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Vencimos al desierto

Diálogo

YAMIL DARWICH

En la segunda mitad del siglo pasado, la Comarca Lagunera era reconocida por su alta prosperidad y ofrecer grandes oportunidades para incrementar la calidad de vida de radicados e inmigrantes, siendo considerada una de las cinco regiones de mayor productividad nacional.

Ahora, según los resultados del Índice de Prosperidad Urbana para 136 municipios en México, presentados en CdMex, Torreón cayó al lugar 44 de 77 municipios evaluados.

Ese Índice, estudia a las ciudades considerando su productividad, infraestructura para instalación industrial y de servicios, calidad de vida, oportunidades ciudadanas para su desenvolvimiento y desarrollo económico-social, trato en equidad e igualdad social, ambiente y gobernanza.

Ciudad Obregón ocupa el primer lugar, Guadalajara el 4 lugar y Querétaro el 23 -Siglo de Torreón- y como Usted ya habrá concluido, salvo la Perla Tapatía, las otras ciudades, hace poco tiempo, tenían un rango mucho menor al nuestro. ¿Qué nos ha sucedido?

Desde luego que hay diferentes factores que nos han afectado; algunos de tipo económico-histórico, caso del cultivo y aprovechamiento del algodón, el cual, por la aparición de las fibras sintéticas, dejó de ser el producto "estrella" lagunero; incluya otros como el trigo y la vid, ambos tradicionales regionales, que fueron dejando de explotarse al bajar su costeabilidad. Debo mencionar que persiste nuestra fortaleza en la agroindustria lechera y producción avícola.

Nuestra área urbana, luego de ser considerada como la mejor trazada del país, por el crecimiento urbano desbocado y descontrolado se transformó en una madeja de problemas en servicios públicos, demeritando fuertemente nuestra calidad de vida.

También considere la lenta reacción al cambio ante la economía global; luego de vivir una economía nacional protegida, México debió abrirse a la globalización mundial, sorprendiendo a nuestros empresarios e inversionistas tradicionalistas, quizá por el confort o los buenos resultados económicos obtenidos.

Consideremos el desaprovechamiento de las oportunidades para prever el futuro en tiempo y forma. El descubrimiento de la vocación regional no fue aprovechado, aunque en nuestra región fueran reconocidos y valorados algunos, como la industria del vestido y la confección o la automotríz, ambos controlados por inversionistas externos que pronto nos abandonan cuidando solamente sus intereses. El "boom" que inició en Cd. Juárez, llegando a nosotros en los ochenta, ahora está en centroamérica y/o oriente.

Recuerde que se ha insistido en las industrias no contaminantes, caso de la electrónica y computacional, oportunidad que se fue diluyendo con el paso del tiempo, ante la lenta y pobre reacción regional.

Desde luego que el resentimiento de nuestra economía regional ha sido muy marcado en los últimos sexenios, sin duda por la desatención del centralismo de ambos estados en los que esta ubicada La Laguna, estrangulada por políticos que prestan poca o mínima atención a nuestras necesidades, -salvo en tiempos electorales- despreciadas ante las de las capitales.

Un viejo político regional, reconocido por su experiencia, astucia y visión me decía -"a los de Saltillo y Durango les conviene tenernos así, porque podemos alebrestarnos→ y, cuando es necesario, nos dividen, conociendo nuestro individualismo". Pasados los años reconozco en tal afirmación mucho de verdad, útil para comprender nuestra realidad actual.

Es evidente el grave daño que nos ha causado la inseguridad social padecida, que al parecer ha ido en descenso, aunque aún nos afecta fuertemente la imagen ante los posibles inversionistas del exterior.

El crimen organizado -particularmente el narcotráfico- y los considerados comunes, como robos a casas habitación, de vehículos y otros tipos de delincuencia, nos eliminan para las primeras oportunidades de elección en instalación de empresas e industrias.

Aún cuando contamos con fortalezas importantes, caso de los servicios médicos que en lo general están entre los mejores del país o las alternativas para educación en todos los niveles, sin olvidar las capacidades instaladas en entretenimiento, diversión y deporte, éstas no son suficientes para equilibrar ese "check list" que hacen los grandes inversionistas antes de tomar decisión sobre dónde instalarse.

Muchas de nuestras áreas de oportunidad podrían ser atendidas con medianos esfuerzos, pero para ello requerimos el verdadero interés de las autoridades de los estados, dejando de lado las conveniencias, temores políticos y la administración unilateral del poder. Difícil.

Con el cambio de gobierno en el Estado de Durango y la hasta ahora buena administración mostrada por las alcaldesas municipales de Lerdo y Gómez Palacio -¡hasta han recuperado dineros con buena administración!- aparece la oportunidad de mejorar, conociendo la fortaleza y valor de la fuerza productiva lagunera.

Cualquiera que sea la resolución para elección de gobernador en Coahuila, particularmente si es lagunero, reaparecerá la renovada esperanza de ser tomados en cuenta en una forma más justa y equitativa; aunque quizá sea una utopía.

Esperemos no ser decepcionados nuevamente.

Queda en nosotros seguir "venciendo al desierto" a donde VINIMOS y FUIMOS con nuestros antecesores, justificación del lema. ¿Acepta seguir dando la lucha?

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