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RENÉ DE LA TORRE

Luego de la pésima campaña que ha tenido Santos Laguna, Alejandro Irarragorri se sentó "a recibir las balas" de la prensa el pasado viernes. El mandamás santista demostró una vez más que sabe cómo prepararse para las entrevistas. Una a una fue bateando las preguntas incómodas y cómodas de los reporteros que cubren la fuente del club.

Pero la afición no es tonta. A veces parece que los jugadores, técnicos, directivos y periodistas hablan del juego como si se tratara de un tema financiero ante gente que no tiene idea. En el futbol, el aficionado se considera a sí mismo (y en la mayoría de los casos, lo es) experto en el tema.

Irarragorri expuso que en términos estadísticos los números del Estadio Corona son similares o incluso mejores que los del antiguo Corona. Y sí. Pero lo que no es igual es la pasión y la intensidad con la que los jugadores y aficionados disputaban los partidos. Es cierto, la parcialidad no dispara a gol, pero en aquellas épocas vaya que marcaba diferencia haciendo su juego desde el incómodo graderío.

Santos Laguna ha perdido identidad poco a poco. Hoy no hay un jugador con el que la gente se identifique plenamente. Izquierdoz pudiera serlo, pero aún no cuenta con un arraigo total al club, y quién sabe si lo llegue a tener, porque puede que tenga un par de buenos torneos y se vaya vendido. Hoy no hay un jugador que llame a comprar camisetas. No hay en Santos un solo jugador que sea considerado "franquicia", que cause un boom mercadotécnico y se posicione rápidamente en el gusto de la fanaticada por su triunfador apellido y sus goles en el campo.

Hace algunos años, era común enterarse que había llegado al mundo un pequeño Johan Jared, los Rodrigos abundaban en La Laguna, vaya, hasta Adomaitis era adoptado como nombre propio. Había arraigo, jugadores plenamente identificados con los colores y con la afición.

Los Guerreros están privando a las nuevas generaciones de convertirse en santistas. Los niños necesitan ídolos en la cancha. Es más fácil aficionarse a unas rayas al margen de quién se ponga la camiseta. Es más fácil si encuentran identificación dentro de la cancha. Pero si continúan vendiendo a las estrellas cuando están a punto de lograrlo, financieramente estarán ganando, pero en la tribuna ya van perdiendo 2-0.

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