Siglo Nuevo

Un terror tan antiguo como fresco

Ilustrar el punto con víctimas mortales

Foto: Ashraf Amra/APA Images

Foto: Ashraf Amra/APA Images

MINERVA TURRIZA

Desde los sicarii y los assassin hasta los actos terroristas de Al Qaeda o de ISIS. Los asesinatos que buscan cimbrar a sociedades y debilitar a los gobiernos enemigos gozan de una larga tradición histórica. Este recorrido abarca desde una teoría alemana sobre el ángel exterminador que fulminó a los primogénitos de Egipto hasta los ataques recientes en Mánchester y Barcelona.

Las dificultades para abordar el tema del terrorismo comienzan desde la definición. A nivel académico y legislativo hay una enorme falta de consenso al respecto. Un estudio realizado por el ejército de Estados Unidos en 2003 consignó más de una centena de acepciones distintas para el término.

Etimológicamente 'terror' y otros vocablos asociados derivan del verbo latino terrere que significa hacer temblar, esto brinda una referencia emocional clara sobre las pretensiones de quienes lo practican, pero no sirve de mucho para explicar el fenómeno.

A nivel legislativo se enlistan actividades ilegales que despiertan dudas sobre cuál es la diferencia esencial entre una organización criminal cualquiera y una propiamente terrorista. A ojos de la ley, todos los terroristas son criminales aunque no todos los criminales son terroristas.

Tres puntos clave en las aproximaciones académicas son: el uso de la violencia, la consecución de un fin político y la intención de producir miedo. Por tanto, resulta factible concluir que el terrorismo es un fenómeno político caracterizado por acciones violentas cuyo fin es infundir miedo en la sociedad civil o una parte de ella. No es infrecuente que se ejecuten contra territorios que oficialmente no están en guerra.

Raymond Aron, sociólogo francés, opina que una acción violenta deviene terrorista cuando sus efectos psicológicos son desproporcionados al ser comparados con sus resultados estrictamente físicos, puede matizarse que el postulado es igualmente válido cuando esa es su intención. Un objetivo de esta herramienta política es minar la resistencia del adversario, quebrando su voluntad a través del terror, es decir que está basada en el impacto psicológico del ataque y/o su amenaza.

TIPOS INICIALES

El término, tan en boga hoy día, tuvo un surgimiento tardío. Se utilizó por primera vez para referirse a la Revolución Francesa y su consiguiente Terror.

Esto lleva a una distinción inicial importante: una primera tipología con dos ramas; en una el Estado actúa contra sus ciudadanos (terrorismo estatal) y por la otra los ciudadanos planean y ejecutan actos contra el Estado. Desde luego, a partir de esos actores surgen otras combinaciones agresor-víctima, por ejemplo, las agresiones de un Estado contra otro y de ciudadanos contra otros ciudadanos. Gracias a sus recursos y estructuras, el ejercicio terrorista por parte de gobiernos ha cobrado un número mayor de víctimas que su contraparte ciudadana.

En el mundo contemporáneo 'terrorismo' hace referencia sobre todo a la segunda forma: organizaciones civiles contra el aparato estatal. Sobre los grupos mencionados cabe recordar, a manera de precisión, un refrán “ni son todos los que están ni están todos los que son”. En estas líneas, por ejemplo, no se habla de los movimientos nacidos en América o de las luchas de algunos territorios contra el colonialismo. La exhaustividad no es el criterio a seguir de estos párrafos.

Los actos de violencia son ejecutados, al menos así lo expone el cuadro habitual, contra representantes del poder. Sin embargo, los civiles no están exentos de convertirse en blanco de agresiones cuando su calidad de víctimas potenciales puede influir en las decisiones de sus autoridades. Quienes planean tanto el estallido de una bomba o un tiroteo fomentan y explotan el sentimiento de vulnerabilidad de la sociedad como medio para cumplir su agenda política. A través de sus acciones buscan, y consiguen, exhibir la incapacidad del Estado, debilitándolo. Se persiguen fines como acabar con él o hacerse con el poder; por tal razón existe el lugar común que tiende a convertir al “terrorista de hoy en el estadista de mañana”.

