del siglo pasado, se convirtió en un súper héroe a la mexicana. No faltó exportar a otros héroes, porque la raza forjó los suyos en el cuadrilátero. Lo mismo tuvo su historieta, que numerosas películas con argumentos y títulos memorables. El Santo contra el cerebro del mal, el Santo contra las momias de Guanajuato… contra el hombre lobo, los zombies, y hasta las mujeres vampiro, en su versión, con cesura y sin censura. El gran Santo: puro genio y figura. ¡Cien años de lucha!
EL TRIBUNAL Y COAHUILA
A estas alturas, todavía no termina el litigio de la elección en Coahuila, pero ya sale a relucir la cercanísima relación entre la magistrada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Mónica Soto Fregoso, quien lleva el caso de Coahuila, y el presidente del PRI, Enrique Ochoa. Como dijeran los viejos: ni siquiera cuidan las formas. Dicho de otra manera, el poder protege al poder.
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