Columnas Social

Las palabras tienen la palabra

Juan Recaredo

El doble sentido cantado

"¡Ay de aquel que a las mujeres les da el amor y el dinero. Cuando menos se lo piensa se queda en el puro cuero…!". Filosofando así empieza Pedro Infante la canción huapango "Tres consejos", y al escucharlo, me hizo recordar tantas y tantas frases y razonamientos llenos de picardía que "adornan" las canciones mexicanas. "Los amores más bonitos son como la verdolaga: nomás le pones tantito y crecen como una plaga".

Actualmente, no hay muchas prohibiciones que hace algunas décadas impedían decir abiertamente estos pícaros razonamientos y entonces se tenían que disimular ingeniosamente y el resultado aún ahora, nos parece muy divertido: "Le dije a una rancherita que si me lavaba el paño y me dijo la maldita, si usted quiere hasta lo baño, nomás véngase temprano porque tarde le hace daño".

La cita anterior es del corrido de "El venadito" que en otra parte hace una tentadora oferta: "Voy a hacer una barata y una gran realización. Las viejitas a centavo, las muchachas a tostón, las viudas a veinte reales y las suegras de pilón". De pasada, permítame recordarle que el tostón era una moneda de 50 centavos, o sea, medio peso.

Eso decía un venadito, pero el coni coni coconito también tenía lo suyo en cuanto a filosofía pícara y popular: "Cuando dos quieren a una y los dos están presentes. El uno cierra los ojos y el otro aprieta los dientes…". El cócono es el nombre que se le da en México a un guajolote joven."No le des ni caridad, a mujer que tenga dueño. Dice por ahí un refrán que es muy cierto y verdadero: quien da pan a perro ajeno, pierde el pan y pierde el perro".

Ni el mismo diablo se escapaba del ingenio de nuestros compositores populares: "El diablo cayó en un pozo y otro diablo lo sacó y otro diablo preguntaba: ¿Cómo diablos se cayó?", y luego remachaba con: "Una viejita de ochenta que andaba viendo la bola, como lo vio tan tirado le dio un pisón en la cola…".

En algunos casos, lo que se pretende es justificar un mal comportamiento, por ejemplo, el de emborracharse: "Con un polvo y otro polvo se forma una polvareda. Una copa y otra copa hacen una borrachera…". "Qué dirán los de tu casa cuando me miren como ando. Pensarán que por tu causa yo me vivo emborrachando y ¡ándale!".

"Balajú" es un son veracruzano que dice y repite "ariles y más ariles…" y ¿Qué es el balajú y qué son los ariles? Hay controversia porque Balajú en la canción está aplicado como nombre propio, aunque hay quien dice que es un pez y los ariles parece que son sueños, cosas que uno desea que sucedan.

La mención aquí es porque el "Balajú" es un son que tiene picardía, pero fomenta el machismo: "No tiene perdón de Dios quien le pega a una mujer, no tiene perdón de Dios si no le pega otra vez…", y aunque sea dicho en broma, a las señoras no les gusta. Por eso alguien le parchó la letra: "No tiene perdón de Dios quien engaña a una mujer, no tiene perdón de Dios si no la engaña otra vez…". De todas maneras, el chiste no deja de ser cruel, y si usted lo canta delante de algunas damas, cuidado. Se le van a echar encima.

ESCRÍBALE A JUAN RECAREDO: [email protected].

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

Adriana Gutiérrez: El superlativo de fuerte, ¿es fuertísimo?

RESPUESTA:

Lo correcto es fortísimo, aunque el que usted cita no se considera error.

Nos vamos con esta recomendación: No te apresures a responder hasta que no te acaben de preguntar. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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