Columnas Social

Ensayo sobre la cultura

José Luis Herrera Arce

EL CONTENIDO DE LAS PALABRAS

Es raro lo que significan esas palabras que utilizamos a diario; por ejemplo: Libertad. Se supone que es poder hacer lo que cada uno quiere; pero junto a ella nos encontramos otra palabra que significa ley y supone legisla la relación entre los hombres y pone normas que es lo mismo que decir límites a la libertad. Entonces, la libertad no es hacer lo que cada uno quiere hacer, sino lo que la ley le permite hacer; sin embargo, ésta es producto de la decisión de unos hombres con el poder de imponerla a la sociedad; lo que políticamente llamaríamos el poder legislativo, que norma las bases por medio del cual juzga el poder judicial; y también, el poder ejecutivo debe de atenerse.

Entonces la libertad humana, no es tan libre como a primera impresión nos parecería, porque todas las acciones están reguladas para que no afecte a terceros o ponga en riesgo la seguridad social.

Pero las leyes políticas no son lo único que existe; también lo hace la ley moral, la ley natural, la ley estética; todas se pueden resumir en un grupo de mandatos que indican la forma en que las cosas deben de suceder para lograrse ciertos objetivos.

La ley que no cambia es la natural, y en esa no hay un cuerpo legislativo que se imponga, simplemente se da, Es un comportamiento por el cual se rigen los fenómenos naturales. No cambia y si lo hace, es en perjuicio de la naturaleza. El hombre descubre esas leyes y posteriormente, las puede manejar en su beneficio o en su contra. Nos encontramos en un ecosistema donde estamos íntimamente relacionados con las demás criaturas; la afectación de un elemento de este ecosistema afecta a todo el conjunto y eso está sumamente comprobado por los especialistas.

El acatar las leyes naturales respetando los ecosistemas, es preservar las posibilidades de vida en este planeta. El haberlas explotado en beneficio de particulares, ha acabado con los bosques convirtiéndolos en desierto y está afectando al clima y por lo tanto a las posibilidades de vida en este planeta.

La ley es la ley y hay que respetarla para que la naturaleza persista; pero también las otras leyes tienen su finalidad y es conservar la vida social y la vida humana íntegra.

La ley política está sustentada en una ideología que supone un estado ideal donde el hombre puede conseguir su felicidad o sus objetivos de subsistencia. Partimos de que el hombre es un ser social por naturaleza y convive con otros hombres. La relación entre ellos tiene que ser regularizada. En el tiempo de la edad media se suponía que el poder del rey venía de Dios y que tenía la finalidad del bien común. En las sociedades democráticas, el poder viene de la voluntad del pueblo que elige a sus representantes que supone, legislarán y actuarán en beneficio de las mayorías. En los estados absolutistas, era el rey o el emperador quien imponía su voluntad. En los estados actuales, el presidente, el rey, el emperador se rigen por una constitución.

Si la ley no es acatada, pasa lo mismo que ha pasado con la naturaleza, se corrompe el ecosistema social y entonces se daña al bien común; se pierde la confianza en el sistema y se corre el riesgo de explotar en una anarquía, que es la sociedad sin ley y sin gobierno, donde cada quien haría lo que quisiera en contra de los derechos de los demás. Se pone en riesgo la vida, el futuro, la seguridad.

La corrupción es burlarse de la ley; reírse de la sociedad; poner en riesgo el bien común para poner a los bienes particulares, en contra de los bienes sociales. Cuando el legislador y el poder judicial, venden la impartición de justicia y la elaboración de normas al mejor postor, nos dejan de representar, se convierten en nuestros enemigos y en traidores.

La democracia es que se represente el deseo de las mayorías, no hacer demagogia para que las minorías se salgan con la suya en contra de lo que todo mundo desea. El juego político es hacer creer lo contrario.

Cuando el ejecutivo no es capaz de imponer su fuerza, junto con el legislativo y el judicial, las fuerzas superiores a ellos se desatan porque bien saben que las autoridades tienen perdida la guerra contra ellos entonces se viven los niveles de inseguridad que hemos estado viviendo que son la antesala de las sociedades en anarquía. Nada más hay que asomarse a algunos países africanos para darnos cuenta de lo que nos puede pasar.

Las leyes son útiles, aunque nos disgusten. Era el sentido que tenían las clases de civismo. Somos los culpables de estar acabando con el país y con el mundo.

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