Según las ideas de Gérard Chaliand y Arnaud Blin, ambos expertos en conflictos armados, el terrorismo está justificado como una especie de último recurso insurgente, pues “en el mundo real, el débil no tiene otra arma contra el fuerte”. Además consideran que este “es el precio —a fin de cuentas, uno modesto— que Occidente, y especialmente Estados Unidos, debe pagar por su hegemonía”.

ALBORES

En su novela Las tablas de la ley, Thomas Mann, escritor alemán nacionalizado estadounidense, propone una explicación alterna para la última de las plagas bíblicas: la muerte de los primogénitos.

El autor de Muerte en Venecia maneja la posibilidad de que los asesinatos hayan sido producto no de la eficaz actuación de un agente divino sino del igualmente infalible desempeño de un comando especial, la Brigada del Ángel Exterminador.

Esta hipótesis permitiría ver esa 'plaga' como un acto terrorista exitoso, mediante el uso de la violencia se infundió miedo y se consiguió un objetivo político: la liberación del pueblo hebreo.

Quienes prefieran los inicios más ortodoxos pueden mirar hacia los Zelotes, un grupo judío del que tenemos noticia gracias a Flavio Josefo, historiador romano, quien se refiere sobre todo al brazo radicalizado y armado del colectivo: los sicarii, expresión derivada del latín sicarius, asesino y que, a su vez, proviene de sica, espada corta o daga, su arma predilecta dada la facilidad para ocultarla entre los pliegues de la túnica.

Los sicarii comenzaron a actuar en el siglo I después de Cristo. Su objetivo era conseguir la independencia de Judea del Imperio Romano. Asesinaron a funcionarios y autoridades romanas de nivel medio. Solían actuar en público, al amparo de la multitud, se acercaban con calma y disimulo a su víctima para acuchillarla y huir entre el caos. También utilizaron los secuestros como método de coacción, forzaban canjes de prisioneros y así liberaban a sus compañeros.

Conformaron una organización efectiva que dirigía su violencia principalmente contra el invasor. Si bien perpetraron ataques contra judíos a los que consideraban colaboradores del régimen y, por tanto, traidores a la causa nacional, en general gozaron del apoyo popular.

En el año 66 asaltaron Jerusalén, asesinaron a varios políticos y sacerdotes, y destruyeron los registros de préstamos para atraer el apoyo de los trabajadores agobiados por las deudas. También interrumpieron el suministro de alimentos para obligar a la población a luchar. Mantuvieron el control de la ciudad hasta que el ejército romano la recuperó en el 70. El despliegue bélico destruyó el segundo Templo de la ciudad, del que sólo queda el Muro de las Lamentaciones. Algunos líderes sicarii huyeron a Masada donde plantaron resistencia otros tres años. Se dice que prefirieron el suicidio a la rendición.

/media/top5/SNcoverTerrorismo.jpg

Muro de las Lamentaciones en Jerusalén. Foto: Luke Chandler

LOS ASSASIN

Para entender a este grupo y el terrorismo islámico en general, es conveniente tener presente que en esta cultura los asuntos teológicos y los políticos están inextricablemente unidos.

Tras la muerte de Mahoma (632) se desató un conflicto sobre quién debía sucederle: su suegro Abu Bakr o Alí Ibn, primo y yerno del Profeta. Los aliados de éste último conformaron el Shi'atu Ali (partido de Alí), de donde surge la corriente islámica conocida como chiismo. A pesar de esto fue sobrepasado por sus enemigos y sólo consiguió ser el cuarto califa. Los chiitas consideran que la línea sucesoria legítima viene de Alí.

Los partidarios de Abu Bakr son conocidos como 'sunitas' porque siguen, además del Corán, la Sunna (colección de prácticas, dichos y enseñanzas atribuidos a Mahoma). En dicho texto, defienden, se específica que el califa debe ser elegido por la comunidad. Representan la inmensa mayoría musulmana, cerca de nueve de cada diez.

Ya en el siglo VIII, hubo problemas sucesorios que dieron como resultado otra escisión: la rama chiita se dividió en duodecimanos e ismaelitas. Los primeros triunfaron y desde esos días tal corriente del chiismo es la religión oficial en Irán.

