Seguramente recordará la introducción al apasionamiento del fútbol en La Laguna y estará de acuerdo conmigo que tal pasión nos nació con la influencia de españoles radicados en nuestra tierra -Don Pedro Valdés, inolvidable - hasta llegar al momento actual, emocionándonos con uno de los equipos más importantes de México.
Laguna y Cataluña fueron aquellos primeros; el segundo, con el nombre y los colores del catalán en su uniforme, donde ahora se han envuelto en un propósito independentista, con derramamiento de sangre; al momento, el gobierno central reconoce casi novecientos heridos y los catalanes dicen que son mucho más.
El referéndum se realizó un día después de que celebráramos el intento de cambio en México, a 39 años de aquella "Noche de Tlatelolco", que generó miles de muertos y heridos, sin saber aún con exactitud la cifra real, con gran confusión en las responsabilidades.
Los diferentes políticos de España, muestran sus posturas: los defensores de la unidad, defendiendo la integridad de nación, con el Rey apoyándolos y los catalanes, exigiendo su independencia que, a decir de editorialistas madrileños, la declaran inconstitucional y desventurada.
Se repite la historia, cuando chocan dos posturas políticas radicalizadas y quien tiene la fuerza ejerce su aplicación abusiva, logrando "echarle más leña a la lumbre" ante la postura contraria que se ampara en la fortaleza que les otorga la voluntad popular. Según conteo, 2 y medio millones de catalanes votaron; dos millones trescientos por la separación y solo un poco más de doscientos mil, por mantenerse unidos a España; sin embargo, como casi siempre, los datos no son plenamente confiables.
Desde Madrid, niegan la validez del referendúm y en Barcelona, afirman preferir su independencia obedeciendo la voluntad general.
Los economistas ya discuten los beneficios y perjuicios -aún no plenamente identificados- que pueden darse con la separación; de cierto, los catalanes representan una buena parte del ingreso nacional y fuerza productiva, habiendo dudas sobre el beneficio de la separación, principalmente por dejar de pertenecer a la Comunidad Europea, con todas las inconveniencias políticas y económicas, al menos por el momento.
El principal promotor del movimiento Catalán es el alcalde de Barcelona, Gerardo Pisarello, originario de Tucumán, hijo de un abogado que fue víctima del terrorismo de Estado aplicado por los militares en 1976, siendo uno de los principales ideólogos de "Barcelona en Comú", la agrupación de "Ada Colau", quienes sostienen que la Constitución Española está escrita para defender intereses centrales y no los de Cataluña, argumento que aparenta inconstitucionalidad.
Mariano Rajoy, desde Madrid, ha tenido la desventurada decisión de enviar a la Guardia Civil Española, quienes ejercieron su fuerza, mostrando la violencia que son capaces de ejercer, provocando la indignación de catalanes y españoles pacifistas y la reprobación de grupos y asociaciones europeas promotoras de la paz y la no violencia.
De nuevo las redes sociales y luego la televisión hacen su trabajo de transparencia.
Ahora se programan huelgas generales en repudio a la autoridad central; las universidades prácticamente sin clases, ciudadanos enardecidos exigiendo reconocimiento a sus derechos y la salida de Cataluña de los policías; en varias ciudades ya los han expulsados de los hoteles en que se encontraban alojados y las agresiones del pueblo son repetidas y cada vez más violentas.
Aún cuando las partes declaran su propósito de diálogo, es evidente su intención de defender solamente sus posturas políticas, quizá concediendo algunos beneficios menores, otra evidencia de las consecuencias de la sinrazón sobrepuesta a la inteligencia.
Era de esperarse la postura de los pensadores americanos, que saben de la limitación a la libertad propia y ya algunos españoles hablan de la posición de algunos países en contra de la separación y hasta la influencia de Francisco I, a favor de la misma.
Dice el refrán que "cuando veas las barbas del vecino cortar, pon las tuyas a remojar" y viene al caso recordar los propósitos separatistas de muchos laguneros, quienes aspiramos a recobrar la calidad de vida, ante dos estados cuyos políticos ejercen el mismo centralismo observado en España y hasta la sinrazón y negación de la realidad.
Bueno sería que "aprendieran en cabeza ajena" y volvieran la vista a La Laguna, con apoyos de solución a nuestros problemas sociales y productivos, comprendiendo que el movimiento ELLA no ha muerto, solo se mantiene en un "in pass", a la espera de nuevas oportunidades para lograr sus propósitos.
Seguramente un referéndum daría cifras similares a las de Cataluña y la recabación de firmas para fundamentarlo continúa avanzando, poco a poco.
Entendemos las ventajas y desventajas de la creación del Estado de La Laguna para México; pero tanto en Coahuila como en Durango, deberían revisar posturas y reconocer que el mejor camino para vivir en unión y concordia es la justicia, con igualdad democrática ¿o no es así?
