Columnas Social

¡AL FIN…!

DR. LEONEL RODRÍGUEZ R.

(Segunda y última parte)

En mi artículo, comentaba que debería haber una ley que prohibiera utilizar, en lugar de nombres en español, sus equivalentes, sobre todo al inglés, y por qué no mencionarlo, al francés, al italiano y otros más. Es cierto que tenemos la libertad de utilizar no tan sólo un solo nombre, sino dos y hasta tres; como conozco de varios casos, sin embargo, es muy común que se conozca a las personas más por el segundo que por el primero y en muchos casos por un "apodo" que nada tiene que ver con ninguno de sus hasta tres nombres.

En mi familia, tuvimos un caso en que conocíamos a una pariente con el nombre de "la tía Chita", por lo que muchos supusimos que su nombre debería ser el de María de Jesús, y resulta que fue hasta el momento de su defunción que se conoció que su verdadero nombre, que era el de María del Carmen.

En otro caso, no olvido el nombre de la Tía Benita y que al realizar una historia biográfica resultó que el nombre con el que había sido registrada legalmente era el de Alvina. Lo inverosímil fue que al contraer matrimonio la participación de matrimonio del cual conservo una copia, viene con el nombre Benita, que supongo "ella misma se impuso", pues había nacido un 21 de marzo, y no sólo eso, al fallecer también portó el nombre de Benita.

En relación a utilizar varios nombres, tengo la experiencia de contar con un buen amigo que se llama José María Rafael, y todos lo conocemos tan sólo como "Chepe"; de igual forma, dentro de la familia hay una prima muy querida que todos conocemos simplemente como Elva; sin embargo, hace no mucho tiempo, que me contaba que ella en realidad tiene tres nombres: Elva Reina Rosantina, lo bueno en este caso es que todos la conocemos con su primer nombre: Elva.

Conozco también de muchos casos que al no llevarse una secuencia en toda la documentación que debemos llevar desde el mismo Registro de Nacimiento, ha llevado a tener verdaderos problemas legales, muchas veces con tan solo cambiar una letra, ya bien sea en el nombre, así como el apellido.

Todo esto y mucho más viene a colación, ya que el 18 de octubre pasado, apareció en este periódico la siguiente nota: "Busca ley en Nuevo León impedir nombres raros", y más adelante menciona una serie de "juegos de palabras" que nada tiene ver con nombres propios ni mucho menos y que con ellos fueron registrados, y lo más absurdo es que se los aceptaron en las oficialías del registro civil.

Sin embargo, el diputado local, Rubén González Cabrieles, del Partido Nueva Alianza, presentó un día antes de la publicación de esta nota (17) ante el Congreso del Estado una iniciativa "para proteger a los menores de sus propios padres o tutores".

Su propuesta, continúa la nota, es de reformar el Código Civil y la Ley del Registro Civil busca garantizarles el derecho a tener una identidad que no les cause discriminación o los condene a las burlas", actualmente más conocido con la palabra en inglés "Bullying" y continúa agregando: "Los padres, por moda, ignorancia u otras razones, deciden poner al menor un nombre que lo condena a ser víctima de burla y escarnio" y termina la nota con una serie de nombres, que realmente hasta a mí me apena tan sólo volver a transcribirlos.

El fin de la nota agrega: "El diputado señaló que la reforma busca proteger a los niños al momento que lo registran". ¡AL FIN!, alguien que lo puede hacer está tomando cartas en el asunto, no importa que sea en nuestro estado vecino, no obstante, me ha dado la idea de buscar a quien pueda externar mi idea, esperando pueda llevarlo a las instancias correspondientes (Continuará).

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