Los ismaelitas se convirtieron en un movimiento semiclandestino y más bien nómada, obligados a ello por la constante persecución a manos, principalmente, de los sunitas, quienes los perciben como herejía dentro de la herejía.

En el seno de este minoritario colectivo surgieron los assassin, a finales del siglo XI. Su fundador fue Hassan Sabbah, quien en El Cairo trabó amistad con Nizam al-Muk, visir del emperador, y con el poeta, matemático y astrónomo Omar Khayyam.

Por su relevancia política y su papel en la persecución del grupo, Nizam fue una de las primeras víctimas de alto perfil de los assassin, esto en el año 1092. A la letal formación también se le atribuye el asesinato de Conrado I de Jerusalén, homicidio con gran impacto psicológico en la cristiandad.

Tras conseguir cierto grado de apoyo popular, Hassan trató de persuadir a la nobleza feudal para que le entregaran castillos y ciudadelas, quienes se negaban devenían en víctimas de una campaña de violencia progresiva. En 1090 Hassan logró capturar el fuerte de Alamut (en las montañas al norte del actual Teherán) donde estableció su cuartel general, mismo que mantuvo toda la vida y que le valió el epíteto de 'El viejo de la montaña'.

Los assassin atacaron y ultimaron a figuras políticas pertenecientes a ramas del islam contrarias a la ismaelita. Con uno de sus renombrados enemigos, Saladino, acordaron la paz para concentrarse en vencer a una poderosa fuerza invasora: los Cruzados.

Hassan murió en 1125, pero la secta le sobrevivió, y si bien nunca lograron erigir un imperio ismaelita o siquiera hacerse con el poder, jugaron un papel constante y de mucha importancia en la geopolítica de Oriente Medio durante dos siglos —se les considera el grupo terrorista más longevo que ha existido— hasta su derrota final por el ejército mongol, alrededor del año 1280.

/media/top5/SNcoverTerrorismo2.jpg

Mural de Fuerza Voluntaria de Ulster en Irlanda. Foto: Archivo Siglo Nuevo

IRA IRLANDESA

En 1858 se fundó la Hermandad Republicana Irlandesa (IRB por sus siglas en inglés). Gracias a una importante migración no tardaron en formar una rama en Estados Unidos enfocada en recaudar fondos para financiar actividades en el viejo continente. Situados a izquierda y derecha del océano Atlántico, los integrantes de este grupo son denominados Fenianos, nombre extraído de Na Finanna que en la mitología celta es un grupo de guerreros dedicados a proteger a Irlanda.

Su objetivo era la “liberación de la esclavitud a la que estaba sujeta la raza irlandesa y la consecución de una república”, aprovechando o creando condiciones adversas para Inglaterra mediante la violencia.

Uno de sus miembros, Michael Barret, ostenta el dudoso honor de haber sido el último hombre ejecutado públicamente en Inglaterra. Fue condenado tras un intento fallido por liberar de prisión al principal proveedor de armas del movimiento. La idea era volar un muro de la cárcel. La explosión ocurrió, mas la mayor parte de la descarga no sacudió el objetivo; sí hubo, en cambio, muertos, heridos y cerca de 400 viviendas afectadas.

La histeria fomentada por los actos de los fenianos ocasionó que miles de policías especiales se ofrecieran a patrullar las calles. Muchos funcionarios empezaron a salir armados. Corrieron rumores sobre planes de ataque contra la Torre de Londres o la catedral de York.

Este grupo se caracterizó por poseer un entusiasmo a toda prueba y una originalidad visionaria. Su célula estadounidense contrató a John Holland, y le encomendó la construcción de un submarino capaz de hundir a los barcos británicos. El IRB nunca se benefició de los avances conseguidos por el científico, pero en 1900, el Holland se convirtió en el primer submarino en ser adquirido por la Marina estadounidense.

Otro antecedente explosivo, aunque sólo de nombre, dicta que partir de 1860 y a lo largo de una década, el IRB se propuso arrebatar Canadá a los británicos. Jeremiah O’Donovan Rossa, cuyo elocuente apodo era O’Dinamita, promovió cursos de fabricación de bombas impartidos por un tal 'Profesor Mezzeroff' (en él está inspirado el Profesor, personaje creado por Joseph Conrad para su novela El agente secreto). Los datos disponibles sugieren que los conocimientos prácticos del docente no eran muy elevados.

