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Recuerdos del Ayer

A UN AÑO DE SU PARTIDA

SERGIO LUIS ROSAS

El pasado tres de octubre se cumplió el Primer Aniversario luctuoso de doña Olga de Juambelz y Horcasitas, hija de don Antonio de Juambelz y Bracho, fundador y director por 69 años de "El Siglo de Torreón''. A la muerte de su padre doña Olga asumió la presidencia del consejo directivo de "El Defensor de la Comunidad'' y la desempeñó con gran éxito hasta el último día de su vida.

Doña Olga será siempre recordada por los trabajadores de esta casa editora y por sus amistades de años, como es el caso de la señora Pilar Díaz Rivera, quien la recuerda "como una excelente amiga, muy interesada en mi bienestar, siempre pendiente de que estuviera bien''.

Recordó que sus padres, don Manuel Díaz Rivera y doña Mercedes, eran amigos de don Antonio de Juambelz y Bracho, siendo don Antonio quien le presentó hace años a doña Olga, y desde entonces cultivaron una buena amistad, que les permitió asistir juntas a eventos culturales. Siempre estuvo presta a cooperar en obras de beneficencia social para ayudar al desarrollo de la Comarca Lagunera, que era una de sus principales preocupaciones.

"Doña Olga era una persona muy culta, preparada, había viajado mucho, su conversación era muy agradable. Era una gran conversadora, siempre estaba al pendiente de sus amistades, de los eventos que se celebraban en Torreón y todo lo que concernía a La Laguna'', recuerda en su evocación la maestra Pilar Díaz Rivera.

"La personalidad de doña Olga de Juamblez y Horcasitas era atractiva, a la vez discreta, no podía pasar inadvertida'', recuerda con gran afecto la directora y fundadora del Instituto Bilingüe María Cristina y autora de la columna dominical Posdata Secretarial.

El Primer Aniversario luctuosa de doña Olga de Juambelz se engalanó con el concierto del reconocido pianista Juan Pablo Horcasitas, familiar de la homenajeada, quien ofreció un recital con música de C. W Gluck, S. Rachmaninoff, J.S. Bach, Ricardo Castro y G. Gershwin el sábado siete en el Teatro Isauro Martínez de esta ciudad, que registró un lleno completo, pues la comunidad lagunera se dio cita para unirse al homenaje a doña Olga.

No pudo haber sido mejor homenaje que un recital de piano, ya que desde su infancia mostró una gran inclinación por las Bellas Artes. Su sueño de juventud fue ser bailarina profesional y haber estudiado esta disciplina en una prestigiada Academia de Danza de Londres, Inglaterra.

Estuvo a punto de lograrlo cuando tenía 14 años de edad, pero por haber aumentado dos centímetros más de estatura, de la establecida en las academias de danza londinenses, no pudo hacerlo realidad. Además, todavía le faltaba crecer. Doña Olga recordaba con alegría sus inicios en esta disciplina cuando tenía cinco años de edad con la maestra Olga Escalona en la Ciudad de México, con quien estuvo estudiando durante 15 años.

Amante del baile, contaba sonriendo la anécdota que le sucedió en una fiesta a la que había sido invitada en la ciudad de Saltillo por el entonces gobernador Rogelio Montemayor y su esposa Lucrecia, en la cual observó a un atildado joven que bailaba muy bien.

Ante el asombro de la señora Pilar Díaz Rivera, quien la acompañó en esa ocasión, doña Olga fue a sacar al pulcro joven, quien con la característica amabilidad de los saltillenses aceptó la invitación y dio una gran muestra de caballerosidad al bailar con tan distinguida dama.

En esas visitas a Saltillo, doña Olga tuvo oportunidad de darse cuenta del favoritismo de los gobernadores en turno para realizar obras materiales en la Capital del Estado, por lo que indignada reclamó al gobernador Rogelio Montemayor y demandó un trato igual para Torreón, demanda que el gobernante atendió. Cuando el mandatario estatal la invitaba a la ciudad de Saltillo, doña Olga argumentaba que la reunión fuera mejor en la Casa de Gobierno con sede en la ciudad de Torreón.

Mujer de carácter, temple y fortaleza, favoreció un ambiente de cordialidad entre los propietarios y directores de los periódicos que conforman la Asociación de Editores de los Estados (AEE), organismo independiente de nuestro país, del cual fue fundador don Antonio de Juamblez y Bracho. En su carácter de presidenta del consejo directivo de "El Siglo de Torreón'' tuvo oportunidad de asistir a reuniones y mesas de trabajo con diferentes Presidentes de la República, a quienes cautivó por su sencillez, talento y basta cultura.

Doña Olga se hizo cargo de "El Defensor de la Comunidad'' cuando el edificio se encontraba en pleno proceso de reconstrucción. Era difícil andar por entre la obra que realizaba el arquitecto Díaz Vélez, pero con la tenacidad que la caracterizaba se interiorizó de la misma y de inmediato sugirió algunos cambios.

Como amante de la arquitectura y conocedora de la misma, los cambios sugeridos por ella resultaron todo un éxito y le dieron al nuevo edificio de "El Siglo de Torreón'' un toque modernista a partir de 1993. Buscaba que su prestigiado diario tuviera espacios funcionales, que los diferentes departamentos fueran cómodos para que se sintieran agusto quienes a diario realizan la tarea de editar este periódico regional.

El trato de doña Olga con sus empleados, con la gente de la Comarca, empresarios, gobernantes, representantes de la sociedad civil y de la cultura fue excepcional. Su despacho siempre estuvo abierto a quien deseaba presentar una propuesta de cambio para beneficio de La Laguna, por todo esto siempre será recordada.

¡Hasta el próximo miércoles!

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