Columnas Social

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

Juan Recaredo

Una monjita rebelde

Es difícil creer y entender que en un tiempo las mujeres que buscaban el acceso a los libros eran mal vistas. Sabemos que desde el principio de la humanidad y hasta la fecha, la mujer ha sido considerada un ser inferior, hecho que aunque ha ido disminuyendo paulatinamente gracias a la valiente lucha que han sostenido muchas féminas en los últimos tiempos, aún sigue siendo la nuestra una cultura machista, enfocada a hacer que la mujer viva sólo para servir al hombre.

De todas maneras, es inconcebible que se hayan dado casos como éste. Cuando la superiora de las madres Jerónimas observó que Sor Juana se pasaba el tiempo leyendo, le dijo: No puedo admitir que te quedes leyendo hasta muy entrada la noche. Debes entender que los estudios en las mujeres son cosas que rechaza la Santa Inquisición porque en ellos no hay nada bueno. Y dicen que Sor Juana le contestó muy alterada: ¡Qué tonta es usted, madre, más que tonta!

La M.S. se fue corriendo a quejarse con el Arzobispo de México: ¿Qué cree que pasó, Monseñor? Que la Sor Juanucha, esa muchacha que se pasa día y noche leyendo como enajenada, me dijo que yo era una tonta y más que tonta. Pero el Arzobispo, que era del club de fans de Sor Juana, replicó: No se preocupe, Madre. Demuestre usted que no lo es, y le hacemos justicia. ¡Cómo de que no!

En una compilación hecha por Diana Flores Carrillo, nos encontramos interesantes textos con comentarios de mujeres que defendieron ardorosamente el derecho de las mujeres a leer lo que les diera la gana.

La escritora inglesa Virginia Woolf, a la que siempre se le negó el derecho de ir a la universidad por el pecado de ser mujer, se quejaba: "Las mujeres reales, no las de la literatura, no podían ser escritoras científicas o sobresalir de alguna manera porque a las mujeres se les encerraba con llave, les pegaban, les elegían el marido y las maltrataban. Apenas sabían leer y escribir y eran propiedad absoluta de su marido. La lectura de libros parece curiosamente operar nuestros sentidos en catarata. Después de leerlos vemos con más intensidad que el mundo parece haberse despejado del velo que lo cubría y haber cobrado una vida más intensa".

"Mis libros - dice una chiquilla de 12 años llamada Xaidé Esquivel Flores que también está en la compilación de Flores Carrillo - son barriles sin fondo de aventuras, son mares infinitos de sabiduría, son cielos repletos de nubes de fantasía, son mis almas gemelas. Pueden abandonarme mis amigos, puede ignorarme mi familia, el mundo entero podría darme la espalda, pero los que siempre estarán ahí, los que siempre me han hecho reír, llorar o soñar por igual, los que por ningún motivo me dejarán sola, son mis libros".

ESCRÍBALE A JUAN RECAREDO: [email protected].

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

Me sería de mucha utilidad que me pudiera contestar esta pregunta: Yo sé que cuando se dice que una acción se "lleva acabo", la última palabra puede escribirse como "acabo" o como "a cabo", pero en los últimos días, algunos compañeros me han dicho que debe ser separado. ¿Qué es lo correcto? Elik Troconis.

RESPUESTA:

Lo correcto es "llevar a cabo" o "llevar al cabo". "La expresión "llevar acabo" es incorrecta.

Reflexión: Antes que perder la libertad, es mejor quedarse ciego para no tener que sufrir el triste espectáculo que se nos iba a ofrecer al vernos en el espejo. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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