Los ataques de la hermandad se centraron en prisiones, cuarteles de policía, el ayuntamiento, clubs privados y lugares por el estilo. Si bien concretó con éxito múltiples ataques, también hay registro de que muchas de sus bombas solían dejar pasar el momento previsto para estallar o, no alcanzaban el blanco deseado, o no producían el daño esperado, o sencillamente no explotaban. La historia del terrorismo es también una historia de fracasos, de empresas y atentados fallidos, o bien de accidentes, ejemplo de estos últimos fue el caso de un feniano que salió expulsado de la cabina de un avión porque no cerró bien una escotilla.

No obstante las peculiares desventuras consignadas en el historial, en la dimensión psicológica consiguieron instalar un ambiente de miedo absoluto entre los ciudadanos, el gobierno y la policía. Con la creación de la Rama Especial de Irlanda, Scotland Yard inauguró el primer grupo antiterrorista del que se tenga noticia.

Tras los fenianos vinieron otros grupos como la Fuerza de Voluntarios del Ulster o los Voluntarios de Irlanda. El Ejército Republicano de Irlanda (IRA) incluyó a miembros de todos los anteriores.

En 1919, el partido Sinn Fein (“Nosotros”), muchos de cuyos miembros eran o habían sido líderes terroristas, promulgó una Declaración de Independencia y se renovaron los violentos votos. A fines de 1921, los 26 condados del sur de la isla conformaron la República de Irlanda mientras que los seis condados restantes integraron Irlanda del Norte, anexada al Reino Unido.

Después de ese primer IRA han existido distintos grupos que usaron el nombre, el principal es el Ejército Republicano Irlandés Provisional (PIRA, también llamados provos); sus objetivos son la unificación de Irlanda y, de manera provisional, 'proteger a la minoritaria población católica residente en Irlanda del Norte.

Tras casi cuatro décadas de actividad, en 2005 anunciaron el cese al fuego. El Ejército Irlandés de Liberación Nacional (INLA), que además de la unificación demandaba la creación de una república socialista, rindió las armas en 2009. Empero, el cese de las hostilidades es definido como una tregua. En el INLA consideran que aún no hay una solución al conflicto.

/media/top5/SNcoverTerrorismo3.jpg

Ataques anarquistas realizados en Francia (1892-1893) por Ravachol y Vaillant. Foto: Biblioteca Nacional de Francia

ANARQUISTAS

El origen etimológico del término 'anarquía' remite al griego arkhé (poder, mando) más el prefijo an (no o sin) que puede traducirse como ausencia de autoridad.

Proudhon (1809-1965), el primer individuo en autodenominarse anarquista, la definía como un gobierno carente de amos o soberanos.

El historiador británico Michael Burleigh describe a sus representantes como personas que “tenían plena fe en el poder redentor del caos: «Retorne todo al caos, y del caos tal vez emerja un mundo nuevo y regenerado»”.

Los grupos terroristas existieron en casi todas las corrientes del anarquismo. Un principio extendido de su proceder dictaba la “propaganda por el hecho”, táctica que implicaba lanzar provocaciones y el uso de la violencia con el fin de incitar al pueblo a rebelarse contra el sistema.

Durante el siglo XIX surgieron por todos lados células contrarias a los poderes establecidos que gozaron de aceptación entre la ciudadanía. La última década de esta centuria marcó sus mayores éxitos en cuanto a asesinatos de alto impacto.

En Francia, por ejemplo, bastaron dos hombres para desatar una ola de terror: Ravachol y Vaillant. El primero es un símbolo de la anarquía. Detonó bombas de dinamita en restaurantes, comisarías y casas de jueces, procuradores y abogados. Sus ataques causaron pavor y tremendos daños materiales, si bien el número de víctimas fatales no se movió del cero. Su nombre, según el Instituto Internacional de Historia Social, dio lugar al vocablo ravacholiser, un verbo muy usado en la época que significaba dinamitar o explotar algo o a alguien, y a una canción popular: La Ravachole. Fue guillotinado en 1892 por crímenes anteriores a su militancia política.

