Foto: Buena Vista International
El punto fuerte de Casi leyendas es su banda sonora, todo un regalo para los amantes de eso que se llamó rock en tu idioma. Auto Reverse trae a la memoria cosas de Soda Stereo, Andrés Calamaro (sería mejor decir Los Abuelos de la Nada), Fito Paez, Git, Los Prisioneros.
Éste filme no pasará a la historia, pero no está mal si la misión es aprovechar un par de horas libres. De Argentina llega una comedia ligera con el sello de garantía del actor español Santiago Segura. En su segunda película, Gabriel Nesci repite la fórmula de su debut; nada pretenciosa, entretenida; comentarios así suelen acompañar a Casi leyendas.
Estrenada este año, la cinta nos presenta a Axel (Santiago Segura), quien vive en España y se entera de que allá en la tierra de Cerati una estación de radio está realizando un concurso para medir, a más de dos décadas de distancia, la popularidad de algunas agrupaciones que, si bien no llegaron a la cima, generaron buenas sensaciones y tuvieron cierto éxito antes de desaparecer.
Axel era integrante de Auto Reverse, un trío de rock pop que tenía por vocalista a Javier (Diego Peretti) y como baterista a Lucas (Diego Torres). Convencido de que aún pueden agitar a las masas con su talento, Axel deja su empleo (reparador de computadoras ) y viaja al país sudamericano a convencer a sus ex compañeros de retomar su sueño de letras y acordes.
La vuelta se antoja complicada. Javier, un profesor de biología, viudo y padre de un hijo adolescente, no acaba de superar la conyugal pérdida. La relación con su vástago es mala y aún peor con sus suegros. No le interesa retomar la malograda vocación juvenil de subirse a un escenario, tocar y conquistar multitudes.
Lucas es un abogado exitoso y desecha la propuesta de reencuentro. Tiene cosas importantes en qué pensar, más cuando su secretaria-amante, cansada de esperar que el compromiso se formalice, filtra documentos sobre algunas operaciones financieras de corte irregular hechas por el apuesto letrado, lo que deriva en su despido y la amenaza de ir a prisión.
La perseverancia de Axel y la mala fortuna de los ex compañeros facilitan que se ponga en marcha el proyecto. La reunión de estos tres maduritos deriva en una sucesión de eventos, desafortunados unos, positivos otros, en los que se retoman viejas amistades y se recuerdan añejas pasiones.
El concurso revive serias enemistades con aspecto de rivalidad y revela nuevas motivaciones para dar la lucha.
DIRECCIÓN
A Nesci se le reprocha haber repetido la fórmula de su debut. En Días de vinilo (2012) eran cuatro amigos y sus vicisitudes en torno a la música, la amistad y las mujeres. En Casi leyendas, son tres personas que recuperan, primero, la emoción por hacer música juntos y, enseguida, la amistad. También hay asuntos pendientes con un par de mujeres.
La producción es netamente comercial, no hay en ella audacias, pero sí las suficientes tramas insustanciales o superficiales que llevan el metraje hasta el umbral de las dos horas.
Los protagonistas y los secundarios cumplen con roles poco exigentes. No hay opciones para el lucimiento ni momentos que produzcan una necesidad de seguir al pendiente de los fotogramas. Por esta razón, puede decirse que el desempeño del reparto es parejo.
A Segura, lejos de favorecerle, lo contiene el marcado síndrome de Asperger (trastorno que afecta la capacidad de socializar y comunicarse) padecido por Alex. Buena parte del humor descansa en la incapacidad de ese personaje para reconocer qué hay de malo en decir lo que piensa.
En una escena con Javier, el español comparte que a él no se le da lo de escribir, mas ha querido componer un tema solidario, una canción dedicada a los daltónicos del mundo, las reflexiones de un hombre incapaz de distinguir los colores de quienes le rodean y que por ello canta como estribillo: “Odio a la gente, odio a la gente de color”.
De entre los sketchs incrustados en el relato se destaca el corto aporte de un policía que detiene al trío.
