En contra. El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, afirmó que la consulta estaba plagada de ilegalidades. (EFE)
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, convocará a los partidos para una reflexión sobre el futuro del país tras el referéndum ilegal de ayer en la región de Cataluña, cuyo jefe del Ejecutivo, Carles Puigdemont, abrió la puerta a una declaración de independencia.
"No ha habido un referéndum de autodeterminación" en Cataluña, proclamó Rajoy en una comparecencia ante la prensa en alusión a esa consulta, que tuvo lugar de modo irregular, con escenas de tensión e incidentes en la actuación policial, y que fue suspendida hace varias semanas por el Tribunal Constitucional.
La cita ilegal con las urnas tuvo lugar con voluntarios en las mesas, sin órgano de control electoral y con el anuncio menos de una hora de la supuesta apertura de los colegios de que se podría votar sin sobres, con papeletas impresas en casa y con un censo único que permitía a cualquier ciudadano votar donde quisiera en toda la región.
Eso llevó a algunos medios a probar que una misma persona podía votar en varios sitios sucesivamente, porque durante la mañana el Gobierno bloqueó el sistema informático para la identificación de los votantes.
"Ha sido una mera escenificación", dijo Rajoy, que no aludió a los incidentes que se registraron en varios puntos cuando la Policía Nacional y la Guardia Civil actuaron para requisar urnas y papeletas.
Algunas cargas policiales y desalojos de colegios y alrededores causaron heridos que el Ejecutivo regional catalán elevó a la cifra a más de ochocientos, en su mayoría leves, aunque se registraron dos graves.
Por su parte, el Ministerio español del Interior indicó que diecinueve policías y catorce guardias civiles también resultaron heridos de carácter leve en varias intervenciones.
Esas escenas causaron la indignación del jefe del Gobierno regional catalán, Carles Puigdemont, convocante de la consulta ilegal, que en las primeras horas de la mañana criticó lo que calificó de "uso injustificado, irracional e irresponsable de la violencia" por parte del Ejecutivo español.
El presidente español se felicitó porque el Estado de Derecho se haya mantenido fuerte ante la "quiebra de la legalidad" planteada por los secesionistas catalanes, a los que acusó de haber actuado "contra la convivencia democrática y la concordia".