Para vengar a su compañero, en diciembre del año siguiente, Auguste Vaillant subió a la galería de visitantes de la Cámara de Diputados con un artefacto explosivo. Vaillant la arrojó al pleno con mala fortuna para sus fines. Un codazo accidental de otro visitante causó que la detonación sucediera en el aire, muy por encima de las cabezas de sus objetivos. El saldo fue de cincuenta heridos (incluido el agresor) y ninguna víctima mortal. A consecuencia de estos hechos se promulgaron las popularmente llamadas “leyes bribonas” que limitaban la libertad de expresión y permitían el arresto de cualquier sospechoso de ser anarquista.

En Rusia la organización Zemlyá i Volya (Tierra y Libertad) decidió dividirse tras una disputa sobre el uso de la 'propaganda por el hecho'. Así nacieron dos unidades: la pacífica Chorni Peredel (Repartición Negra) y la violenta Naródnaya Volia (Voluntad Popular). Bajo el mando del radical Sergéi Necháyev —quien fue el modelo de Dostoievski para un personaje de la novela Los endemoniados— Naródnaya cobró tal peligrosidad que llegó a realizar múltiples atentados contra la vida del zar Alejandro II. Consiguieron matarlo en 1881. Sin embargo, su muerte no provocó la reacción revolucionaria esperada.

En Italia existió una fuerte presencia anarquista gracias a ideólogos y activistas como Carlo Pisacane y Erico Malatesta. Fueron radicales con una alta efectividad a la hora de cometer asesinatos políticos dentro y fuera de su país: en 1894 Sante Geronimo Caserio asesinó a Sadi Carnot, presidente de la República Francesa; en 1897 el ministro español Antonio Cánovas del Castillo murió a manos de Michele Angiolillo; Luigi Lucheni mató a Isabel de Baviera, mejor conocida como Sisi, emperatriz de Austria-Hungría en 1898; en 1900, tras sobrevivir a un par de ataques, el rey de Italia Umberto I sucumbió ante los disparos casi a bocajarro de Gaetano Bresci.

Anarquistas españoles atacaron con frecuencia a terratenientes, fábricas y capataces, la policía y los políticos. Un bombazo emblemático sacudió la procesión del Corpus Christi en Barcelona (1896); un saldo de 12 muertos y alrededor de 40 heridos movilizó a las autoridades y justificó la detención de cientos de personas, de las cuales, cerca de 90 acabaron procesadas.

En cuanto a los atentados de alto perfil, destacan los dos tiros propinados por Juan Oliva al rey Alfonso XII y la puñalada recibida por Antonio Maura, presidente del Consejo de Ministros, a manos de Joaquín Artal. Si de espectacularidad se trata, nada como la acción de Mateo Morral para enviar al camposanto a Alfonso XIII tras su boda con Victoria Eugenia (1906). Artal lanzó una bomba, oculta en un ramo de flores, contra el carruaje real. Los tres terroristas fallaron.

Poco a poco las prácticas que implicaban derramar sangre fueron abandonadas por la mayoría de las organizaciones anarquistas. El tema era controversial, generaba divisiones y proporcionaba al gobierno pretextos para ejecutar medidas represivas.

/media/top5/SNcoverTerrorismo4.jpg

Miembros ETA anuncian cese definitivo al conflicto armado ( 2011). Foto: Gara/Getty Images

ETA

Los vascos habitan un área a la que denominan Euskal Herria, o Vasconia, que comprende territorio español y francés, a ambos lados de los Pirineos. El Euskadi Ta Askatasuna (País Vasco y Libertad), mejor conocido como ETA, es una organización nacionalista, independentista y socialista fundada en 1958. Sus integrantes se consideran víctimas del colonialismo español, reclaman la liberación del País Vasco y la creación de una república de corte socialista. Una peculiaridad de este colectivo fue la afiliación de un nutrido número de exseminaristas que aportaron justificaciones morales y religiosas para la comisión de asesinatos.

En los sesenta inauguró sus lances terroristas, pero esto no le restó al gran apoyo popular que recibía, y en el que se incluían personalidades como Jean Paul Sartre o el pintor Joan Miró. Esa opinión favorable se desvaneció conforme se agotó la siguiente década.

