Tomas clandestinas registradas en 2017 de enero a agosto. (AGENCIA REFORMA)
Dado que el problema de robo de combustible es más complejo de lo que se creía, la estrategia de Pemex es atacar canales de distribución.
Así lo informó José Antonio González Anaya, director general de Pemex.
"Ha sido un problema más complejo de lo que uno creía; cuando llegamos, toda la estrategia estaba (dirigida) a vigilar más los ductos y tratar de agarrar a la gente en el acto, (pero) desde que estábamos en Hacienda nos dimos cuenta de que esa no es la manera más eficiente de hacerlo.
"Entonces entramos, (...) a una parte que antes nunca se hacía, (que es) a tratar de atacar la oferta, ¿a dónde llevan este combustible?, la cantidad que se está robando ya no se puede vender en garrafitas en la carretera, se vende, pero esa no es la mayor parte, tiene que haber canales de distribución bien grandes", señaló.
Durante su comparecencia por la Glosa del Quinto Informe de Gobierno y a pregunta expresa de la diputada Susana Corella, del PRI, el funcionario explicó que por ello se creó un grupo interinstitucional conformado por la Secretaría de Hacienda, la PGR y Pemex, el cual se reúne cada semana para analizar el problema.
El funcionario mencionó que incluso ha estudiado el caso colombiano, cuyo problema de robo de combustible era incluso más grave que el que tiene el País.
"Nos dijeron dos cosas: primero, no hay varita mágica, todos los instrumentos que tengan a su alcance utilícenlos y apenas les va a alcanzar; y dos, la compañía petrolera juega un papel fundamental como gestor y como coordinador de todo esto", comentó González Anaya.
El director general de Pemex destacó algunos de los resultados que se han tenido con esta estrategia.
Expuso que el año pasado se decomisaron 4 millones de litros y al 30 de septiembre de este año llevan 11 millones de litros.
El número de personas detenidas el año pasado fueron 900 y al 30 de septiembre ya iban mil 400.
González Anaya añadió que las tomas clandestinas se han mantenido más o menos en el mismo número de principios de año, sin embargo, las tomas clandestinas pendientes de inhabilitar se redujeron de un máximo de 800 en junio, a 130 el último mes.
Destacó que la desviación volumétrica, es decir, lo que se está perdiendo de enero a la fecha, se ha disminuido cerca del 30 por ciento.
"Nos falta mucho, y todavía estamos por encima del año anterior, pero lo que empezamos a ver es que en lugar de que siga creciendo la curva estamos llegando a un lugar en donde empieza a disminuirse poco a poco", comentó González Anaya.
