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La deslumbrante relación entre economía y psicología

FRANCISCO JAIME

En este artículo, el objetivo es presentar de manera sucinta la relación que existe entre la ciencia económica y la psicología; esto se debe en gran parte, a que tanto el análisis económico como el análisis psicológico, siguen explorando ignotos territorios y muestran así su gran dinamismo e interés por los aspectos más relevantes del comportamiento humano.

Empezaremos con Herbert Simon, quién al analizar la estructura básica de la economía se esforzó en definirla como la ciencia de la elección, para lo cual trabajó sobre el proceso psicológico de la toma de decisiones. Sabemos que los economistas neoclásicos establecieron como hipótesis básica aquella en donde los agentes tienden a maximizar los resultados de su comportamiento, y para Simon, esta hipótesis es muy limitada: en la práctica ningún ser humano está continuamente buscando la solución óptima, y aunque de-seara hacerlo, el costo de la información sobre todas las alternativas y la incertidumbre sobre el futuro lo harían imposible. De acuerdo con este renombrado economista, las personas simplemente intentan buscar una mínima satisfacción, es decir, tratan de alcanzar ciertos niveles de éxito para después, lentamente, ir ajustando esa solución. Esta estructura la denominó racionalidad limitada y estimuló numerosos trabajos posteriores sobre el comportamiento humano, el de las organizaciones y la sociedad. Fue pionero sobre la forma en que deben tomarse decisiones en organizaciones complejas como las corporaciones multinacionales y las gigantescas empresas públicas. En su principal obra "Administrative Behavior. A Study of Decision-making Process in Administrative Organization" (1947), se opone a la concepción clásica sobre la existencia de unos responsables en tomar decisiones que conocen todas las opciones, y elabora un modelo o proceso racional de adopción de decisiones satisfactorias. En 1978 le fue concedido el Premio Nobel de Economía "por su investigación pionera en el proceso de adopción de decisiones en la organizaciones económicas".

Inspirados por Simon, en 2002 les fue otorgado el Premio Nobel de Economía al psicólogo Daniel Kahneman y al economista Vernon Smith "por integrar aspectos de la teoría psicológica sobre el comportamiento económico del ser humano en momentos de incertidumbre y realizar análisis empíricos de laboratorio, especialmente sobre mecanismos alternativos de mercado". La principal contribución de Kahneman a la economía consiste en desarrollar, con la colaboración de A. Tversky, la denominada teoría de las perspectivas, según la cual los individuos toman decisiones, en entornos inciertos que se apartan de los principios básicos de la probabilidad. Tomando como base la teoría de las perspectivas y el trabajo de Khanemam y Tversky, Richard Thaler publicó "Hacia una Teoría Positiva de la Elección del Consumidor" en 1980, un artículo que Khaneman ha llamado "el texto fundacional de la economía conductual".

Y en verdad la obra de Thaler es tan importante, que en días pasados le concedieron el Premio Nobel de Economía "por sus estudios sobre la influencia de la psicología en las decisiones económicas y el comportamiento del mercado". A continuación sólo unas breves consideraciones sobre la obra de este destacado economista de la Universidad de Chicago y antiguo profesor de las universidades de Rochester y Cornell: El trabajo pionero de Thaler en el campo de la economía conductual o del comportamiento, ha sido decisivo para crear y expandir el campo de la economía conductual con profundo impacto en muchas áreas de la política y la investigación económica, según señaló la Academia Sueca de Ciencias. Las aportaciones de Thaler a la economía conductual incorpora análisis más realistas de cómo piensan y actúan las personas cuando están tomando decisiones económicas y se basa en tres aspectos psicológicos fundamentales: racionalidad limitada, percepciones sobre lo que es justo y falta de autocontrol. Las decisiones económicas son tomadas a menudo con un foco estrecho, sin considerar todas las alternativas y consecuencias, lo que Herbert Simon, citado arriba, llamó racionalidad limitada, explicó la Academia.

En gran parte, debido a las a las investigaciones de Simon, Khaneman, Smith y Thaler, hoy los políticos y otros responsables de tomar decisiones las pueden usar para diseñar medidas e instituciones que incrementan los beneficios para la sociedad; en concreto, ya se han aplicado, por ejemplo, en áreas como la reforma de la administración pública, los planes de pensiones, la donación de órganos y la política ambiental en Estados Unidos y otros países. La relación entre economía y psicología es deslumbrante y ha permitido, como se evidencia en los párrafos precedentes, ampliar el campo de estudio de la ciencia económica. Tres premios Nobel así lo avalan.

(Economista)

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