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Culturas precolombinas ya celebraban a los muertos

Mictecacíhuatl era quien presidía la fiesta

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La muerte llega sólo con el olvido, no cuando el cuerpo deja de respirar y en México esas personas que partieron de este mundo están más presentes que nunca en la mente y el corazón de quienes en vida las amaron con profundidad.

El Día de Muertos es una tradición llena de matices; por un lado es motivo de reunión familiar, pues la gente acude a los panteones a visitar a sus seres queridos que este día regresan para saber que no se les ha olvidado y por otro montan altares llenos de colores y simbolismos, cargados de nostalgia.

Algunas personas viajan de otras partes del país para reencontrarse con vivos y muertos.

Es motivo de celebración y a la vez de tristeza, por quienes ya no están físicamente presentes.

Sin embargo, también es un día para venerar a la muerte, o bien, para burlarse de ella.

Los orígenes del Día de Muertos en México se remontan a culturas prehispánicas como las etnias Azteca, Maya, y Totonaca.

Sus rituales, sin embargo, eran distintos y una vez llegados los españoles, la mezcla de culturas dio origen a la festividad que hoy conocemos.

En la mitología Azteca, los dioses del inframundo eran Mictlantecuhtli y su esposa, Mictecacíhuatl. El lugar en el que habitaban se llamaba el Mictlán.

Este era el último sitio al que llegaban quienes fallecieron por causas naturales luego de pasar un largo y doloroso camino que atravesaba los nueve niveles del inframundo.

Estos niveles eran: Itzcuintlán o lugar que habita el perro; Tepeme Monamictlán en donde se juntan las montañas; Itztépetl o montaña de obsidiana; Cehuelóyan o sitio donde hay mucha nieve; Pancuetlacalóyan o lugar donde la persona se voltea como bandera; Temiminalóyan o sitio donde te flechan saetas; Teyollocualóyan, donde te comen el corazón; Apanohuaia o lugar que se debe cruzar agua y Chiconahualoyán donde hay nueve aguas. El fin del trayecto era Mictlán.

Las personas entran sepultadas con elementos que les ayudarán a atravesar estos niveles.

Mictecacíhuatl era la encargada de vigilar a los muertos.

Aztecas hacían festividades para los difuntos en diferentes fechas que presidía Mictecacíhuatl y estaba dedicada a los niños y niñas fallecidas y posteriormente a los adultos.

Tras la conquista de los españoles, las tradiciones se fusionaron dando espacio a nuevos rituales y fechas en el calendario quedando el 2 de noviembre, como la marcada para recibir las almas de los difuntos a quienes la reina de la muerte permite regresar temporalmente con sus seres queridos.

Durante el Día de Muertos, se acostumbra visitar los cementerios, dedicar ofrendas florales y montar altares de para honrar a quienes murieron, pero viven en nuestra mente y corazón.

 TRADICIóN Fotos:La i

Tel.- 7166012

 LUGARES

Del inframundo tenían que atravesar las almas, según los Aztecas.

 NúMERO

Rezos

En Francia, donde en el año 998, San Odilo, quinto abad del Gran Monasterio de Cluny, tuvo la idea de rezar por el descanso de todos los muertos.

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