Pablo Barrera marcó un tanto en la victoria de Pumas ante León.
Pablo Barrera desea recuperar el tiempo perdido. El volante causó baja casi seis meses, por una rotura de ligamento cruzado de la rodilla derecha.
La recuperación no sólo fue dolorosa en lo físico, sino en lo mental al ver jornada tras jornada cómo los felinos se hundían.
"Fueron meses complicados, pero me sentía arropado, cada fin de semana el presidente [Rodrigo Ares de Parga] me mandaba mensajes para ver cómo iba con la recuperación", explicó.
En su trayectoria se han presentado hasta cuatro lesiones fuertes, precisamente en las rodillas. Pero la crisis motivó a Barrera para no pensar en el retiro. Y cumplió. Tras pisar de nueva cuenta el césped del Olímpico Universitario, en el triunfo sobre León (2-0), el pasado martes, colaboró con una asistencia, una reivindicación que lo hizo llorar.
"Es la lesión más complicada, porque cuando fui con el doctor [Santiago] Echevarría, comentó que tenía que ser injerto de cadáver sí o sí. Al quinto mes el doctor dijo que estaba súper bien.
"Entrar y sentir a la afición me dio mucho sentimiento, quería llorar, ver a la gente que me motivó para seguir luchando", aceptó con el ánimo a tope, listo para recibir el domingo a Rayados.
En cuanto al paso de Pumas, Barrera afirmó que deben cerrar el Apertura 2017 con mucho orgullo, así que buscarán ligar triunfos, mañana, cuando reciban a Monterrey.
"Hay que jugar por orgullo propio, por nuestras familias, por nuestra afición, por esta institución que no merece estar abajo, debemos sacar esto adelante. Juegue quien juegue, debemos salir con la misma intensidad que contra León".