En su estructura original había cuatro frentes: cultura, finanzas, política y lucha armada. Todos respondían a un comité ejecutivo. El frente armado se encargó de cometer robos, secuestros de empresarios, embajadores y otros políticos, extorsiones, atentados con coche o mochila bomba y disparos a corta distancia. Abundan los expedientes por asesinato de políticos, policías, militares, jueces, abogados, intelectuales, periodistas, antiguos miembros y civiles en general.

Operación Ogro (1973) fue el nombre clave de la operación para asesinar al presidente de gobierno, Luis Carrero Blanco, mediante una potente bomba subterránea detonada justo cuando el auto de la autoridad pasaba por encima. El estallido tuvo consecuencias imprevistas; si bien se abrió un cráter en el piso, como estaba contemplado, el coche salió volando y aterrizó en la azotea de un edificio cercano. Este asesinato político marcó uno de sus mayores éxitos y representó uno de los peores momentos para el régimen franquista. En 1995, los etarras usaron el mismo método para eliminar a José María Aznar. Fallaron. Ese mismo año fueron detenidas tres personas que pretendían atentar contra el rey Juan Carlos I.

A lo largo de su existencia ETA sufrió constantes disputas internas y divisiones. También fueron recurrentes los pactos y las treguas. Este año anunciaron el cese al fuego y el desarme definitivo.

BRIGADAS ROJAS

Organización radical italiana de ideología marxista fundada en 1969, su objetivo final era instaurar un Estado socialista; en un plano más cercano querían que Italia saliera de la OTAN. Jugaron un papel clave en los 'años de plomo' (prácticamente toda la década de los setenta). Bajo el mando de Renato Curcio y Alberto Franceschini el grupo abogaba por acciones de violencia 'moderada' (vandalismo, incendios y secuestros relámpago) como método de propaganda. Tras el encarcelamiento de los líderes, en 1974, quedó al frente Mario Moretti, él optó por aumentar la militarización y recrudecer la violencia; jueces y abogados fueron presas recurrentes.

En 1978, secuestraron a Aldo Moro, primer ministro de Italia, con el doble objetivo de ganar reconocimiento político para su organización y canjear al político por compañeros encarcelados. Moro escribió varias cartas a las autoridades pidiendo que se cumplieran las demandas. Sin embargo, no hubo negociación y tras 56 días de cautiverio el ministro fue ejecutado. Al año siguiente el parlamento se disolvió y convocó elecciones anticipadas. La opinión pública se volvió contra las Brigadas y Rojas y fueron decayendo. Desde 1987 se les considera extintas.

TERROR RADICAL

El terrorismo islámico cuenta con una larga tradición; de los assassin a ISIS han transcurrido casi diez siglos. Hoy día representa una de las mayores preocupaciones para Oriente y Occidente; para católicos, judíos y musulmanes por igual.

El término 'yihadismo' es un neologismo de factura occidental que se refiere a las ramas radicales y violentas del islam caracterizadas por practicar el terror. La yihad tiene múltiples significados para los musulmanes, de hecho, existen distintos tipos de yihad: del corazón, de la lengua, de la mano y de la espada, este último se refiere a la guerra santa para defender —o según se interpreten los textos, extender entre los 'infieles'— la palabra del Corán.

La rama sunita realiza más ataques y tiene, en comparación con la chiita, una mayor cantidad de grupos dispuestos para el ataque. A pesar de las diferencias teológicas propias de la escuela o sub rama a la que pertenezcan, estos colectivos tienen objetivos en común: lucha contra los gobiernos islámicos moderados a los que consideran falsos, impíos y corruptos; creación de un Estado islámico independiente que unifique a todos los musulmanes (panislamismo o supercalifato); recuperación de territorios 'usurpados', restauración de la 'grandeza' del islam y su expansión mundial.

Hezbolá o Hezbollah (Partido de Dios) es considerado el principal brazo paramilitar chiita, fue fundado en 1982 en Líbano. Se le atribuyen múltiples ataques suicidas y con coche bomba, atentados contra embajadas y cuarteles estadounidenses y europeos, secuestros de avión, asesinatos de judíos, médicos, periodistas y múltiples personalidades políticas.

