Conduce. Rafael Martínez lleva a los difuntos a donde será su última morada.
De la noche a la mañana, Don Rafael Martínez empezó a trabajar con cadáveres. No lo tenía considerado, pero por necesidad se vio obligado a entrar a este oficio.
Él es conductor de carrozas de una funeraria de Torreón. Tiene poco más de un año y si le dieran a elegir otro trabajo, dice con toda sinceridad que lo tomaría con gusto, porque sigue sin acostumbrarse a esto.
"Yo tengo que ir por los cuerpos, llevarlos al panteón, vestirlos. La primera vez que lo hice me impresioné, pero ya venía mentalizado de que iba a tratar con difuntos, sin embargo, le puedo decir que todavía, a la fecha, no me he podido a acostumbrar".
El hombre de 50 años, nunca había cargado un cadáver ni lo había vestido, por lo que para él fue doblemente impactante.
No es el encargado de embalsamar, que consiste en la preparación de los cadáveres y no quiere aprender, porque con lo que hace, dice que es suficiente.
Su experiencia le ha permitido tomar conciencia sobre la muerte y lo que conlleva una vez que sucede.
Él ve cómo los familiares, con todo y su dolor, tienen que pasar por una serie de trámites para el funeral y sepelio; muchos de ellos no están preparados económicamente y esto hace aún más tortuoso este evento.
"No queremos prepararnos para eso, pero lo está viendo uno, a veces batalla la gente, hay que ir asimilando que hay que tener todo en orden, hay que comprar donde te van a sepultar, hay que tener en cuenta que la gente batalla y hasta se cooperan o se endeudan. Por eso tenemos que preparanos y yo ya lo estoy haciendo".
A veces hasta unas palabras de consuelo ofrece a la familia, lo que dice, le sale del corazón, pues hay quien las necesita.
EL TRASLADO
Durante el último recorrido que hacen los cuerpos de las personas difuntas, Rafael dice que es un privilegio ser quien los conduce al camposanto y lo hace con mucho respeto, sin embargo, al llegar a donde será la última morada, termina su trabajo y decide retirarse, pues prefiere no presenciar la despedida, por ser momentos devastadoras para la familia.
En México, las personas se ríen de la muerte, sin embargo, "a la hora de la verdad, es otra cosa", finaliza.
Experiencia
Don Rafael explica el trabajo que hace cuando muere alguien.
⇒ Rafael Martínez tiene poco más de un año trabajando como conductor de carrozas en una funeraria.
⇒ Entró a trabajar a este lugar a sus 50 años, por necesidad.
⇒ También viste a los cadáveres.
