Jojutla quedó como una zona de guerra tras el sismo. (JOSÉ ANTONIO RODRÍGUEZ)
Es difícil encontrar un inmueble íntegro. Jojutla, uno de los 33 municipios de Morelos, bien podría parecer una zona de guerra; es la viva imagen de la devastación que ocasionó el sismo del pasado martes, que tuvo epicentro apenas a unos 70 kilómetros de distancia.
Una parte importante de sus habitantes pernocta en albergues, durante el día recorren las calles donde vivieron hasta hace casi una semana para remover los escombros y rescatar lo que se pueda. Para levantarse. Pero saben que por el momento sus casas son inseguras. Casi el 90 por ciento de los inmuebles de Jojutla está seriamente dañado.
Al menos tres templos están prácticamente destruídos, además de una de las escuelas en las que todavía se encuentran los útiles escolares que los niños dejaron en sus lugares cuando tuvieron que evacuar el plantel mientras recibían clases, a las 13:14 horas cuando ocurrió el sismo. Aunque hay decenas de brigadistas, la ayuda no sobra en Jojutla, que desde temprano trabaja para volver a levantarse.
