REFRANERO DEL QUIJOTE

EL QUIJOTE I, 11

Un día a don Quijote y a Sancho Panza les anochece en el campo sin poder llegar a poblado. Pero encuentran en el camino a seis cabreros que estaban junto a unas chozas, quienes los reciben y atienden, muy bien por cierto, de manera que los convidan a cenar "con muestras de muy buena voluntad".

Cuando amo y escudero llegaron a donde los cabreros se encontraban, éstos tenían hirviendo al fuego en un caldero ciertos tasajos de cabra, los cuales despedían apetitosos olores que mucho entusiasmaron a Sancho. Al apagar el fuego del caldero se colocaron sobre el suelo pieles de ovejas, con las que los cabreros aderezaron con mucha prisa "una rústica mesa".

Don Quijote toma asiento, pero Sancho se niega a hacerlo y permanece "en pie para servirle la copa, que era hecha de cuerno".

Escribe Cervantes que "Acabado el servicio de carne, tendieron sobre las zaleas gran cantidad de bellotas avellanadas, y juntamente pusieron un medio queso, más duro que si fuera hecho de argamasa. No estaba en esto ocioso el cuerno, porque andaba a la redonda tan a menudo (YA LLENO, YA VACÍO, COMO ARCADUZ DE NORIA), que con facilidad vació un zaque de dos que estaban de manifiesto".

Arcaduz es una pequeña cubeta. Colocados varios arcaduces sobre una rueda como si fueran sillones de rueda de la fortuna, se hace girar ésta sobre una noria o pozo de agua para recoger el líquido cuando pasan por la parte inferior, que luego al ascender depositan sobre un recipiente. Así, de manera alternada y sucesiva los arcaduces se llenan de agua que luego vacían en la superficie de donde el pozo se encuentra.

Este refrán, ya conocido en tiempos de Cervantes, se aplicaba "a los que van a la corte (del rey a solicitar algo), llenos de dineros y de pretensiones y vuelven pobres y desengañados" (Sebastián de Covarrubias, 1611)

También para hacer referencia al "que hoy sube a la altura de sus bienes (e) instantáneamente vemos que baja despojado a lo profundo" (Luis Galindo, 1659)

J.A. García Villa

@jagarciavilla