Columnas Social

Pequeñas especies

M.V.Z. Francisco Núñez González

EL SUICIDIO EN LAS MASCOTAS

La primera vez que leí sobre el tema de suicidio en perros me pareció algo fuera de lo común, hasta que se presentaron algunos casos en la clínica donde afortunadamente no suceden muy seguido. Al mencionar suicidio, no me refiero a que se interponga el perro frente a un vehículo en movimiento o algo parecido, simplemente dejan de sentir amor a la vida y "se dejan morir" sin manifestar signos de alguna enfermedad.

Hace años atendía una hermosa perra labrador "Argos" con problemas de displasia de cadera, vivió un tiempo en nuestra ciudad mientras sus propietarios se instalaban para radicar en los Estados Unidos, se hicieron cargo de ella un matrimonio también norteamericano durante algunos meses y cuando se la llevaron sus dueños fue un verdadero drama, pues se habían encariñado de ella exageradamente, se trataba de un ejemplar de excelente calidad genética, pero el comportamiento era lo que realmente seducía a quien la llegaba a conocer, un hermoso animal en toda la extensión de la palabra, lo último que supe de "Argos" fue la cirugía del remplazo de la cabeza de fémur por su problema de displasia. Afortunadamente para las personas que la tenían aquí bajo su cuidado contaban también con "Pepito", un perro Dash Hound (salchicha) de doce años de edad, era el peque de la casa, lo habían adquirido en España cuando todavía era un cachorro, como se trataba de un matrimonio de la tercera edad los cuidados para su mascota eran más que suficientes, el lugar favorito de "Pepito" era al lado de su amo en un enorme sofá de la sala, nunca le llegue a ver en otro sitio las veces que fui a su casa para la aplicación de vacunas.

En una ocasión me hablaron para revisar a "Pepito" lo notaban inapetente, revisé su temperatura, ausculté su corazón y pulmones, aparentemente se encontraba normal, esa pérdida de apetito y sobre todo los doce años de edad no me agradaba del todo, así que decidí llevármelo a la clínica para tenerlo en observación, ya que algunas veces presentan vómito o diarrea y no se enteran, la casa contaba con un jardín muy amplio y no era fácil ver sus deyecciones, además le tomaría unas muestras de sangre para algunos análisis, inmediatamente accedieron sin ninguna objeción, al día siguiente lo tendrían de regreso.

En ningún momento "Pepito" presentó carácter agresivo o de pánico, inmediatamente notamos a los perros que están bajo estrés o demasiado nerviosos, ya que empiezan a temblar, otros intentan escapar y quieren abrir la jaula con sus fauces, "Pepito" solamente se echó dentro de la jaula, recargó su nariz sobre la puerta y suspiró, lo recuerdo perfectamente, pues así como le dejé esa noche, en esa misma posición lo encontré al día siguiente en la mañana, pero lamentablemente sin vida.

Hay quienes dudan todavía que un perro puede pensar o tener sentimientos, precisamente esa es la causa principal del suicidio, sus sentimientos, cuando se le abandona o creen que se les abandona, o el hecho de sentir que ya no forman parte de la familia pierden todo interés a seguir con vida.

Se estará preguntando por qué causa no muere toda esa cantidad de perros de la calle, precisamente es lo contrario en ellos, el instinto de supervivencia que da la naturaleza, es el que mantiene el deseo de vivir y de luchar para aferrarse a la vida.

Cuando un cachorrito llega al hogar es el centro de atracción, en especial de los niños y su vida continúa así durante años, él siente que es parte de la familia y en realidad lo es, va a depender siempre de sus amos, pero cuando la familia repentinamente lo lleva al veterinario y permanece por algún tiempo, como esa mascota jamás ha salido de su hogar se encontrará bajo un estado de estrés que dejará de comer, perturbará su metabolismo, sus defensas bajarán, y entrará en un estado de depresión que alterará su organismo drásticamente.

Otra de las cosas que suceden a menudo, cuando un perro lo llevan a hospitalizar o a cirugía y permanece por algunos días, al darlo de alta, la mascota sabe que le hicieron un bien y hasta parece que lo agradece, todo lo contrario cuando va sano o aparentemente sano o lo llevan a pensión y jamás había salido de su casa, entonces el pánico o la nostalgia se apodera de ellos y algunos se creen abandonados. Afortunadamente no todas las mascotas actúan de la misma manera, ni todos los dueños los miman de la misma forma.

"Pepito" permaneció menos de doce horas en la clínica, no tomó agua ni alimento, tampoco le administré medicamento alguno, estoy seguro que ni siquiera hizo el intento de incorporarse o de cambiar de posición, pues exactamente como lo dejé un día anterior, así amaneció al día siguiente.

Fue un golpe muy duro para sus propietarios sobre todo para el señor de quien nunca se separaba su querido "Pepito", no encontraba justificación alguna para explicar su muerte, afortunadamente comprendió la situación con gran sensatez, naturalmente que no todos reaccionan de la misma manera y lo entiendo, ya que la mascota se recibe en un estado de salud aparentemente normal y al cabo de unas horas o días muere sin motivo alguno.

Solamente quien ha vivido estas experiencias puede comprender que realmente existen los sentimientos en los animales, cualidades que solamente se desarrollan con el afecto y el amor como el que se le da a un ser querido o a una mascota.

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