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Cansan los escándalos políticos

Actitudes

JOSÉ SANTIAGO HEALY

¿Todavía no podemos en México dirimir los asuntos políticos y económicos de envergadura de manera civilizada, pacífica y profesional?

¿Tenemos que recurrir en pleno siglo XXI a las protestas masivas, plantones, tomas de edificios o a reventar el orden legal en las cámaras legislativas?

Estamos de acuerdo que en ocasiones las decisiones del gobierno, los hombres del poder o de los partidos son estúpidas, irracionales o sencillamente desesperantes.

Tal es el caso de la destitución del fiscal para la Atención de los Delitos Electorales, Santiago Nieto Castillo, que ha provocado un pandemónium político en el centro del país tal como si se tratara del personaje más importante de la estructura gubernamental.

Efectivamente las sospechas de que se trate de una acción autoritaria del presidente Peña Nieto con el ánimo de poner un fiscal electoral a modo, son reales y evidentes. Pero, ¿es necesario paralizar al congreso en momentos cruciales cuando se discute el presupuesto federal del 2018 y la posible elección del primer fiscal general de justicia en el país?

Años atrás cuando el gobierno federal deslizó la posibilidad de lanzar una serie de leyes fiscales que pondrían en juego la supervivencia de los medios impresos mexicanos, la primera acción de un grupo de editores fue solicitar una reunión privada con el entonces presidente de México.

Era un grupo de diez directivos de prensa que frente a frente le expusieron al mandatario las razones objetivas por las cuales tales medidas vendrían a ocasionar daños severos para el periodismo mexicano y por ende a la libertad de expresión.

Dos días después el gobierno federal dio marcha atrás a tales intentos de ahorcar a los medios y por el contrario más adelante dictó incentivos que en su momento ayudaron al crecimiento de la industria editorial mexicano.

¿No pueden los partidos políticos y sus dirigentes intentar una estrategia similar antes de desatar tanto barullo que cansa y molesta a los ciudadanos mexicanos?

El titular de la Fepade es un instrumento clave para perseguir a los delincuentes electorales y por ende para promover un proceso electoral aseado y legal. Pero tampoco dependemos de un puesto o de un funcionario, los mexicanos podemos defender con nuestra participación y entrega las elecciones ya sean locales o federales.

Por lo pronto las actividades legislativas se suspendieron durante dos días y es probable que se prolongue el desorden durante toda esta semana.

¿Cuánto costará al país mantener sin trabajar a los 500 diputados federales y a los 128 senadores que integran la cámara baja y el alta, respectivamente?

Ya sabemos que en muchas ocasiones conviene que nuestros legisladores no laboren para que aprueban leyes nefastas y otras inútiles. Pero ahora, cuando hay que discutir los pormenores del gasto federal para el 2018, es menester que lo analicen con detenimiento y profundidad.

No falta quien sostenga que la remoción del titular de la Fepade fue una cortina de humo del gobierno de Peña Nieto para distraer a los mexicanos de los graves problemas que sufre el país.

Por ejemplo, ¿alguien conoce algún plan nuevo y estructurado para contener la ola de violencia nacional que en este año rompió récord en el número de asesinatos?

¿Sabemos acaso si existe un plan B bien diseñado para enfrentar los efectos que tendrá para la economía la posible cancelación del Tratado de Libre Comercio?

¿Y quién finalmente será el encargado de la reconstrucción de los siete estados que registraron daños severos por los terremotos de septiembre y los recientes huracanes? ¿Están en una real coordinación los gobiernos estatales y el federal para aplicar los recursos de manera efectiva y transparente?

¿Qué tan serios e imparciales son los procesos que se les sigue a una infinidad de ex gobernadores y a varios funcionarios federales por malversar fondos públicos en beneficio de ellos mismos, sus familias, amantes y colaboradores cercanos?

Son demasiados los asuntos de importancia que afectan a México para concentrar toda la atención en un fiscal electoral quien a final de cuentas sabrá defenderse.

No minimizamos su destitución ni las causas políticas detrás de esta acción, pero por favor señores legisladores no distraigan su atención e interés sobre hechos de mayor trascendencia.

APUNTE FINAL

El legendario Fernando Valenzuela volvió a sacudir el estadio de los Dodgers al lanzar la primera bola en el segundo juego de la serie mundial. Impresiona el cariño y respeto que le guarda el público, lástima que en el Salón de la Fama tomen en cuenta solo números fríos y no el esfuerzo que realizó un mexicano humilde para ganar juegos de serie mundial, imponer récord de victorias como novato e inspirar a miles de jóvenes.

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