Alex lleva droga y Lucas no encuentra un mejor escondite para el polvo que la urna con las cenizas de la mujer de Javier.
El celoso agente no duda en registrar el contenido del recipiente, inhala un poco de la mezcla y luego se muestra comprensivo, dispuesto a hacer una excepción, ya que, para los músicos, la cocaína es “combustible creativo”.
Gracias a ese tipo de situaciones, más o menos fortuitas, se va dando el 'cambio' de los protagonistas.
Desde el inicio, el objetivo es el regreso triunfal a los escenarios. Las metas específicas son igual de transparentes. Alex tiene el reto de aprender a comunicarse con los demás, en especial con aquellos que le importan; Javier debe mejorar su papel como padre y estrechar vínculos con su hijo; los pendientes de Lucas son aprender a conducirse con honestidad y hacerse responsable de sus actos.
Las lecciones sobre egoísmos, apegos y comunicación le dan un vuelco a las vidas por la vía de hacer las paces con el pasado.
El filme tuvo un breve y limitado paso por las salas de cine. Apenas un mes después de su estreno se incorporó a la oferta de contenidos de Netflix.
Foto: Buena Vista International
TAQUILLA
El punto fuerte de Casi leyendas es su banda sonora, todo un regalo para los amantes de eso que se llamó rock en tu idioma. Auto Reverse trae a la memoria cosas de Soda Stereo, Andrés Calamaro (sería mejor decir Los Abuelos de la Nada), Fito Paez, Git, Los Prisioneros.
“Al fin el vértigo subió, al fin el tiempo nos unió”, canta Javier al interpretar Elevados, el éxito que se mantiene en la memoria de algunos escuchas.
“Bienvenida a mi vida, ya comienza el viaje. El boleto es sólo ida, suelta tu equipaje”, así dice el comienzo de Sueños imposibles, preferida de quienes ven la película y buscan las canciones en Internet.
En este apartado cabe destacar un par de buenos detalles: la producción creó una entrada en Wikipedia para Auto Reverse y subió a la red el video, extraído de un VHS, donde se ve a unos músicos, muy jóvenes, tocando en vivo.
El nombre del usuario responsable de la publicación es Sol Naciente. En la ficción Sol era la presidenta de un club de admiradores que, debido a la repentina desaparición de su objeto de culto, sólo llegó a tener un miembro.
Al final del clip se observa cuando Lucas deja la batería y lanza su chaqueta. En la historia de Nesci, Lucas se da cuenta de que la hoy madre soltera tiene la prenda y ella confiesa que debió luchar un poquito para obtenerla.
Casi leyendas pues, ofrece detalles, chistes, una somera reflexión acerca de sueños truncados, así como ligeras críticas al reguetón y a los grupos de rock en español que imitan a conjuntos norteamericanos.
CAMINOS
A pesar de sus carencias y su escasa propuesta, el segundo montaje de Nesci es una buena manera de acercarse a los relatos de conjuntos o artistas musicales ficticios. Seguir esa vía tarde o temprano conduce al espectador hacia obras más logradas como Spinal Tap, el falso documental sobre la gira de unos rockeros que sencillamente apestan, o Calles de fuego, la fabula de rock & roll de Walter Hill, o la nada desdeñable Casi famosos de Cameron Crowe.
También representa una oportunidad de disfrutar con la presencia de Santiago Segura y de recomendar las primeras aventuras de Torrente, su detective corrupto y ladino, o sus colaboraciones con Álex de la Iglesia, algunas tan recientes como Mi gran noche y Las brujas de Zugarramurdi o tan añejas como El día de la bestia.
Otra cualidad es que ayuda a desempolvar recuerdos y, sin forzar la memoria, reproducir cosas como ese “al costado del camino, veo ángeles caídos” de Git o el “vete poniendo el disfraz de pecadora” de Radio Futura, gustos que oscilan desde lo muy placentero hasta lo severamente culposo.
Al final se mantiene el veredicto, consumir este largometraje no es indispensable, pero sí entretenido.