/media/top5/SNcoverTerrorismo5.jpg

Seguidores del líder Hezbollah, Sayyed Hassan Nasrallah, cantan consignas durante un mitin en el día de Al-Quds. Foto: Aziz Taher/Reuters

SUNITAS

La Hermandad Musulmana nació en 1928 en Egipto, aunque ha actuado en países como Palestina y Siria, con el fin de instaurar califatos regidos por una práctica rigurosa de la sharia (ley islámica). Sus blancos iniciales eran los militares británicos, luego se fueron contra las autoridades egipcias y finalmente orquestaron atentados suicidas, principalmente contra la población israelí. Tras el golpe de Estado en 2013 se declaró su disolución.

Hamás, literalmente 'fervor', es el acrónimo del Movimiento de Resistencia Islámico creado en 1987. Buscan crear un estado islámico en la “región histórica de Palestina” que comprende Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza. Destinan buena parte de su capacidad armada a acciones antisemitas.

Al Qaeda significa 'el fundamento' o 'la base'. Ésta organización se desarrolló bajo la guía del multimillonario saudí Osama Bin Laden en 1988. Tiene alcance mundial gracias a un esquema operativo basado en una red de pequeñas células. La justificación para extenderse a tantos países es la lucha contra cualquier gobierno que actúe en contra del islam. Creen en la existencia efectiva de una conjura antimusulmana, una conspiración 'cruzado-sionista', que data de la Edad Media y que en la actualidad estaría encabezada por una alianza entre Estados Unidos, Europa occidental e Israel. Esta coalición sería lo único que impide la unidad de la comunidad islámica y la creación de su Estado. Ejecutaron el ataque contra el World Trade Center en 2001.

ISIS, es la forma por la que comúnmente se conoce al Estado Islámico de Irak y el Levante; otras de sus denominaciones son Califato Islámico o Dáesh. Formó parte de Al Qaeda entre 2004 y 2014. Ese mismo año su líder Abu Bakr al-Baghdadi se proclamó «imán y califa de todos los musulmanes» desde Irak. Son responsables de los ataques más representativos de los grupos radicales de los últimos años: en 2015 la revista Charlie Hebdo y el Bataclan en Francia; en 2016 el aeropuerto de Bruselas, una celebración nacional en Niza y un mercado navideño en Berlín; en lo que va del año una discoteca en Estambul y dos en Occidente (en Mánchester durante un concierto de Ariana Grande y el más reciente en el paseo de La Rambla en Barcelona).

“Pueblo de España ponte a cantar, pueblo que canta no morirá”, así comienza una de tantas canciones de la Guerra Civil española. Si el terrorismo se ceba en la mente y el espíritu de sus víctimas, una clave para superarlo estaría implícita en la línea que conmina a cantar para sobrevivir: no permitir que el miedo se aloje en nosotros puede ser una manera de resistir y combatir las amenazas radicales y sus fatales desenlaces. Sin embargo, la lucha, ni una sola, resulta sencilla. El terrorismo aprendió desde temprana hora que las estrategias dirigidas a erradicarlo tienen el efecto de avivarlo.

Corree: [email protected]

Miembros de Naódnaya, organización anarquista rusa. Foto: Fineart Images/Lee Mage
Miembros de Naódnaya, organización anarquista rusa. Foto: Fineart Images/Lee Mage
Tropas de Al Qaeda en Siria. Foto: EFE
Tropas de Al Qaeda en Siria. Foto: EFE
Los dibujantes de la revista satírica Charlie Hebdo ya no dibujarán al profeta Mahoma, después de los ataques mortales en su oficina en 2015. Foto: Laurent Sourisseau-Reuters
Los dibujantes de la revista satírica Charlie Hebdo ya no dibujarán al profeta Mahoma, después de los ataques mortales en su oficina en 2015. Foto: Laurent Sourisseau-Reuters
Atentado en las Ramblas de Barcelona (2017). Foto: EFE/Andreu Dalmau
Atentado en las Ramblas de Barcelona (2017). Foto: EFE/Andreu Dalmau

Leer más de Siglo Nuevo

Escrito en:

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Siglo Nuevo

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Foto: Ashraf Amra/APA Images

Clasificados

ID: 1386375

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx