(Segunda y última parte) Mientras el ingeniero Slim ya ejercía su profesión, yo tuve la oportunidad de llevar a cabo una residencia en una especialidad médica que me llevó cuatro años más; ya en la etapa de posgrado, se me brindó la oportunidad de fungir como Maestro Adjunto en la cátedra de Obstetricia, lo que me dejó una gran enseñanza de cómo impartir algunas clases, que me ayudaron posteriormente en impartir clases en una escuela de enfermería que funcionaba en la Cruz Roja local, así como en una escuela de Puericultura. Por su parte, Carlos abre su primera empresa Inversora bursátil en 1965. Por mi parte, una vez concluido la especialidad de Gineco-Obstetricia, inmediatamente ingreso a ejercerla en lo que poco después se convirtió en el Centro Médico Torreón del Instituto Mexicano del Seguro Social en esta ciudad, donde tuvimos la satisfacción de formar médicos en esta especialidad durante las poco más de dos décadas que en ella laboramos y tener la satisfacción de entrenar, de preparar, a nuevos colegas que actualmente se encuentran esparcidos por varios estados de la República, en quienes dejamos el recuerdo de realizar lo mismo: transmitir a las nuevas generaciones lo que todos nosotros les habíamos trasmitido. Por su parte, Carlos Slim se dedicó a los negocios, y al cabo de varios años, de muchas décadas, logró lo que pocos mexicanos han logrado: convertirse, durante algunos años, como fueron el 2010, el 2011 y el 2012, como el hombre más rico, no solamente de nuestro país, sino también del mundo entero, y como tal, incurrir en otros negocios que lo han hecho multiplicar su incalculable fortuna. Por mi parte, durante las dos décadas que laboré en la medicina institucional, me dediqué, en compañía de mi esposa, a educar a nuestros tres hijos y logar con ellos que al cabo de los años que se convirtieran en unos adultos jóvenes con mucho más armas educativas, y sobre todo, con conocimientos de inglés, que nosotros habíamos luchado para hacer de ellos unos hombres útiles a la sociedad y lograr así una vida más tranquila y con mayores posibilidades de, al formar sus propias familias, educar aún mucho mejor a los hijos que de ellos irían a emanar posteriormente, lo mismo que logró Carlos Slim con hijos, a quienes muy inteligentemente ha pasado la “estafeta” para que ellos continúen con la misma, para, mientras tanto, él dedicarse a otras actividades a las cuales se entregará el resto de su vida (Septiembre del 2017). [email protected].
